Es importante reconocer qué carencia tiene mi planta de nutrientes. Con esta guía te resultará mucho más fácil identificar el problema y hallar la solución.
Diagnóstico de una carencia de nutrientes en plantas de cannabis
Antes de comenzar, hablaremos un poco de los nutrientes. Se dividen en 3 grupos. El primero son los macronutrientes o nutrientes primarios. El segundo los nutrientes secundarios. Y el tercero los micronutrientes.
Esta clasificación no se debe a su importancia, ya que todos son muy importantes. Se refiere a la demanda por parte de la planta.
Desde los más consumidos como son los macronutrientes, hasta los micronutrientes de los que la planta necesita cantidades ínfimas.
Los macronutrientes son nitrógeno, fósforo y potasio. Nutrientes secundarios son calcio, magnesio y azufre. Y los micronutrientes son el manganeso, hierro, boro, cloro, cobre, zinc y cobalto.
Además, los nutrientes pueden ser móviles o inmóviles. Esto significa que algunos de ellos permanecen fijos en zonas de la planta, mientras otros puedes distribuirse de una zona a otra.
Los nutrientes móviles son el nitrógeno, fósforo, potasio y magnesio. E inmóviles son el calcio, azufre, manganeso, hierro, boro, cloro, cobre, zinc y cobalto.
Las hojas más grandes y viejas son los grandes almacenes de nutrientes de la planta. Cuando una carencia afecta a las puntas de crecimiento, sacrifica estas hojas enviando sus reservas a ellas.
Amarillamiento de las hojas
- Si la carencia de nutrientes en las plantas de cannabis ocurre en las hojas jóvenes, puede deberse a una carencia de hierro o manganeso. Esto está muy relacionado con un pH demasiado ácido, así que compruébalo.
- Si ocurre en las hojas medias, lo más común es que se trate de una carencia de molibdeno. También es algo que se relaciona bastante con un pH por debajo de lo indicado.
- En las hojas viejas: suele se el primer síntoma de una carencia de nitrógeno, de potasio o de ambas. También puede deberse a una carencia de magnesio o de zinc.
Caída de las hojas más viejas
- Suele ser un síntoma de carencia de nitrógeno. Si se produce durante la fase de floración, puede ser hasta cierto punto normal. Pero siempre que no ocurra de una manera muy acelerada.
Hojas curvadas hacia abajo
- Los motivos en este caso pueden ser varios. Por un lado una carencia de potasio o del micronutriente cobre. Por otro lado puede ser un primer síntoma de una sobre fertilización o exceso de riego.
Hojas curvadas hacia arriba
- Puede deberse a una carencia de magnesio. Esta carencia de nutrientes es algo bastante habitual cuando se usan aguas de riego blandas, muy blandas, de osmosis o destilada.
Puntas de las hojas quemadas
- Si sucede en las hojas jóvenes, suele ser una carencia de boro. Se trata de un elemento inmóvil que comúnmente escasea debido a una asimilación de nutrientes. El pH siempre está detrás.
- Si la carencia de nutrientes es en las hojas viejas, puede ser que escasee el nitrógeno o en zinc, aunque en este último caso no suele ser habitual. También puede deberse a un exceso de nitrógeno.
Hojas más jóvenes arrugadas y curvadas
- También puede ser varios los motivos. O bien una carencia de potasio. O bien de los micronutrientes zinc, boro y molibdeno. La carencia de cualquiera de ellos afecta a la asimilación de los demás.
Necrosis o muerte celular de las hojas.
- Generalmente esta carencia de nutrientes se asocia al potasio. Aunque también puede deberse a las carencias de magnesio, hierro, zinc o manganeso. El pH tiende a ser más alto de lo habitual.
Crecimiento ralentizado de las hojas.
- Es uno de los síntomas más comunes por la escasez de nitrógeno y fósforo. El uso de un abono completo servirá para resolverlo, además de regular el pH para facilitar su asimilación.
Hojas de color verde pálido
- Lo más habitual podría ser una carencia de nitrógeno. No se debe descartar tampoco una carencia de molibdeno, algo más relacionado con el pH que con una ausencia de este elemento.
Moteado de color oscuro en las hojas
- Es común en las carencias del micronutriente zinc. Lo normal es que regulando el pH se solucione, ya que es un elemento que no suele escasear en condiciones normales.
Tallo espigado
- Una carencia de nitrógeno suele ser siempre la responsable de que esto suceda, además de una carencia lumínica. Con una dosis de abono de crecimiento se corrige.
Tallo flácido o débil
- El nitrógeno y el potasio están detrás de este problema, habitual sobre todo en las primeras semanas de cultivo. Con un abono completo bastaría para solucionarlo.
Tallo quebradizo
- El fósforo y el potasio suelen ser los responsables de este problema, común tanto en las últimas fases de crecimiento como en floración.
Muerte de las puntas de crecimiento
- Cuando esto sucede, la falta de potasio suele ser la responsable. Es más común de lo que podría parecer, sobre todo por el uso de abonos no específicos.
Crecimiento ralentizado de la planta o estancamiento total
- Si ves que la planta no crece o lo hace muy lentamente, el fósforo podría estar detrás del problema. Asegúrate de estar usando un abono completo.
Marchitamiento generalizado de la planta
- Llega a ser muy común, sobre todo cuando se usan aguas de riego blandas, muy blandas, de osmosis o destiladas. La falta de magnesio suele ser la responsable.
Sobre osmosis: Filtros de ósmosis en cultivos de cannabis
Los filtros de ósmosis se usan principalmente para mejorar la calidad del agua. En zonas donde el agua tiene un alto contenido en sales o mal sabor, llega a ahorrar mucho dinero y viajes al supermercado a comprar agua embotellada. Y a nosotros los cultivadores que usamos grandes cantidades de agua para regar nuestras plantas, el ahorro es importante en el caso de que sólo se disponga de agua corriente dura o muy dura. Este tipo de agua tiene un gran contenido en sales de calcio y magnesio, perjudiciales en cantidades tan altas.
Cómo funciona un filtro de osmosis
La ósmosis inversa es una tecnología que se emplea para la purificación del agua. Para ello utiliza una membrana semipermeable que consigue eliminar iones, moléculas y partículas aplicando presión. Puede eliminar muchos tipos de elementos suspendidos en el agua, incluyendo bacterias.
Para facilitar el trabajo de esta membrana y su duración, los filtros de ósmosis se dividen en varias etapas, estando el filtro de ósmosis en la última de ellas. En las primeras, se suelen incluir métodos más baratos de eliminación de sustancias. Cada etapa se refiere a los pasos a los que se somete el agua.
La primera etapa es un filtro de sedimentos. Es capaz de retener partículas en suspensión de tamaños superiores a 5 micras (0,005 milímetros). Pueden ser partículas de tierra o arcilla, materia orgánica, óxido, etc. No extraen del agua ni productos químicos o ni metales pesados.
La etapa intermedia suelen ser generalmente un filtro de restos vegetales como cáscara de nuez, fibra de coco o madera. Una vez tratada con gases en combustión y vapor de agua se consigue un material muy poroso que por adsorción es capaz de eliminar ciertos componentes. Se les suele añadir también una resina de intercambio catiónico. Este filtro elimina principalmente el cloro y reduce la dureza del agua. Dependiendo del filtro, éste puede contar con una o varias etapas intermedias.
La última etapa y final, que dependiendo del modelo puede ser la tercera o cuarta, es el filtro con membrana de ósmosis. Una vez el agua está libre de restos sólidos, cloro y algunas sales, ésta eliminar prácticamente toda partícula que todavía pueda quedar.
Algunos modelos, incluyen un pequeño depósito al final que acumula agua para su inmediato uso, ya que normalmente el proceso de ósmosis es algo lento. También hay gente que tras el filtro con membrana de ósmosis instalan un filtro de carbón activo para mejorar aún más el sabor.
Ventajas
Las ventajas son varias. Por un lado, el ya dicho ahorro en agua embotellada que supone, además de no generar residuos como en este caso sería el plástico de las botellas o garrafas. Y por otro, la calidad del agua, bien sea para nuestro consumo, para el riego de las plantas que es lo que tratamos en este post, e incluso para prolongar la vida de electrodomésticos como lavadora o lavavajillas. Recordemos que el contenido de sales de calcio de las aguas duras es muy alto y tremendamente perjudicial.
Inconvenientes
Todo tiene sus inconvenientes, y en el caso de los filtros de ósmosis también son varios. Por un lado, es el desperdicio de agua, ya que el agua no atravesará la membrana de ósmosis en su totalidad. La que la atraviesa concentra muy poca concentración de sales, pero la residual se irá por el desagüe. Dependiendo del modelo, puede ser necesarios de 4 a 10 litros de agua corriente para 1 litro de agua de ósmosis.
Los filtros precisan un mantenimiento, que dependerá en mayor parte de la calidad del agua y de residuos que contenga. Si se cambian los filtros cuando se debe, no sólo no filtrarán bien el agua, sino que podría llegar a empeorar su calidad.
Y para terminar, los filtros de ósmosis pueden modificar el pH del agua. Esto se debe a la reducción de sales y a la pérdida de la capacidad tampón. Esto no es sólo perjudicial para las plantas, sino para el propio consumo humano. 1