El fósforo y potasio, macronutrientes indispensables para floración

Junto al nitrógeno, el fósforo y potasio son los conocidos como macronutrientes. Son los 3 elementos que más demandan las plantas durante su cultivo. Unos son más demandados en la fase de enraizado. Otros en la fase de crecimiento. Y otros en la fase de floración.

Pero ninguno de ellos se pueden considerar más importante que los nutrientes secundarios o los micronutrientes. Todos y cada uno de ellos cumplen una función, y la escasez de uno puede afectar a la asimilación de otros.

En nuestro post de hoy os vamos a hablar de los macronutrientes y sus funciones. Pero especialmente haciendo énfasis en los más importantes en la fase de floración: el fósforo y potasio. Sin ellos, las producciones serían muy pobres y mediocres.

LAS FUNCIONES DEL NITRÓGENO

El nitrógeno es esencial para el crecimiento de las plantas, ya que regula la capacidad para fabricar proteínas. Además es el responsable del desarrollo de hojas y tallos. En la fase de floración, la demanda de nitrógeno es mucho menor, por lo que no suele ser muy común las carencias de este nutriente en esta fase.

Si fuese necesario en caso de carencias, se puede añadir alguna dosis de abono de crecimiento en cualquier momento de la fase de floración. Pero un exceso de nitrógeno en cambio, hace que los cogollos tengan peor sabor. Tendrás el típico toque a clorofila en ocasiones tan desagradable y que hace que la marihuana “rasque” al fumarla.

EL FÓSFORO Y POTASIO EN FLORACIÓN

Si miramos la composición de cualquier abono de floración, veremos que su NPK contiene más fósforo y potasio que nitrógeno. Además, cualquier fabricante en sus líneas de abonos suele incluir potenciadores de floración. Estos suelen contener dosis especialmente altas de fósforo y potasio.

La demanda estos dos nutrientes por parte de las plantas no es igual a lo largo de la fase de floración. Una vez los cogollos ya se han formado, los potenciadores a base de fósforo y potasio se encargarán de engordarlos. No dejan de ser por lo tanto un refuerzo que acompañarán al abono de floración en los momento que las plantas más precisan estos dos nutrientes.

LAS FUNCIONES DEL FÓSFORO

El fósforo por su parte, además de imprescindible para la floración, también es muy demandado en algunas fases de crecimiento. Lo es especialmente en la germinación o esquejado. El fósforo es vital para que la planta pueda realizar la fotosíntesis. Además juega un papel fundamental en los procesos de combustión de las células y en la transferencia de energía solar a compuestos químicos. También es un ladrillo con el que las plantas construyen paredes celulares y está relacionado directamente con el ADN y todo tipo de proteínas y enzimas.

La carencia de fósforo durante la fase de floración, causa un retraso en la misma. Los cogollos también tenderán a ser más pequeños y aireados. Además, las plantas con carencias de este nutriente son más débiles y propensas a sufrir ataques de plagas y hongos. Ante una carencia de fósforo, debemos usar lógicamente un fertilizante rico en fósforo. Principalmente sería un abono para floración, un potenciador de floración, o algún mononutriente de fósforo.

LAS FUNCIONES DEL POTASIO

El potasio por otro lado, es esencial para que la planta pueda extraer el agua y los nutrientes del suelo, para después asimilarlos mediante un proceso de osmosis. Interviene directamente en la fotosíntesis favoreciendo la síntesis de los hidratos de carbono, proteínas y aminoácidos. También fomenta la producción de azúcares y almidones, y es fundamental en la división celular. Además aumenta la resistencia de las plantas frente a sequías y ataques externos, a la vez que refuerza sus tejidos.

La carencia de potasio en floración provoca que la temperatura interna de hojas de dispare. Por otro lado, las proteínas de las células se llegan a quemar o degradar, haciendo que las plantas sean más propensas al ataque de enfermedades, plagas y hongos. Es más común en plantas cultivadas en macetas, o en suelos y agua de riego con una salinidad alta. Ante una carencia de potasio, se debe usar también un abono de floración, un potenciador de floración o un mononutriente de potasio.

CARENCIAS Y EXCESOS DE FÓSFORO Y POTASIO

Cualquier carencia de cualquier nutriente no significa necesariamente que ese nutriente escasee. Puede deberse simplemente a una mala asimilación del mismo. El motivo principal se suele relacionar con un pH inadecuado. Es posible que el sustrato tenga nutrientes suficientes, pero la planta no los llegue a asimilar por encontrarse fuera del rango de disponibilidad. Por lo que abonando más lo único que conseguiremos es saturar de nutrientes el sustrato.

Es por ello que regular el pH es tan importante. Así nos garantizaremos que todos los nutrientes disponibles en el sustrato y todos los que iremos añadiendo a lo largo del cultivo, son asimilados por las plantas.

Tanto el nitrógeno, como el fósforo y potasio son nutrientes móviles. Es decir que en caso de una deficiencia, la planta es capaz por sí misma de traslocar o enviar cualquiera de ellos de una zona a otra. Es por ello que una carencia de ellos primero se manifiesta en las hojas más grandes y viejas, ya que es de ahí de donde la planta los enviará a las zonas más jóvenes con el objeto de que la planta pueda continuar su desarrollo.

Un exceso de fósforo y potasio siempre es peor que una carencia. Ello nos obligará a tomar una serie de medidas. Si es un exceso leve, puede ser suficiente con disminuir las dosis de abonos y potenciadores. Si se trata de un exceso severo, no quedará otro remedio que realizar un lavado de raíces. Sin duda será un gran contratiempo que afectará a la producción.