¿Cuándo hay que cosechar?
Cosecharemos cuando veamos que la potencia de inflorescencia del cogollo está al máximo. Como bien sabéis, esto es una de las claves de la cuestión, que sólo se aprende después de algunas cosechas: en las primeras nos apresuramos y lo hacemos antes de hora; en los siguientes nos pasamos, con lo que permitimos la aparición de cannabinoides no deseados.
Como bien sabemos, se trata de buscar la combinación justa para cada paladar y gusto en el ratio entre THC, CBD y CBN, evitando los efectos somníferos y buscando aquellos electrizantes y procuradores del ja-ja-ja
Decisión del día de la cosecha
El sistema es muy simple y se basa en la observación exhaustiva de la planta, y en particular, de los cogollos de la cúspide. Esto se realizará mediante una lupa o lente de 30 aumentos, con la que se observará primero la cima de la planta, en particular las glçandulas en forma de chupachup (tricomas), que cuelgan en en las puntas de los pistilos y hojitas pequeñas alrededor de las inflorescencias. Al principio serán trasparentes y translúcidas; a los días, si nos pasamos, ámbar opaco.
La técnica que no falla
El momento justo es cuando sobre el 60% de estos tricomas son de color ámbar pero translúcidos y el 40% empiezan a madurar de un color transparente ámbar. Cuando todo esté seco y almacenado, estos tricomas que empezaban a madurar estarán en su punto máximo.
Es por eso que una observación diaria y meticulosa permite una cosecha escalonada de nuestros cogollos listos, evitando la descomposición del THC de éstos y favoreciendo la progresiva maduración final del resto de las plantas.
La elección del mejor momento para cosechar plantas enteras se hará basándonos en el procentaje de pistilos maduros que veamos (si no tenemos a nuestra disposición una lupa); dicen que cuando dos tercios de los pistilos están de color ámbar es el momento de cosechar. Es mejor observar los tricomas, aunque a falta de otra manera, nos podemos fijar el los pistilos, pues esta técnica es buena en primera aproximación.
A veces la selección por pistilos es difícil por que hay variedades que muestran colores rosáceos y violáceos, completamente diferentes de los habituales, y nos despistan. El truco para remediarlo, es acelerar la madurez oscureciendo las plantas a lo bestia durante dos o tres días (poniendo las plantas en un sitio oscuro).
No se cosechará hasta que un 75% de los cogollos de la planta no estén listos. Si por desgracia nuestras plantas han sido fecundadas por un macho lejano o por alguna planta hermafrodita que no hayamos individuado, tendremos cañamones. Es otro de los factores que nos indicará el grado de madurez: cañamones blancos o verde claro significa que no está lista todavía. Han de ser de color marrón más o menos oscuro.
No me cansaré de repetir, para cosechar en el punto óptimo, la clave es la experiencia; pero al menos ahora, sabrás dónde mirar hasta que perfecciones la técnica.
Cosecharemos cuando veamos que la potencia de inflorescencia del cogollo está al máximo. Como bien sabéis, esto es una de las claves de la cuestión, que sólo se aprende después de algunas cosechas: en las primeras nos apresuramos y lo hacemos antes de hora; en los siguientes nos pasamos, con lo que permitimos la aparición de cannabinoides no deseados.
Como bien sabemos, se trata de buscar la combinación justa para cada paladar y gusto en el ratio entre THC, CBD y CBN, evitando los efectos somníferos y buscando aquellos electrizantes y procuradores del ja-ja-ja
Decisión del día de la cosecha
El sistema es muy simple y se basa en la observación exhaustiva de la planta, y en particular, de los cogollos de la cúspide. Esto se realizará mediante una lupa o lente de 30 aumentos, con la que se observará primero la cima de la planta, en particular las glçandulas en forma de chupachup (tricomas), que cuelgan en en las puntas de los pistilos y hojitas pequeñas alrededor de las inflorescencias. Al principio serán trasparentes y translúcidas; a los días, si nos pasamos, ámbar opaco.
La técnica que no falla
El momento justo es cuando sobre el 60% de estos tricomas son de color ámbar pero translúcidos y el 40% empiezan a madurar de un color transparente ámbar. Cuando todo esté seco y almacenado, estos tricomas que empezaban a madurar estarán en su punto máximo.
Es por eso que una observación diaria y meticulosa permite una cosecha escalonada de nuestros cogollos listos, evitando la descomposición del THC de éstos y favoreciendo la progresiva maduración final del resto de las plantas.
La elección del mejor momento para cosechar plantas enteras se hará basándonos en el procentaje de pistilos maduros que veamos (si no tenemos a nuestra disposición una lupa); dicen que cuando dos tercios de los pistilos están de color ámbar es el momento de cosechar. Es mejor observar los tricomas, aunque a falta de otra manera, nos podemos fijar el los pistilos, pues esta técnica es buena en primera aproximación.
A veces la selección por pistilos es difícil por que hay variedades que muestran colores rosáceos y violáceos, completamente diferentes de los habituales, y nos despistan. El truco para remediarlo, es acelerar la madurez oscureciendo las plantas a lo bestia durante dos o tres días (poniendo las plantas en un sitio oscuro).
No se cosechará hasta que un 75% de los cogollos de la planta no estén listos. Si por desgracia nuestras plantas han sido fecundadas por un macho lejano o por alguna planta hermafrodita que no hayamos individuado, tendremos cañamones. Es otro de los factores que nos indicará el grado de madurez: cañamones blancos o verde claro significa que no está lista todavía. Han de ser de color marrón más o menos oscuro.
No me cansaré de repetir, para cosechar en el punto óptimo, la clave es la experiencia; pero al menos ahora, sabrás dónde mirar hasta que perfecciones la técnica.
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