Germinar semillas de cannabis es muy sencillo, aunque para muchos cultivadores sobretodo principiantes puede suponer muchos quebraderos de cabeza y miedo a perder el dinero invertido en la propia semilla. La semilla es lo que se conoce como una forma de vida latente en biología. En su interior la semilla almacena aceite o almidón y proteínas, que el embrión usa para nutrirse durante la fase de germinación y hasta que la radícula encuentre un medio que le permita seguir nutriéndose. Cuando se dan las condiciones apropiadas, la semilla germina y da origen a una planta.
Este embrión puede estar en este estado latente durante años. En el caso del cannabis, una semilla puede germinar pasados más de 10 años si han sido perfectamente conservadas. Otras especies vegetales pueden germinar pasados varios siglos, como sucedió con una semilla de palma datilera de Judea de hace 2000 años encontrada en una vasija bajo en Palacio de Herodes, en Israel.
Para germinar semillas de cannabis, lo más importante son las condiciones ambientales. Con temperaturas frías, las semillas no germinan. Es lo que sucede de forma natural con el cannabis salvaje, no es hasta la primavera cuando las semillas que han caído de los cogollos y han pasado los meses de otoño e invierno enterradas en el suelo, empiezan a germinar. Ésto sucede cuando las temperaturas comienzan a ascender y reciben la señal de que es la hora de comenzar su andadura en una nueva temporada.
Las condiciones óptimas para la germinación es una humedad entre el 85% y el 100%, una temperatura entre 21º y 26º. Aunque como cualquiera puede comprobar, por encima o por debajo del rango de temperatura óptima, además de una humedad menor, una semilla de cannabis también puede germinar. Pero si tratamos de dar el mayor confort a las semillas desde el primer momento y facilitar la germinación, estos son parámetros que debemos tener en cuenta. Una semillas pueden tardar en germinar apenas 12 horas o varios días, siempre dependiendo de la calidad de la semilla, condiciones ambientales e incluso la genética.
DIFERENTES SISTEMAS PARA GERMINAN UNA SEMILLA
En algodón: no es el mejor sistema, ya que una vez enraice la semilla, la raíz puede enredarse en las fibras y sufrir alguna rotura al intentar separarla. No obstante, se pueden usar discos de algodón desmaquillantes sin químicos, son baratos y 100% naturales, y por su compactación las semillas tienen complicado perforarlos.
Jiffys: Jiffy es una marca de discos de turba, aunque por extensión usamos la palabra jiffy para cualquier disco de turba deshidratado y cubierto por una redecilla exterior. Son fáciles de usar, ya que basta hidratarlos con agua y simplemente debemos introducir la semilla en su interior. Una vez la semilla germine, se introducen en una maceta con sustrato.
Tacos de lana de roca: similares a los jiffys, son la opción perfecta para usar sistemas hidropónicos. Son limpios, así que no hay riesgo de que puedan obstruir tuberías, bombas o goteros de riego como sucedería con los discos de turba. También son perfectos para otros sustratos como tierra o coco.
Servilletas de papel: es posiblemente el sistema de germinación más empleado. Se humedece una servilleta con agua, se ponen las semillas sobre ella, y se tapan con otra servilleta húmeda. Se debe controlar todos los días y pasar las semillas a tierra una vez han germinado y la raíz tiene aproximadamente 1cm.
Semilleros: un semillero con sustrato no deja de ser muy diferente que un disco de turbo. Enterramos en cada semillero una semilla, a 1-2 cm de profundidad. En cuando las semillas germinen y la pequeña plántula asome sobre el sustrato, debemos trasplantar, siempre con cuidado de no producir daños en la raíz.
Vaso con agua: si las semillas necesitan humedad para germinar, un vaso con agua cumple ésto. Ayuda a germinar añadir un par de gotas de agua oxigenada. Además, las semillas que desde el primer día flotan, no son válidas y podremos desecharlas.
