Estamos ya a finales de agosto y las plantas de cannabis en exterior están en pleno espectáculo floral. Las variedades de floración más rápida, conocidas algunas como fast version, incluso estarán en sus últimos días antes de la cosecha. Lo normal en variedades normales, es que finalicen la floración pasado mediados de septiembre y hasta noviembre-diciembre en el caso de algunas sativas.
Es a partir de ahora donde nos jugamos el todo, cualquier fallo puede llevar al traste meses de intensos cuidados. Y los fallos pueden venir de cualquier lado. Sean hongos o plagas típicas de estas fechas, sean problemas por excesos o carencias de nutrientes, sea por un mal lavado de raíces, sea por cosechar muy tarde o muy temprano… pero analicemos los puntos más importantes para que la cosecha siempre sea la mejor.
MÁXIMA ATENCIÓN A LAS ORUGAS
En estas fechas se debe prestar una máxima atención a las peligrosas orugas. A lo largo de la primavera y el verano, cientos de mariposas diurnas y nocturnas habrán revoloteado entre nuestras plantas. Si no hemos usado preventivos, puede que alguna haya depositado sus huevos en alguna hoja o tallo de la planta. De estos huevos nacen unas larvas que pronto comienzan a alimentarse de las hojas. Y ahora, buscando refugio se introducen en el interior de los cogollos.
Una vez dentro de la flor, seccionan el tallo central por el que van extrayendo la savia de la planta. Sus excrementos, favorecen la aparición del hongo botrytis, que desde el interior del cogollo lo va devorando hacia el exterior. Suele ser habitual encontrarse un cogollo ligeramente afectado por este hongo, y al abrirlo encontrarnos una oruga y el cogollo literalmente podrido e inservible. Y es posible que si se revisan más cogollos vemos que están igual.
Por ello es siempre muy importante comenzar a usar preventivos desde que la planta es joven. Estos productos siempre son más efectivos contra huevos y larvas, que contra gusanos adultos. Tampoco es mala idea al menos una vez a la semana revisar algún cogollos, abriéndolo con los dedos y comprobando que su interior está como tiene que estar.
CUIDADO CON LOS HONGOS Y OTRAS PLAGAS
Además de las orugas y la botrytis que causan en los cogollos, no nos podemos olvidar de otras plagas y hongos. Araña roja, mosca blanca, pulgón, cochinilla… oídio, fusarium, la propia botrytis… son siempre una amenaza, pero a estas alturas más. A ello se une que usar insecticidas o fungicidas con las plantas en floración es siempre un problema. Lo ideal, es usar preventivos durante todo el crecimiento y las primeras fases de floración. Y revisar semanalmente las plantas intentando detectar cualquier pequeño ataque de plagas u hongos.
A partir de ahora las temperaturas nocturnas comienzan a disminuir, mientras que las diurnas apenas sufren variación y son siempre altas. Ésta diferencia, además de una mayor humedad ambiental, son caldo de cultivo de todo tipo de hongo. Cuidado especialmente con el oídio, que reconoceremos fácilmente como un polvillo blanco/grisáceo sobre las hojas, y la botrytis en los cogollos.
UNA BUENA ALIMENTACIÓN
En floración, las plantas de cannabis requieren los mismos nutrientes que en crecimiento, pero en diferentes cantidades. Entre los macroelementos que más consumen, se encuentran el fósforo y el potasio. La gran mayoría de potenciadores de floración no dejan de ser una combinación de estos dos elementos y en grandes porcentajes. Son los típicos PK. Otros aportan otros elementos como proteínas, carbohidratos, vitaminas…
Siempre en su justa medida, nunca está de más recurrir a ellos para aumentar la cosecha. A estas alturas es tan mala una carencia de nutrientes que un exceso. De una manera nuestros cogollos no serán tan grandes y compactos, de la otra puede que nos veamos en la obligación de realizar un lavado de raíces, muy contraproducente a estas alturas del cultivo. Guíate siempre por las recomendaciones del fabricante.
LAVADO DE RAÍCES PRE-COSECHA
Cuando la cosecha se acerque, es decir que falten unos 7-10 días, es el momento de hacer un buen lavado de raíces. Con ellos pretendemos eliminar por el drenaje de la maceta todos los nutrientes del sustrato, dejándolo inerte. Con ello, forzamos a la planta a que continúe alimentándose de las reservas almacenadas en las hojas. Así conseguiremos una hierba más suave y con mejor sabor, ya que la masa vegetal habrá perdido cantidad de nitrógeno y potasio principalmente, los que hacen que la hierba rasque o chisporrotee al fumarla.
Para hacer un buen lavado de raíces, la regla que siempre se ha empleado es la de usar el triple de agua que el volumen de la maceta. Para una maceta de 20 litros, usaremos 60 de agua. Para una maceta de 50 litros, 150 de agua. Comenzamos regando lentamente, dejando que el sustrato se vaya empapando al completo. Y pasado un rato, empezamos a regar abundantemente. Veremos que la primera agua del drenaje tiene un color oscuro. La última será transparente o casi transparente.
El agua es un bien que no debemos desperdiciar. Con esta regla del triple de agua que el volumen de las macetas, el que tenga un gran número de plantas puede llegar a usar miles de litros de agua. Para ello la mejor solución es usar un Flush, muchas marcas de fabricantes lo comercializan. Este aditivo disuelve las sales, por lo que tras un pequeño riego con agua y este producto, un riego abundante eliminará todas las sales de nutrientes con un mínimo gasto de agua.
LLEGÓ EL MOMENTO DE LA COSECHA
Y día a día, vemos como la cosecha está cada vez más cerca, el momento de recoger los frutos de meses de cuidados. Cosechar en el momento justo es la clave para obtener los mejores cogollos. Para ello hay que ser paciente para cosechar en el momento de máxima concentración de THC. Puede llegar a haber mucha diferencia a cosechar antes o después de lo debido. Conocer el momento óptimo no es una tarea fácil, y mucho menos a simple vista. Guiarse por el color de los pistilos o pelitos es algo orientativo, pero nunca determinante.
Debemos fijarnos en el color de los tricomas, esas pequeñas glándulas resinosas que cubren los cogollos. Éstos en un principio son de color blanco, después cambian a un color lechoso, y por último son de color ámbar o miel. El momento justo de cosechar es cuando la mayoría son de color lechoso, unos pocos transparentes, y alguno ámbar. Y ésto sólo lo sabremos usando un microscopio de mínimo 50-60 aumentos. No son muy caros y merece la pena tener siempre uno a mano a la hora de cosechar.