Profunda en la tierra de Honduras, interna en el espíritu que contempla y separa lo prohibido de la libertad. Viaja fácilmente en el territorio, la Cannabis Sativa o también conocida como marihuana, es la herbácea que encontró su paraíso terrenal en este país.
Diario TIEMPO se lanzó al submundo de esta exótica planta, y así se internó al corazón de las fluctuaciones del dinero por la mercadería, de la oferta y la demanda, de los matices, olores, de la creatividad y de los “vuelos”.
Un diálogo íntimo con vendedores de la sativa, ha permitido conocer las importantes zonas en la nación donde la marihuana ya es un monocultivo significativo que sirve para el consumo interno, así como para su exportación ilícita.
El “dealer”, como se le conoce en la jerga del cannabis al vendedor o distribuidor, juega un rol importante en la escala del ilícito consumo de esta planta. Es el engranaje perfecto de la tierra con el cerebro; de la libación al vuelo. Uno de los comerciantes, referenció que hay un ascenso importante ascenso de consumidores en el territorio.
NACIÓN VERDE
El país no sólo es pintado de rojo por la fuerte violencia en la que se ve inmersa. Ahora también, se ha develado que el verde profundo no sólo es del olivo y el latifoliado, sino de importantes mono producciones de cannabis que van de oriente a occidente.
El informe de resultados obtenidos, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (FUSINA), en el periodo enero 2014-2015, refrenda la fuerte producción de marihuana, ya que se indica que fueron decomisaron 64,563 libras de esta planta, sin especificar la zonas.
Otra fuente para constatar números sobre cantidades de la marihuana, es el reporte de la Secretaría de Defensa Nacional, que a través de la operación Morazán confiscó de 2014 a 2015 13, 566 libras.
Patrullajes de reconocimientos y seguridad, más otros operativos y allanamientos, también permitió que los militares, en todo el territorio hondureño, expoliaran 238 paquetes de marihuana, 5,695 carrucos, 21,201 plantaciones y una situación muy novedosa, 1,800 plantas de amapola que sirve de base para el opio o para té medicinal.
Los distribuidores aseguran que toda esa diversidad se está plantando en el territorio nacional, pero explican que son híbridos que encuentran su semilla originaria en Ámsterdam, Afganistán, Marruecos o México que se adaptan al clima de Honduras.
Una investigación del Instituto Hondureño para la Prevención del Alcoholismo, Drogadicción y Farmacodependencia (IHADFA), realizada hace dos años, sostiene que los jóvenes entre 12 y 20 años que consumen marihuana en Honduras representan el 16.8 por ciento, cifras que un “dealer” consultado por TIEMPO no descarta que se hayan acrecentado al albur de hoy.
LA MARIHUANA
Graduado hace ya varios años de una universidad destacada en el país, con posgrado en los Estados Unidos y autodenominado “consumido de marihuana así somos miles en este país”, uno de los daelers – que se identificará como “A”, explicó que en Honduras, lo que muchos llaman un vicio, “es un estilo de vida, es una cultura, prohibirlo sólo le sirve al mercado, se vuelve más caro y cotizado”.
Mientras tanto el otro vendedor, que se reconocerá como “B”, y que está estudiando una segunda carrera en una universidad privada de alto prestigio, comentó que ahí mismo comentó, en su centro de estudios, hay varias formas de conseguir marihuana, “con un contacto, yéndola a comprar al barrio, o en la misma universidad”.
“Yo conozco mucha gente que fuma marihuana, yo los proveo con calidad hecha en casa. En Honduras tenemos muchas cepas buenas, depende del lugar que se cultive y esos lugares son muchos”, detalló B.
Existe así, según narra A, una variedad significativa del cannabis que se consume y produce en Honduras. De cosecha natural; producido a campo abierto o la hidropónica; plantada en un lugar cerrado, son las formas para plantar marihuana.
“En el país producen marihuana en Copán, Lempira, Cortés, Atlántida, Olancho, El Paraíso y no digamos Gracias a Dios, donde no hay control”, dijo B, a lo que A agregó que “se pueden encontrar variedades como la Cush, Skunk, Jamaica, Purple Haze, Ak-47, Blueberry, Critical, Moby Dick, por mencionar algunas”.
DIVERSIDAD Y MERCADO
“En la zona norte se consume la X47, la Alaska, la Jamaica, Skunks rojo, amarillo, azul, verdes. Existen varias índicas en el país, también hay sativas. En el país se vende marihuana con fines medicinales sin ser penalizado, mi abuela usa mariguanol, pero hay que dejar claro que también La Ceiba, Tocoa y Occidente son lugares de alta producción de la cannabis”, comentó A.
“El precio de un gramo puede estar desde los 45 hasta los 700 lempiras, depende el espécimen de la planta, su calidad y el proceso de cosecha”, enunció el mismo vendedor.
“Todo mundo (que consume) tiene ahora un contacto para poder comprar marihuana, eso no es más un mito. Pero si no lo tiene, con ir por los bulevares más importantes de la ciudad se puede conseguir la cannabis, los semáforos y otros puntos de encuentro estratégicos sirven para comprar marihuana”, describió el intermediario.
Al unísono, B narró que “la venta de una libra de marihuana de buena calidad puede dejar en ganancias hasta 100 mil lempiras, por lo cual es considera un negocio muy bien estructurado que se mantiene en sigilo y escudada en las drogas fuerte y la lucha contra el narcotráfico”. Por tanto, es posible afirmar que la marihuana es parte de la producción de este país.
SIGLO XX
Comenzó a criminalizarse el cultivo, la posesión, la venta y el consumo de cannabis, el debate sobre la legalización de la marihuana (“el producto ilegal más consumido del mundo”, como la ha definido la ONU) ha permanecido abierto, como reflejo de una sociedad profundamente dividida.
158.8 millones de personas alrededor del mundo, a juicio de los estudios de la ONU, utiliza la marihuana para su consumo, eso equivale al 3.8 por ciento de la población total de la Tierra.
LEGALIZACIÓN
Es considerado para expertos como un golpe a las finanzas del crimen organizado, en Honduras el debate apenas inicia.
CRITICA
Más allá de la polémica sobre los efectos de la marihuana sobre la salud, la controversia afecta también a la criminalidad derivada de la prohibición. Mientras muchos siguen manteniendo que la respuesta al narcotráfico requiere más mano dura, el fracaso de las políticas policiales y prohibicionistas con que la mayoría de los países combaten el problema ha llevado a cada vez más voces relevantes a apostar por la despenalización, o, al menos, por la regulación.
Así castiga la Ley en Honduras
La Ley Sobre Uso Indebido y Tráfico Ilícito de Drogas y Sustancias Psicotrópicas del país, identifica como marihuana en el artículo 5, a todas las partes de la planta cannabis sativa, variedad americana y variedad índica, esté en proceso de crecimiento o no, las semillas de la misma, la resina extraída de cualquier parte de dicha planta, y todo compuesto, producto, sal, derivado, mezcla o preparación de tal planta; de sus semillas o de su resina.
El artículo 18 de esa misma Ley, dice que el que trafique con drogas, estupefacientes o sustancias controladas, será penado con reclusión de quince a veinte años y multa de un millón a cinco millones de lempiras.
“Lo que hoy en día se está haciendo bien popular es el aceite y la cera, yo ya escucho en Tegucigalpa que se consume en aceite y cera y algunos con fines medicinales otros para su recreatividad”, destacó uno de los engranajes de este comercio ilícito.
La ONU sugiere despenalización
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), señaló por primera vez en un documento la posibilidad de la “despenalización” del consumo de estupefacientes.
“La despenalización del consumo de drogas puede ser una forma eficaz de descongestionar las cárceles, redistribuir recursos para asignarlos al tratamiento y facilitar la rehabilitación”, se indica en un informe de 22 páginas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
La ONUDD no quiso hacer comentarios sobre el contenido del documento, indica un importante diario digital, pero varias fuentes diplomáticas especializadas en política de drogas coincidieron en que es la primera vez que el organismo menciona la despenalización de forma abierta.
La despenalización del consumo personal, que se aplica en algunos países europeos, en otros como Canadá o Australia, así como en naciones latinoamericanas como Brasil o Chile, supone que el uso de drogas no sea un delito, sino que se sanciona con alternativas, como multas o terapias, al encarcelamiento.
En Uruguay ha sido legalizada la compraventa y el cultivo de marihuana, y se establece la creación de un ente estatal regulador de la droga. En cualquier caso, la despenalización no supondría una legalización ni liberar el acceso a la droga, que según los tratados sólo puede usarse con fines médicos y científicos, pero no recreativos.
One Response
Hola, soy de honduras, me gustaría contactar uno de esos daelers ya que no conozco ninguno y fumo mierda barata xD.