La reconocida activista Michka Seeliger-Chatelain ha viajado por todo el mundo para comprenderlo, experimentarlo y sentirse más cerca de él. Nos sentimos honrados de presentar este exclusivo artículo en el blog de Sensi Seeds que la Gran Dama del Cannabis ha escrito en exclusiva, para ti. Aquí tienes sus reflexiones.
Se dice que el amor dura tres años. Después de tres años, los hábitos toman el relevo hasta el punto de que el objeto de nuestro amor deja de brillar. La rutina acaba con la sorpresa.
Lo mismo ocurre con la marihuana: una relación demasiado estrecha termina estropeando el encanto inicial. Paradójicamente, fumar menos con frecuencia permite … disfrutar más.
Es como si tuviéramos que elegir entre la intensidad y la comodidad. La comodidad puede disfrutarse a diario, mientras que la intensidad – en su propia esencia –únicamente puede sentirse cuando se experimenta de forma ocasional. Si lo que buscamos es intensidad, es mejor que fumemos con menos frecuencia, aunque eso signifique consumir cantidades mayores ocasionalmente. Y por supuesto, la marihuana hay que ingerirla, en lugar de fumarla.
Intensidad o comodidad, el dilema de un fumador de cannabis
Recientemente en Seattle (donde hace mucho que se ha legalizado el uso “recreativo”), me encantó descubrir en una tienda especializada, no muy lejos de la casa de mis anfitriones, unas chocolatinas “infundidas” con cannabis. Su genialidad reside en que, independientemente de la marca, todas ellas contienen una dosis de 10 mg de THC, lo que garantiza que sepamos exactamente qué esperar en lo que respecta a los efectos, eliminando así el aspecto de ruleta rusa que suele relacionarse con dichos productos comestibles. Descubrí que 10 mg de THC me hacían sentir muy cómoda durante por lo menos cuatro horas, y los efectos en ningún momento se volvieron demasiado intensos. Me sentí conmovida al darme cuenta de lo recomendables que serían ¡para las personas que necesitan cannabis con el fin de tratar sus problemas de salud! ¿Cuándo estarán disponibles en Europa?
Después de unos días consecutivos de “tratamiento”, me obligué a mantenerme sobria durante otros cuantos. Después de todo, me parece que consumir menos (pero al final cantidades mayores) es la forma perfecta de mantener viva – o reavivar – nuestra historia de amor con la marihuana. Reavivar la ligereza o la profundidad, en todo caso, la hilaridad y la creatividad que impregnaron nuestros primeros momentos con ella.
Conoce tu marihuana, ríndete ante la Madre Naturaleza
Me gusta advertir a los nuevos consumidores: para preservar todo el placer, asegúrate de fumar, o vaporizar, sólo de manera ocasional (¡una vez a la semana es perfecto!), desde luego, no a diario.
Y por supuesto, me gusta insistir en el hecho de que no todos los tipos de marihuana nacen iguales. Las Sativas (hojas largas y finas) poseen el asombroso poder de mejorar nuestra imaginación y comprensión, haciéndonos – por lo que parece – más inteligentes durante un rato.
Otra ventaja de este tipo de consumo es que nos acerca a la dimensión sagrada de la marihuana. La planta tiene la notable capacidad de hacer que nos unamos de nuevo con la naturaleza: el mundo natural es un todo indivisible, y nosotros, los seres humanos, somos una parte integrante de él. Somos naturaleza. Y sentirlo en la parte más remota de nuestro cuerpo es muy reconfortante.
En los años 60, cuando los hijos e hijas de la burguesía blanca americana descubrieron por primera vez la marihuana, adornándola con todas las virtudes (mientras que desconfiaban del querido alcohol de sus padres), proclamaron: Dios creó la marihuana, el hombre creó el alcohol – ¿de quién te fías?
En lo que a mí respecta, siempre voy a depositar mi confianza en la Madre Naturaleza, no en nuestros brebajes, no importa lo atractivos que parezcan. A riesgo de inclinarme hacia el lado reaccionario, diré lo siguiente: no nos puede ir mal cuando nos mantenemos lo más cerca posible de la planta en la forma en que la naturaleza nos la ha proporcionado. No nos precipitemos con los mejunjes que han brotado de manos humanas.
Me gustaría añadir un comentario final. Mantener el cannabis alejado del tabaco (como ha sido la tradición en el continente americano) y no consumirlos juntos permite una comprensión más clara de nuestra relación con cada planta. Esa práctica es relevante cuando se trata de gestionar de manera satisfactoria nuestra relación con ellas (sea cual sea nuestro criterio personal en este tema).
Del origen de este consejo, y de mi cariño por la planta de cannabis
Durante cuarenta y cinco años, la marihuana ha sido mi amiga y mi aliada. Me ha puesto en sintonía con mi intuición, y por eso, estoy agradecida. No es una tarea fácil, porque la intuición es el canal a través del cual recibimos mensajes de nuestro ser interior. De hecho, ese yo interior tiene acceso a la conciencia universal, accediendo a información, pasada y por venir. Por lo tanto, a veces busco un poco de ayuda de una Sativa (por desgracia, cada vez es más difícil encontrar una) cuando me enfrento a una decisión importante.
Después de casi medio siglo de feliz compañerismo, esas son algunas de las conclusiones a las que he llegado, y estoy feliz de compartirlas con quien de verdad quiera preservar lo mejor que hay en la relación con esta planta magistral. Una planta magistral que ha sido nuestra compañera desde tiempos inmemoriales, una que nos seduce de tantas maneras…
Por Michka Seeliger-Chatelain