El gran experimento sobre la legalización en Colorado parece que lleva buen camino. Después de 75 años de prohibición los votantes del estado la legalizaron en todas sus vertientes y el resultado ha sido un gran éxito.
Denver ha superado a Amsterdam como capital mundial de la marihuana y ya cuenta con más de trescientos dispensarios y ya superan en numero a farmacias, licorerías, starbucks. Aún así la demanda de marihuana y comestibles supera a la oferta.
Durante muchas generaciones se ha dicho que la legalización de la marihuana traería la locura, el caos y la decadencia moral. Pero los datos y la historia parecen llevar la contraria, a la baja de las estadísticas de criminalidad se le tiene que sumar el descenso en accidentes automovilísticos. El estado ha aumentado sus números gracias al turismo que subió y a los impuestos recaudados por el cannabis. El cielo no se ha caído y la vida sigue igual o mejor.
La nueva industria del cannabis también ha sido muy generosa con los puestos de trabajo, de hecho, 10.000 personas están trabajando en este nuevo y prometedor sector, según la División de Ejecución de Marihuana del Estado que les ha dado la licencia para trabajar en este sector y de muy diferentes empleos.
El mayor desafío de la industria del cannabis ha sido el poder gestionar el dinero recaudado en los negocios, ya que a nivel federal aún sigue prohibida y las entidades bancarias aún pueden ser multadas por trabajar con “narcos” según la ley federal.
Una controversia ha surgido con el tema de los comestibles infundidos con cannabis y que ya suponen prácticamente la mitad de las ventas totales de marihuana. Dulces y golosinas que pueden confundir a los niños han estado en la diana de los “contra-cannabis”.
Los medios de comunicación son un hervidero de datos macroeconomicos, los analistas proyectan datos en millones de dolares que es lo que supondrá esta gran tarta verde. También hablan de que el gran dinero aún está por llegar y esto ocurrirá cuando se esclarezca hacia donde camina el sector y cuando los grandes actores entren en escena, éstos podrían llegar de las tabacaleras o de Wall Street o de los inversionistas gigantes.
América está mirando con unos bonitos ojos verdes todo lo que esta sucediendo y el resto del mundo también.