La calidad del agua es uno de los factores más decisivos a la hora de cultivar cannabis. Muchos de los problemas que se puedan presentar a lo largo del cultivo, están directamente relacionados con la dureza del agua. Y es algo a los que muchos cultivadores no dan la importancia que merece.
¿Qué es la dureza del agua?
La dureza del agua es un parámetro fundamental en la química y la calidad del agua que se utiliza comúnmente en la vida cotidiana.
Este concepto se refiere a la concentración de compuestos minerales, en particular sales de magnesio y calcio, presentes en una determinada cantidad de agua.
La dureza del agua es un factor crucial a considerar en diversas aplicaciones, desde el hogar hasta la industria, ya que puede afectar la eficacia de productos de limpieza, la formación de incrustaciones en tuberías y electrodomésticos, e incluso la salud humana en ciertos casos. Y también es importantísima en la agricultura como veremos.
¿Qué es el Agua Dura y el Agua Blanda?
La dureza del agua se puede dividir en dos categorías principales: “agua dura” y “agua blanda”.
El agua dura se caracteriza por tener una elevada concentración de sales de magnesio y calcio, mientras que el agua blanda contiene estas sales en cantidades mínimas.
La clasificación se basa en la cantidad de estos iones presentes en el agua, y la unidad de medida más comúnmente utilizada para expresar la dureza del agua es en grados hidrométricos franceses (º H F).
Medición de la Dureza del Agua
La fórmula utilizada para calcular la dureza del agua se basa en la concentración de iones de calcio (Ca) y magnesio (Mg) presentes en el agua y se expresa de la siguiente manera:
Dureza (º H F) = (mg/l Ca x 2.5 + mg/l Mg x 4.2) / 10
Esta fórmula combina las concentraciones de calcio y magnesio, ponderándolas por sus respectivos factores de conversión, y finalmente dividiéndolas por 10 para obtener la dureza en grados hidrométricos franceses.
Origen de la Dureza del Agua
La dureza del agua es un fenómeno natural que depende en gran medida de las características geológicas del área de donde se extrae el agua.
Las formaciones geológicas subterráneas que el agua atraviesa antes de su captación son determinantes en la concentración de sales de magnesio y calcio presentes en el agua.
- Aguas Carbonatadas (Calizas): Cuando el agua subterránea fluye a través de acuíferos compuestos principalmente de carbonatos de calcio y magnesio, como las calizas, se produce un aumento significativo en la dureza del agua. Estas aguas tienden a clasificarse como “agua dura” debido a su alta concentración de iones de calcio y magnesio.
- Aguas Silicatadas (Granitos): Por otro lado, las aguas subterráneas que provienen de acuíferos compuestos principalmente de silicatos, como el granito, generan “agua blanda”. Estas aguas contienen cantidades mínimas de sales de calcio y magnesio y, por lo tanto, tienen una baja dureza. Y
Tanto el calcio como el magnesio son dos nutrientes esenciales para el desarrollo vegetal. Después del nitrógeno, fósforo y potasio, conocidos como macronutrientes, son los dos elementos que las plantas demandan en mayores cantidades.
Pero siendo como hemos visto algo tan variable dependiendo de la zona, los fabricantes de abonos no suelen incluirlos en las cantidades necesarias en sus formulaciones.
El motivo es muy sencillo. Y no se debe a otra cosa que evitar excesos de estos dos nutrientes en el caso de contar con un agua dura.
Por contra, los cultivadores que usan aguas blandas, podrán comprobar que las demandas de Calcio y Magnesio pueden ser mayores que el aporte.
Qué hacer si se cultiva con agua blanda
Este es el mejor escenario posible y el deseo de cualquier cultivador. En este caso, la opción es usar algún suplemento que incluya Calcio y Magnesio.
Prácticamente, todos los fabricantes de abonos cuentan con los llamados CalMag.
Otra opción es la de usar mononutrientes, es decir, aportar Calcio y Magnesio por separado. En este caso, lo ideal sería añadir el triple de calcio que de magnesio hasta alcanzar una EC de 0,4 en cada riego.
Cuando se usen abonos disueltos, de igual manera una vez alcanzada una EC de 0,4 añadiremos las dosis de abonos correspondientes.
Qué hacer si se cultiva con agua dura
Este tipo de agua suele traer quebraderos de cabeza a los cultivadores. Hasta tal punto que ser inviable el cultivo.
Las cantidades de calcio, especialmente, son muy elevadas y traen consigo principalmente bloqueos de las raíces por acumulación de sales.
La solución pasa por rebajar esta dureza añadiendo al agua dura de la blanda. Se podría usar cualquier agua de osmosis, destilada o de mineralización débil.
Igualmente, cuando consigamos reducir su dureza hasta una EC de 0,4, tendremos un agua perfecta para el cultivo.
Conclusión
En ocasiones el cultivador subestima la importancia del agua de riego. Y los problemas derivados no tardarán en aparecer. Trabajar con una dureza del agua adecuada permitirá a las plantas asimilar de una manera óptima los nutrientes disponibles, mejorando el desarrollo y los rendimientos.
