El fin de semana, la genial Maitena dio un reportaje en el diario La Nación, donde recorrió gran parte de su vida, habló de sus fobias, de la relación que tenía con su papá militar, pero sobre todo de sus adicciones. Aquí los párrafos más importantes. Para leer. Y reflexionar…
“Pobres mis hijos. Mal. Yo no tuve problemas serios con las drogas, sí con el alcohol. No tuve que contárselos: mis hijos cenaban conmigo. Hace años que sólo tomo agua. Siempre intenté ser cuidadosa. Nunca fumé delante de mis hijos hasta que tuvieron cierta edad, ni permití que lo hicieran mis amigos en casa. Siempre creí que los chicos no tienen que tomar alcohol, ni drogas”.
“Sería bueno que demoraran ese consumo y que sólo lo hicieran de modo recreativo y social. En mí la marihuana tiene una función medicinal. Fumo porque no tomo ninguno de los ansiolíticos que consume tanta gente. Pero no es una buena elección para los jóvenes. La marihuana ralentiza, aplaca, dispersa, adormece”.
“Nunca abandoné el placer por la noche, los bares, las discotecas. Hacerme amiga de desconocidos. Gente nueva. Otras caras, otra ropa, otra música. Algo que nunca vi. La noche tiene otra intimidad. Mucha complicidad. Cierta desnudez. A las cinco de la mañana, somos quienes somos. No hay disfraces. No hay máscaras. Los que son torpes son torpes, los que son geniales son geniales”.