El domingo es un día que debería tener 30 horas. Porque si te despiertas a las cuatro de la tarde, ya me dirás cómo cojones aprovechas el día. Además ¿no se supone que el finde está hecho para descansar? Pues te levantas más cansado que un perro y parece que te has tenido que pegar de tortas con veinte tíos… y se te queda un cuerpo serrano para el lunes que no veas.
Dios es un cabrón: Los días de bajón sube la potencia del sol, hasta que la luz traspasa la ventana y la dirige directamente a tus ojos. No creo que haya nada más retorcido que subir una ventana cuando ves que tu hijo está durmiendo la borrachera. Mamá, si lees esto, ahora te lo puedo decir… cada vez que me hacías eso de la persiana, escuchaba voces en mi cabeza, algo de una katana y… de matar a alguien… afortunadamente estaba muy cansado para parricidios y mariconadas así.
Los síntomas más evidentes del bajón dominguero son:
- La incapacidad para encontrar la segunda zapatilla. Y es que seguro que la cabrona de tu novia-madre-abuela te las ha escondido (aposta), para que te vuelvas loco buscándola. Luego cuando logras mover tu vista 30 centímetros más a la derecha, la encuentras… pero para entonces ya estarás diciendo a gritos “Mamáaaa, dónde cojones me has dejado las zapatillassssss?
- Ese pitido en tu cabeza demuestran que en alguno de los garitos que has frecuentado a última hora (con la vana excusa de “matar el pedo”), te han puesto algo que se parece más a anticongelante que a Barceló. O te han metido garrafón o algún cabrón alienígena te ha introducido un chip en la cabeza que se dedica a pegar pitidos y a moverse dentro como un gusano.
- Drogas legales: El paracetamol, el almax y el ibuprofeno… que también tendrás que buscar… como las zapatillas. Los medicamentos tienen la manía de caducar cuando los necesitas. Cuando no los necesitas ves el puto paquete de aspirinas por toda la casa, por la cocina, en el lavabo, en la mesa del salón… pero cuando te hace falta de verdad, solo encuentras una ristra de plástico y metal… con todos los agujeros vacíos. La puta manía de las mujeres de automedicarse es casi tan perversa como su manía de no reponer las medicinas que gastan.
NOTA: Con el papel higiénico pasa lo mismo, siempre dejan el rollo de cartón… vacío, con una minúscula tirita de papel que se queda pegada en el rollo, y que nunca es suficiente para limpiar todo el “área afectada”. Te toca levantarte haciendo malabarismos, con los pantalones a la altura de los tobillos, apretando el culo para que no caiga ningún residuo, y andar como un pingüino en busca del nuevo rollo. Los putos pingüinos lo tienen fácil, dejan la capa de guano y fuera, pero tú no puedes ir dejando caquitas por el pasillo, como haría garbancito para no perder el camino de vuelta al servicio.
Y es que el baño es la primera habitación a la que vamos cuando tenemos bajón excelencia. Primero para ver esa cara ojerosa de troll que se te queda cuando tienes resaca. No te asustes, ese monstruo de ojos ensangrentados y ojeras verdosas eres tú. Lávate la cara que te va a dar igual, eres feo joder, y los domingos más (asúmelo).
Luego hay que mear. El tiempo de la meada suele ser directamente proporcional a los litros de alcohol que has ingerido la noche anterior e inversamente proporcional al número de veces que has ido a los baños durante la noche. NOTA: Solo cuentan las veces que has ido a mear… las otras veces que has ido al tigre con otro colega no cuentan.
Conozco una persona que estuvo tanto tiempo meando que se le subían los gemelos. Tengo un amigo que dice que lo mejor de esta vida es una buena meada, casi tanto como una buena corrida. Yo creo que el gustito que te deja cuando has descargado los dos barriles de cerveza por el W.C., casi lo supera... (casi). Por cierto, cuando digo corrida no me refiero a los toros… aunque si lo piensas bien, una buena meada supera a cualquier corrida de El Juli. Esto es bastante evidente, el chico es pequeñajo.
Ducharse el domingo es... opcional. Aunque huelas a choto y tengas las axilas más irritadas que el culo de un niño meado, siempre se puede hacer una limpieza superficial… con la toalla y agua fría (por lo menos para refrescar el picor del sobaco), porque meterte dando tumbos en la bañera y todavía medio pedo… como que no.
La segunda habitación que visitas es la cocina, primero para buscar en la nevera cualquier cosa líquida y fresquita que te refresque la garganta, da lo mismo leche a morro del brik (esto requiere su técnica), la botella de Coca Cola (que ya no tiene un pijo de gas) o la garrafa de agua. Si te cae algo de líquido por la camiseta, da igual, siempre te puedes limpiar con la manga del pijama, que es bastante absorbente.
Los frigoríficos son unas máquinas diabólicas, cuando estás fumado nunca tienen lo que te apetece, solo el paquete de tranchettes abierto, el bote de mayonesa con la capita amarilla por encima, el bote de kétchup con todo el pegote rojo reseco en la parte del tapón y alguna bolsa de bimbo con principios de moho ¿Quien no se ha hecho un sándwich de mayonesa con tranchettes y kétchup? Porque claro, con la fumada no es plan de ponerte a freir huevos, a no ser que quieras morir abrasado por el aceite hirviendo de la sartén.
Otra prueba de que el frigorífico es un cabrón es que cuando cierras la puerta… la vuelves a abrir con la vana esperanza de que aparezca algo comestible, o de haberte perdido algún detalle, NO SEAS TONTO, siempre vuelve a haber lo mismo de antes. Tampoco funciona el truco si lo abres más de tres veces. Vete sacando el bimbo y los botes y deja de hacer el gilipollas.
Pero lo peor es que cuando estás de bajonazo, el frigo está lleno de suculenta comida (lo que te hace casi tener arcadas…) Esto me hace pensar… el frigorífico tiene inteligencia y nos vacila escondiendo la comida tras su compartimento secreto… y luego la saca cuando estamos de bajón para hacernos vomitar. No te engañes, tampoco se apaga la luz cuando lo cerramos, creo que el último que intentó demostrarlo fue un tal Walt Disney.
¿Por qué las madres siempre hacen tortillas de patata y/o ensaladilla rusa los domingos? ¿es una venganza personal? ¿No saben que cualquier cosa pastosa y con grumos debería estar prohibida los domingos? Y casi peor si te ponen paella, no me jodassssss. La comida los domingos si no vives en casa de tus padres, también es opcional... y si vives con tus viejos... te jodes¡¡¡
Y por último está el destino final del domingo. El sofá.
El sofá es ese mueble que hay debajo de las cazadoras, la mochila, el móvil, el cenicero lleno de colillas, el portatil, la cámara de fotos, las botellas vacías y los platos de comida de la cena. Para acceder a él primero hay que quitar todas esas cosas… y ponerlas en la mesa del salón. No dejes para el domingo, lo que puedas hacer el lunes. No te rayes, los trozos de pizza resecos no huelen a podrido. Incluso varios días después... no huelen. Pero se ponen duros como los pies de Cristo.
Por último, una petición para las autoridades competentes, habría que lapidar públicamente a los responsables de las televisiones de los domingos por la tarde. Los domingos no echan nada por la tele, solo mierda y algo de deportes. Los deportes… me canso hasta de mirarlos. Y cuando echan el Tour y me he tragado toda la puta etapa de montaña, siempre me quedo dormido cuando faltan dos kilómetros para la llegada... y cuando me despierto estan echando un partido de balonmano y no se quien cojones ha ganado la etapa. Como para ponerte a mirar el teletexto...
Las pelis domingueras igual, o son más malas que la leche, o son reposiciones. La novena vez que vi “Braveheart” en Antena3 ya me sabía hasta los diálogos. Y cuando escucho la voz de Carmen Sevilla anunciando la película de Paco Martínez Soria en “Cine de Barrio”, las mismas voces en mi cabeza, no se qué… del televisor… y de la ventana. Otra cosa, el mando del televisor lleva media hora en ese lugar. Encima de los trozos resecos de pizza. Ningún ente extraño lo ha puesto de repente en ese lugar. Lo que pasa es que te está comiendo hace media hora, otra cosa es que tu cerebro no esté listo para asociar "objeto cuadrado con botones = mando de la tele".
Estás demasiado jodido para jugar a la play, para chatear… asúmelo, es domingo y hoy te toca hacer el papel que mejor sabes hacer: De parásito. Vete sacando un papelillo para hacer que pase más rápido. Mañana lunes será peor. No lo pienses que te va a dar igual.
Dios es un cabrón: Los días de bajón sube la potencia del sol, hasta que la luz traspasa la ventana y la dirige directamente a tus ojos. No creo que haya nada más retorcido que subir una ventana cuando ves que tu hijo está durmiendo la borrachera. Mamá, si lees esto, ahora te lo puedo decir… cada vez que me hacías eso de la persiana, escuchaba voces en mi cabeza, algo de una katana y… de matar a alguien… afortunadamente estaba muy cansado para parricidios y mariconadas así.
Los síntomas más evidentes del bajón dominguero son:
- La incapacidad para encontrar la segunda zapatilla. Y es que seguro que la cabrona de tu novia-madre-abuela te las ha escondido (aposta), para que te vuelvas loco buscándola. Luego cuando logras mover tu vista 30 centímetros más a la derecha, la encuentras… pero para entonces ya estarás diciendo a gritos “Mamáaaa, dónde cojones me has dejado las zapatillassssss?
- Ese pitido en tu cabeza demuestran que en alguno de los garitos que has frecuentado a última hora (con la vana excusa de “matar el pedo”), te han puesto algo que se parece más a anticongelante que a Barceló. O te han metido garrafón o algún cabrón alienígena te ha introducido un chip en la cabeza que se dedica a pegar pitidos y a moverse dentro como un gusano.
- Drogas legales: El paracetamol, el almax y el ibuprofeno… que también tendrás que buscar… como las zapatillas. Los medicamentos tienen la manía de caducar cuando los necesitas. Cuando no los necesitas ves el puto paquete de aspirinas por toda la casa, por la cocina, en el lavabo, en la mesa del salón… pero cuando te hace falta de verdad, solo encuentras una ristra de plástico y metal… con todos los agujeros vacíos. La puta manía de las mujeres de automedicarse es casi tan perversa como su manía de no reponer las medicinas que gastan.
NOTA: Con el papel higiénico pasa lo mismo, siempre dejan el rollo de cartón… vacío, con una minúscula tirita de papel que se queda pegada en el rollo, y que nunca es suficiente para limpiar todo el “área afectada”. Te toca levantarte haciendo malabarismos, con los pantalones a la altura de los tobillos, apretando el culo para que no caiga ningún residuo, y andar como un pingüino en busca del nuevo rollo. Los putos pingüinos lo tienen fácil, dejan la capa de guano y fuera, pero tú no puedes ir dejando caquitas por el pasillo, como haría garbancito para no perder el camino de vuelta al servicio.
Y es que el baño es la primera habitación a la que vamos cuando tenemos bajón excelencia. Primero para ver esa cara ojerosa de troll que se te queda cuando tienes resaca. No te asustes, ese monstruo de ojos ensangrentados y ojeras verdosas eres tú. Lávate la cara que te va a dar igual, eres feo joder, y los domingos más (asúmelo).
Luego hay que mear. El tiempo de la meada suele ser directamente proporcional a los litros de alcohol que has ingerido la noche anterior e inversamente proporcional al número de veces que has ido a los baños durante la noche. NOTA: Solo cuentan las veces que has ido a mear… las otras veces que has ido al tigre con otro colega no cuentan.
Conozco una persona que estuvo tanto tiempo meando que se le subían los gemelos. Tengo un amigo que dice que lo mejor de esta vida es una buena meada, casi tanto como una buena corrida. Yo creo que el gustito que te deja cuando has descargado los dos barriles de cerveza por el W.C., casi lo supera... (casi). Por cierto, cuando digo corrida no me refiero a los toros… aunque si lo piensas bien, una buena meada supera a cualquier corrida de El Juli. Esto es bastante evidente, el chico es pequeñajo.
Ducharse el domingo es... opcional. Aunque huelas a choto y tengas las axilas más irritadas que el culo de un niño meado, siempre se puede hacer una limpieza superficial… con la toalla y agua fría (por lo menos para refrescar el picor del sobaco), porque meterte dando tumbos en la bañera y todavía medio pedo… como que no.
La segunda habitación que visitas es la cocina, primero para buscar en la nevera cualquier cosa líquida y fresquita que te refresque la garganta, da lo mismo leche a morro del brik (esto requiere su técnica), la botella de Coca Cola (que ya no tiene un pijo de gas) o la garrafa de agua. Si te cae algo de líquido por la camiseta, da igual, siempre te puedes limpiar con la manga del pijama, que es bastante absorbente.
Los frigoríficos son unas máquinas diabólicas, cuando estás fumado nunca tienen lo que te apetece, solo el paquete de tranchettes abierto, el bote de mayonesa con la capita amarilla por encima, el bote de kétchup con todo el pegote rojo reseco en la parte del tapón y alguna bolsa de bimbo con principios de moho ¿Quien no se ha hecho un sándwich de mayonesa con tranchettes y kétchup? Porque claro, con la fumada no es plan de ponerte a freir huevos, a no ser que quieras morir abrasado por el aceite hirviendo de la sartén.
Otra prueba de que el frigorífico es un cabrón es que cuando cierras la puerta… la vuelves a abrir con la vana esperanza de que aparezca algo comestible, o de haberte perdido algún detalle, NO SEAS TONTO, siempre vuelve a haber lo mismo de antes. Tampoco funciona el truco si lo abres más de tres veces. Vete sacando el bimbo y los botes y deja de hacer el gilipollas.
Pero lo peor es que cuando estás de bajonazo, el frigo está lleno de suculenta comida (lo que te hace casi tener arcadas…) Esto me hace pensar… el frigorífico tiene inteligencia y nos vacila escondiendo la comida tras su compartimento secreto… y luego la saca cuando estamos de bajón para hacernos vomitar. No te engañes, tampoco se apaga la luz cuando lo cerramos, creo que el último que intentó demostrarlo fue un tal Walt Disney.
¿Por qué las madres siempre hacen tortillas de patata y/o ensaladilla rusa los domingos? ¿es una venganza personal? ¿No saben que cualquier cosa pastosa y con grumos debería estar prohibida los domingos? Y casi peor si te ponen paella, no me jodassssss. La comida los domingos si no vives en casa de tus padres, también es opcional... y si vives con tus viejos... te jodes¡¡¡
Y por último está el destino final del domingo. El sofá.
El sofá es ese mueble que hay debajo de las cazadoras, la mochila, el móvil, el cenicero lleno de colillas, el portatil, la cámara de fotos, las botellas vacías y los platos de comida de la cena. Para acceder a él primero hay que quitar todas esas cosas… y ponerlas en la mesa del salón. No dejes para el domingo, lo que puedas hacer el lunes. No te rayes, los trozos de pizza resecos no huelen a podrido. Incluso varios días después... no huelen. Pero se ponen duros como los pies de Cristo.
Por último, una petición para las autoridades competentes, habría que lapidar públicamente a los responsables de las televisiones de los domingos por la tarde. Los domingos no echan nada por la tele, solo mierda y algo de deportes. Los deportes… me canso hasta de mirarlos. Y cuando echan el Tour y me he tragado toda la puta etapa de montaña, siempre me quedo dormido cuando faltan dos kilómetros para la llegada... y cuando me despierto estan echando un partido de balonmano y no se quien cojones ha ganado la etapa. Como para ponerte a mirar el teletexto...
Las pelis domingueras igual, o son más malas que la leche, o son reposiciones. La novena vez que vi “Braveheart” en Antena3 ya me sabía hasta los diálogos. Y cuando escucho la voz de Carmen Sevilla anunciando la película de Paco Martínez Soria en “Cine de Barrio”, las mismas voces en mi cabeza, no se qué… del televisor… y de la ventana. Otra cosa, el mando del televisor lleva media hora en ese lugar. Encima de los trozos resecos de pizza. Ningún ente extraño lo ha puesto de repente en ese lugar. Lo que pasa es que te está comiendo hace media hora, otra cosa es que tu cerebro no esté listo para asociar "objeto cuadrado con botones = mando de la tele".
Estás demasiado jodido para jugar a la play, para chatear… asúmelo, es domingo y hoy te toca hacer el papel que mejor sabes hacer: De parásito. Vete sacando un papelillo para hacer que pase más rápido. Mañana lunes será peor. No lo pienses que te va a dar igual.
jajajajja
