En este capítulo, descubrirás cómo funciona la marihuana medicinal y las investigaciones que la respaldan.
Ahora que sabes qué es la marihuana medicinal, probablemente tengas más dudas sobre sus usos y posibles efectos benéficos. El uso de cannabis medicinal es un tema polémico para muchos porque mientras que en varios países ya es legal, en otros continúa siendo considerada una droga ilegal.
En este capítulo, abordaremos cómo funciona la marihuana medicinal, la relación que tiene con el sistema cannabinoide endógeno y algunas de las investigaciones más importantes sobre este tipo de uso.
Recuerda que si quieres conocer a profundidad más de estas propiedades medicinales, no puedes perderte nuestra Guía de Marihuana Medicinal.
¿Cómo funciona la marihuana medicinal?
La marihuana medicinal funciona ya que se acopla muy bien con el sistema cannabinoide endógeno de nuestro organismo, sin importar la forma en la que sea consumida. Al igual que la cannabis para uso recreativo, la marihuana medicinal puede fumarse, vaporizarse o consumirse como extracto líquido. También puede encontrarse en forma de píldoras.
Con cualquiera de sus presentaciones, la cannabis actúa en los receptores cannabinoides del cuerpo y produce distintos efectos, dependiendo de los niveles de tetracannabinol (o THC) o de cannabidiol (o CBD) que tenga. Algunos de los productos de cannabis más comunes son medicamentos elaborados a base de estas sustancias químicas, que pueden estar presentes de forma combinada o de manera individual.
Aunque también hay otros medicamentos que usan extractos crudos, se considera que los productos más efectivos y prometedores son aquellos que utilizan estas sustancias purificadas. Esto se debe a que, cuando se usan los extractos crudos de la planta, es más difícil elaborar un medicamento o tratamiento que tenga la dosis correcta y que cumpla con el objetivo médico.
¿Qué es el sistema cannabinoide endógeno?
El sistema cannabinoide endógeno, también conocido como sistema endocannabinoide (SEC), es un sistema compuesto por los receptores cannabinoides y los endocannabinoides que se encuentran en el cuerpo de cualquier mamífero. Los endocannabinoides son sustancias que nuestro cuerpo segrega y que se acoplan a los receptores cannabinoides de manera natural.
Este sistema es muy importante porque se encarga de la comunicación intercelular y porque tiene relación con la optimización de funciones biológicas y el equilibrio de los procesos metabólicos (homeostasis), como el control de la temperatura, el nivel de azúcar de la sangre, la coordinación motora o el apetito.
Fue descubierto por el químico israelí Raphael Mechoulam, quien fue el primer científico en aislar y sintetizar uno de los principales componentes de la marihuana: el tetracannabinol (THC). Tiempo después encontró otra de las sustancias más conocidas de la marihuana o de la cannabis medicinal, el cannabidiol (CBD).
Receptores cannabinoides
Las investigaciones de Raphael Mechoulam iniciaron por un genuino interés por conocer la composición química de la marihuana. Sin embargo, este solo fue el principio. A este científico también se le atribuyen otros estudios relacionados al cuerpo humano que fueron esenciales para entender mejor los procesos naturales que lo regulan.
Este químico israelí descubrió que cuando el THC y el CBD entran al cuerpo se unen a un sistema receptor muy grande, el sistema endocannabinoide. Esto es posible gracias a nuestros receptores cannabinoides, de los que se destacan los receptores CB1 y CB2.
Los receptores son muy importantes para la regulación de la homeostasis. Es decir, el equilibrio en las funciones biológicas que permiten que nuestro organismo sobreviva y se adapte a cambios tanto físicos como mentales. Estos receptores se encuentran en el cerebro y en cada uno de los principales órganos del cuerpo.
El primero de los receptores que han sido descubiertos, hasta la actualidad, es el receptor cannabinoide tipo 1 (CB1), descubierto en 1988. Los experimentos demostraron que este receptor se encuentra principalmente en el Sistema Nervioso Central (SNC) y en otros órganos periféricos. Por otro lado, también está presente, en una baja proporción, en el sistema inmune y en el sistema nervioso.
El segundo receptor, el tipo 2 (CB2), fue descubierto en 1993. Este receptor endocannabinoide se encuentra en los tejidos periféricos que tienen relación con el sistema inmune, como la línea linfoide, mieloide, el bazo y en las células gliales. También se encuentra en el tejido nervioso y en las células del corazón, el páncreas y el hígado, aunque en menor proporción si se compara con el CB1, el cual tiene una secuencia de aminoácidos diferente.
Si bien el CB1 y el CB2 son los principales receptores que se han investigado por la estrecha relación que establecen con los cannabinoides de la marihuana, también existen otros receptores relacionados a este sistema, los cuales se dividen de la siguiente manera:
Receptores metabotrópicos
Receptores GPR55 y GPR119 | Distribuidos en las glándulas adrenales, el bazo, el SNC y el sistema digestivo. |
Receptores GPR18 | Uno de los receptores acoplados a la proteína G, en este caso a proteínas G 18. Son receptores de membrana que regulan el sistema inmunitario, los sentidos del gusto, olfato y vista y también intervienen en el estado de ánimo. |
Receptores vaniloides
Los receptores TRPV | Presentes en todos los tejidos, así como en el sistema nervioso central y periférico. |
Endocannabinoides
Los endocannabinoides son moléculas lipídicas que se unen automáticamente a los receptores cannabinoides del cuerpo. Las investigaciones de Mechoulam no solo permitieron conocer cómo actúan los cannabinoides de la marihuana en el cuerpo humano, sino que también demostraron la existencia de dos endocannabinoides naturales producidos por nuestro propio cuerpo, la anandamida y el 2-AG (2-araquidonilglicerol).
Estos neurotransmisores naturales derivan del ácido araquidónico y después de su producción son liberados fuera de las células. Son muy diferentes de los neurotransmisores clásicos porque pueden viajar al interior celular mediante un sistema complejo de transporte de membrana de alta afinidad.
Algunos de los endocannabinoides, ligados a los receptores CB, regulan funciones del cerebro relacionadas con la memoria y el aprendizaje, además de que influyen en procesos como la sinapsis y la neurogénesis, así como otras funciones biológicas como la ansiedad, el dolor y la inflamación.
Aunque la anandamida y el 2-AG son endocannabinoides producidos de manera natural por el cuerpo humano, con el fin de que se unan a nuestros receptores, los cannabinoides de la marihuana también pueden unirse. Incluso se estima que esta planta posee más de 100 cannabinoides, además del THC y el CBD. Por ello, su descubrimiento fue una parte importante en la investigación de los procesos del cuerpo.
Gracias a todos estos descubrimientos, hoy en día podemos entender cómo funciona la marihuana medicinal. Si no se hubiera descubierto qué es el sistema endocannabinoide y cómo interactúan los endocannabinoides naturales y externos en nuestro sistema, no existirían las bases para el uso medicinal.
¿Qué investigaciones hay sobre la marihuana medicinal?
- Investigaciones relacionadas al dolor
- Investigaciones sobre el control de náuseas
- Investigaciones sobre la acción anticonvulsiva
- Investigaciones relacionadas con otras enfermedades
Investigaciones relacionadas al dolor
Debido a que el cannabis parece ayudar a distintos tipos de enfermedades, hemos dividido las principales investigaciones en cuatro áreas, siendo la primera de ellas el dolor. Como hemos visto, la composición química de esta planta permite que actúe en los receptores de cannabinoides relacionados con el dolor.
En un meta análisis publicado en 2015 estudió a 178 pacientes con diversos tipos de dolores en cinco ensayos aleatorizados y controlados en los que la cannabis vaporizada era inhalada. En ellos, se observó que quienes consumieron la hierba de esta forma presentaban el triple de probabilidades de una reducción del dolor que quienes solo recibieron un placebo.
Años después en una revisión Cochrane publicada en 2018 se evaluaron distintos ensayos controlados aleatorizados doble ciego donde la cannabis tenía un fin médico. Esta revisión comparó la eficacia de los cannabinoides; tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD) para reducir el dolor neuropático crónico en adultos.
En esta revisión se encontró que estos cannabinoides podrían aumentar el número de pacientes que logran un alivio del dolor en un 50%, en comparación con un placebo, y que les ayudaría a tener una mejoría general o a reducir la intensidad del dolor.
Sin embargo, los autores de la revisión de Cochrane señalaron que en algunas personas los efectos adversos podrían limitar la utilidad de los medicamentos y resaltaron que estos tratamientos se deben considerar una terapia de tercera o cuarta línea ante síndromes con dolor crónico, cuando otras terapias han fracasado.
Investigaciones sobre el control de náuseas
Otra área de estudio de cómo funciona la marihuana medicinal es su uso antiemético. Esto significa que también funciona como un medicamento para reducir o prevenir las náuseas y los vómitos. En este campo se han estudiado los efectos medicinales que produce el THC y se han comparado con placebos o con otros fármacos relacionados directamente al tratamiento de estos síntomas producto de quimioterapias.
En una revisión de Cochrane realizada en 2015 se encontró que pese a que los medicamentos cannábicos para el tratamiento de náuseas pueden tener efectos adversos, también son útiles como tratamientos complementarios. Sobre todo sucede en personas que son sometidas a quimioterapia moderada o altamente emética y que ya hayan probado las demás opciones para reducir este mal.
Adicionalmente, en 2017, la National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine (NASEM) de Estados Unidos, consideró que había pruebas suficientes para determinar que las náuseas y vómitos causados por quimioterapias podrían prevenirse y tratarse al usar cannabinoides orales.
Lo único en contra de estos ensayos clínicos es que tienen algunas limitaciones. Por un lado, fueron realizados con pautas de quimioterapia diferentes a las actuales y, por el otro, se compararon con antieméticos menos modernos, como la proclorperazina. Desafortunadamente, tampoco hay muchos ensayos clínicos que permitan saber si funcionan contra las náuseas derivadas de otras enfermedades.
Investigaciones sobre la acción anticonvulsiva
Las propiedades anticonvulsivas de la planta de marihuana han sido uno de los valores medicinales más prometedores ante distintos padecimientos como la epilepsia. En un estudio publicado en 2015 se dio seguimiento a 214 pacientes que habían recibido una dosis de cannabidiol durante 12 semanas. En este estudio se encontró que su frecuencia en convulsiones motoras se redujo a un poco más de la mitad durante el tiempo en que recibieron el tratamiento.
Otro estudio multicéntrico de intervención abierta publicado en 2017 mostró que los pacientes que recibían dosis máximas, de entre 25 y 50 mg al día de CBD o cannabidiol, tenían una reducción de crisis motoras del 36.5%. Además, el 4% de los pacientes (en total se realizó a 137 personas) no tuvo ninguna crisis motora durante el tiempo que duró el tratamiento, es decir, 12 semanas.
Estos efectos positivos se presentaron sobre todo en pacientes con el síndrome de Dravet y el síndrome de Lennox Gastaut. No obstante, también se señaló que la falta de un control con placebo y el riesgo de sesgo podrían haber reducido la solidez de las conclusiones del estudio.
Investigaciones relacionadas con otras enfermedades
Entender el cómo funciona la marihuana medicinal también ha permitido dirigir su uso medicinal a otras enfermedades, como trastornos de ansiedad, trastornos por estrés postraumático, problemas del sueño o a la enfermedad de Crohn, caracterizada por ser una enfermedad inflamatoria intestinal. En todos estos padecimientos, algunos pacientes han notado los beneficios de la marihuana medicinal.
El tratamiento con marihuana para algunos padecimientos de la esclerosis múltiple (EM) es uno de los tratamientos más destacados. En el Reino Unido, Canadá y varios países de Europa se ha aprobado el uso de un medicamento a base de marihuana, que combina el THC y el CBD, centrado en tratar la espasticidad y el dolor neuropático, dos síntomas de la esclerosis múltiple.
Un estudio doble ciego, aleatorizado, controlado con placebo publicado en 2010 mostró que el tratamiento con este medicamento, además de otro tratamiento médico existente, produce una reducción notable de la espasticidad en personas que presentaban está afección médica en una etapa avanzada. Los resultados fueron igual de favorables en quienes padecen espasticidad grave, en comparación con quienes recibieron un placebo.
Pese a que varios estudios son alentadores, algunos de ellos han sido descartados porque se les considera que tienen una calidad moderada o baja. Asimismo, varios estudios mencionan que los resultados obtenidos solo son las bases de una investigación que debe continuar para que se puedan obtener resultados que completen los huecos que un solo estudio y un grupo reducido de pacientes no pueden llenar.
Como puedes ver, entender cómo funciona la marihuana medicinal es solo el inicio para su uso como tratamiento en cualquier enfermedad. Si estás interesado en conocer más sobre el uso medicinal de la planta de marihuana, te invitamos a leer los siguientes capítulos de la Guía de Marihuana Medicinal. Pero si quieres conocer más sobre el consumo de cannabis recreativo o descubrir más sobre el cultivo cannábico, te recordamos que en el blog de La Marihuana encontrarás toda la información verde qué necesitas y que sin duda debes conocer.