Fyahbwoy, el “chico del fuego”, se prepara a sacar nuevo disco a finales de año mientras nos regala un adelanto con La guía de la alegría
Nunca pensaba ser artista, aunque llevaba la música en la sangre. Hoy es una de las principales figuras del dancehall internacional, a pesar de haber dado la espalda a discográficas multinacionales. Fyahbwoy, el “chico del fuego”, se prepara a sacar nuevo disco a finales de año mientras nos regala un adelanto con La guía de la alegría, toda una lección de positivismo y energía aprendida en tiempos de pandemia. Charlamos con él de sus comienzos, de sus nuevos proyectos y de su relación con la marihuana como cultivador, consumidor y activista.
-¿Cómo has vivido el confinamiento? ¿alguna lección positiva que extraer?
-La pandemia nos ha servido a los músicos para poner los pies en el suelo, mirar para dentro, reinventarnos y bajar los egos. He aprovechado todo este tiempo para encerrarme a componer y estudiar otros proyectos. Ha sido duro, adaptarse a los horarios, los toques de queda.
-En plena pandemia has gestado tu próximo disco, pero ya nos has dado un adelanto lleno de buena vibra y positividad tan necesaria en estos tiempos…
-Exactamente, La guía de la Alegría es el primer single que presento en estos momentos que vivimos con un mensaje totalmente positivo y de buena vibra, de tirar para adelante. El disco saldrá a finales de año y esperamos que en primavera del 2022 estemos presentándolo como Dios manda.
-Antes de la música ¿a qué te dedicabas?
-Siempre he sido muy inquieto, me gusta aprender. Estudié Imagen y Sonido, lo que me ha permitido asentar las bases en mi profesión, cómo funciona un estudio de grabación, las mezclas, las masterizaciones. Después estuve trabajando en un grow shop durante 3 años y después reparando ordenadores y de informático durante 5 años.
-¿Cómo fuiste a parar a un grow shop?
-Yo por aquel tiempo ya cultivaba en casa; he cultivado en coco, aeropónico e hidropónico y se me daba bastante bien. Un amigo que tenía un grow shop me lo ofreció y la verdad es que aprendí mucho del sector de autocultivo.
-Ahora no tienes tiempo para el autocultivo pero tu relación con el cannabis continúa
-No, la verdad que no tengo tiempo para autocultivo, hago muchos viajes… Pero nunca he dejado el activismo. He sido presidente de High Class, una de las asociaciones cannábicas más conocidas de Madrid y acusado de un delito contra la salud pública y asociación ilícita. Pero afortunadamente ganamos el juicio y fuimos absuelto de 5 años de cárcel. Decidimos luchar y no pactar una reducción de la pena como están haciendo la mayoría de abogados en estos casos por miedo a enfrentarse a un fiscal.
-¿Eres de índicas o sativas?
-Soy de índicas y sativas, pero más fan de las sativas especialmente de genéticas Kush y sabor americano. Empecé cultivando variedades holandesas. Era muy fan de la Ak 4, todo un clásico que ahora bancos como Buddha Seeds han rescatado y que voy a tener la oportunidad de probar porque estoy germinando unas autos Buddha AK. Aunque anteriormente ya había probado otras variedades de Buddha Seeds y tengo muy buen recuerdo de ellas de mis tiempos como jurado en copas cannábicas.
-¿Fumas cannabis para componer?
-En general fumo a diario y siempre que escribo estoy bajo los efectos del cannabis. Pero el cannabis no es necesario para componer, no es una llave mágica, según mi experiencia personal. Hay veces que las letras me salen solas habiendo tomado por ejemplo una copita de ron, y otras veces que con 4 porros no me sale nada. Es cierto que en este último año disfruto más de la mañana de la lucidez sin fumar y de crear sin estar bajo los efectos de nada. Sólo un cafelito.
Pero sí tengo una anécdota con el tema Por fumar, una de las canciones de la primera maqueta que precisamente hablaba sobre el cannabis y recuerdo que la letra me salió en 15 minutos fumándome dos porros. No pasa muchas veces, pero justo pasó con este tema reivindicativo y que luego se convirtió en un hit…
-Un activista y consumidor de cannabis como tú ¿Cómo ve el tema de la regulación en nuestro país?
-Sinceramente me tiene desconcertado, me considero un ignorante en temas políticos, pero desde mi punto de vista en todo este proceso hay que saltarse a los políticos, son unos carteles propagandísticos que les interesa que compres su producto y una vez lo has comprado todo lo que dicen es mentira. Esto tiene que ser una cuestión de la gente, del asociacionismo por ejemplo, porque la política nunca nos ayuda.
Me encantaría pensar que esto se va a solucionar, pero en nuestro país todo es un mareo cuando en otros países manda la sensatez. El tráfico de drogas les da mucho dinero a los políticos de nuestro país. Creo que ese negocio les sale más rentable que despenalizar…
-¿Imaginaste alguna vez que podrías dedicarte a la música?
-Para nada. En la etapa de informático grabé mi primera canción y contacté con Daddy Cobra quien ha sido siempre mi productor principal. Hicimos una maqueta y la colgamos por internet y pego un pelotazo que nadie esperaba. En ese momento dejé el trabajo de informático para apostar por la música. Hice mi primer disco y me la jugué. Y tuve la suerte que salió bien. De eso ya han pasado 15-16 años.
-¿Recuerdas la primera vez que te subiste a un escenario y cómo fue la experiencia?
-Me acuerdo perfectamente, pero no me llegué a subir al escenario. Fue en una fiesta Ganja Time, yo ya había grabado mi primera canción y mis colegas en la fiesta me presionaron a coger el micro y cantar, medio de pie al lado del DJ. No sabía lo que era enfrentarme al público. Me moría de miedo pero superé el bloqueo.
La siguiente vez fue en un concierto en una sala de Madrid ya con la maqueta grabada, aunque aún no se había presentado. El tercer concierto ya fue en el Viñarock ante 5.000 personas con la maqueta recién lanzada y la gente cantando mis temas. Muerto de miedo y flipando mucho porque con solo 5 canciones ya había una masa de gente cantando las letras. No estaba preparado para lo que estaba pasando en ese momento. No había hecho la maqueta para ser artista, sino para pasármelo bien con un colega. La colgué en internet para ver qué pasaba, sin esperar la repercusión que podría tener. Lo que empezó con un juego se convirtió en una profesión de la noche a la mañana.
-Estas considerado una de las figuras más conocidas del dancehall, ¿Cómo definirías este género y qué tiene de especial para ti?
-Habría que empezar diciendo que no se trata de reggae, porque es el nombre que tiene la cultura jamaicana; es decir el ska pertecene al reggaee, el dancehall pertenece al reggae, la cultura rastafari también. El dancehall es una evolución de la parte jamaicana de baile, es decir, la música de las fiestas nocturnas, de los fines de semana. Es esa sensación de adrenalina y querer bailar. Para los jamaicanos el dancehall es una parte del reggae que se basa en una música digital echa para el baile. Ellos lo mezclan con toda su música popular como el roots, el ska o muchos géneros que han ido evolucionando. Digamos que la conexión que tuve con el dancehall fue como con el hip hop, pero musicalmente para mi tiene una energía más cálida, una métrica que el hip hop no la encontraba. Para mi, el dancehall es más versátil y divertido.
-Empezaste muy joven en la música, pero ¿Cómo surgió la conexión con la música jamaicana y en concreto el dancehall?
-Efectivamente ya con 11 años con los colegas queríamos hacer un grupo; mi padre es músico y yo consumía mucha música. Pero no fue hasta los 17 cuando llegué a Madrid alguien me descubrió el dancehall. Yo ya había escuchado mucho reggae jamaicano clásico junto con otras músicas urbanas del momento como el punk, el heavy, etc. Alguien me prestó unos cds de dancehall puro jamaicano de Ward21 , General deberé, Sizzla, Capleton y me quedé totalmente enganchado. Con estos 4 nombres empecé a investigar y a descubrir y conocer gente en Madrid que escuchaba este tipo de música, así como a ir a fiestas de este estilo de música. Digamos que me costó llegar a esta música y cuando llegué me quedé atrapado.
-¿Y conciertos a la vista?
-De momento este año no tengo conciertos porque con las condiciones que se están celebrando, es decir gente sentada y con mascarilla me niego porque necesito la vibra y la energía de la gente. Si no tengo esa reciprocidad con el público prefiero esperar. Porque mi música en directo es energía.
-¿Alguna novedad en este nuevo trabajo?
-Ha sido producido mayoritariamente por Acción Sánchez, conocido DJ y productor musical. Aunque también tiene otras producciones de Fastah Selectah y de Daddy Cobra. Creo que va a gustar mucho; hay mucha energía, mucho reggae y dancehall, algo de hip hop, pero otros ritmos que la gente no se espera, le va a tocar la fibra sensible. Ah, también hay alguna colaboración con otros artistas…
-¿Nuevos proyectos?
-Sigo preparando colaboraciones internacionales por ejemplo con Lyon Fiah de Colombia. También estoy apunto de lanzar mi primer disco en un doble vinilo, que también incluye la maqueta. Hay muchos amantes del vinilo y en breve estará en tiendas.
-¿Tu sueño sería…?
-Lo he cumplido ya. Mi sueño ha sido despertarme en la selva con los monos e irme a la playa y desayunar agua de coco. Por fin este año he terminado mi casita en Costa Rica. Aunque todavía no la he podido disfrutar. Es mi pequeño trocito de paraíso.
En el plano profesional he compartido escenario con muchos artistas pero no soy obsesivo con alguno en concreto. Me gustaría compartir escenario con Damian Marley por ejemplo, pero ya sucederá porque esos sueños se cumplen solos sin buscarlos. Dejo que fluya.
No quiero llegar a ser el número uno porque hay que convertir en un producto musical y eso no va conmigo. He hecho una gira en China, en California, he cantado en Zimbabwe en sitios donde no pensé que lo haría…Pero yo rechacé los contratos con multinacionales. No aspiro a esas ligas y a esas presiones.
-Tienes muchos seguidores en Latinoamérica, ¿Cuándo podrás reencontrarte con ellos?
-Estoy tratando de hacer un par de shows en Colombia, es posible que lo visite pronto, pero el resto no sé. Porque ahora les viene un invierno duro. Desde aquí les mando un fuerte abrazo, que se cuiden mucho y que aprovechen todo el tiempo de pandemia para aprender cosas nuevas.