Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de Deakin Unidad de Investigación Metabólica han adoptado el enfoque único de la combinación de dos fármacos inusuales, un compuesto del cannabis y la vitamina A, con el fin último de desarrollar un fármaco para tratar la obesidad.
“Los resultados de nuestro estudio muestran, por primera vez, que los compuestos particulares de cannabis y la vitamina A pueden trabajar juntos para reducir el depósito de lípidos (grasas),” dijo el Dr. Yann Gibert, Jefe de las enfermedades genéticas metabólicas del Laboratorio de Investigación.
“Este hallazgo abre interesantes oportunidades para tratar potencialmente la obesidad sin necesidad de cirugía invasiva.”
Los investigadores utilizaron al pez cebra y células humanas para probar el efecto del sistema endocannabinoide ( sistema compuesto de receptores del cannabis que desempeña un papel en la regulación del apetito y la formación de grasa) y el ácido retinoico Pathway (un componente activo de la vitamina A) en la reducción del depósito de grasa.
“Las acciones de complementariedad del sistema endocannabinoide y ácido retinoico caminan en la reducción de los depósitos de grasa y ienen el potencial para tratar la obesidad de una manera más segura y más eficaz que si se utilizan de forma independiente”, dijo el Dr. Gibert.
“Este enfoque sólo se centra en la grasa y evita los efectos en el cerebro que imlica, lo que ha sido una preocupación en anteriores investigaciones con cannabis”.
El Dr Gibert dice que es bien sabido que el sistema de receptores del cannabis regula el apetito, pero, previamente, los efectos psicoactivos adversos han impedido el uso del medicamento en los seres humanos con fines médicos. Su investigación ha encontrado una manera de eliminar potencialmente estos efectos secundarios por el uso de los dos sistemas en combinación, y en una dosis más baja.
Si bien este estudio ha demostrado que estas dos vías pueden trabajar juntas durante la acumulación de grasa, la forma en que esto sucede es poco clara.
El Dr. Gibert dijo que el siguiente paso para el equipo será probar la eficacia del fármaco más allá, e identificar cualquier efecto secundario.
“Si no hay efectos secundarios, nuevas terapias podrían estar listas para el uso humano dentro de cinco años”, dijo.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la prestigiosa revista internacional Endocrinology .