Los filtros de ósmosis se usan principalmente para mejorar la calidad del agua. En zonas donde el agua tiene un alto contenido en sales o mal sabor, llega a ahorrar mucho dinero y viajes al supermercado a comprar agua embotellada. Y a nosotros los cultivadores que usamos grandes cantidades de agua para regar nuestras plantas, el ahorro es importante en el caso de que sólo se disponga de agua corriente dura o muy dura. Este tipo de agua tiene un gran contenido en sales de calcio y magnesio, perjudiciales en cantidades tan altas.
CÓMO FUNCIONA UN FILTRO DE ÓSMOSIS
La ósmosis inversa es una tecnología que se emplea para la purificación del agua. Para ello utiliza una membrana semipermeable que consigue eliminar iones, moléculas y partículas aplicando presión. Puede eliminar muchos tipos de elementos suspendidos en el agua, incluyendo bacterias.
Para facilitar el trabajo de esta membrana y su duración, los filtros de ósmosis se dividen en varias etapas, estando el filtro de ósmosis en la última de ellas. En las primeras, se suelen incluir métodos más baratos de eliminación de sustancias. Cada etapa se refiere a los pasos a los que se somete el agua.
La primera etapa es un filtro de sedimentos. Es capaz de retener partículas en suspensión de tamaños superiores a 5 micras (0,005 milímetros). Pueden ser partículas de tierra o arcilla, materia orgánica, óxido, etc. No extraen del agua ni productos químicos o ni metales pesados.
La etapa intermedia suelen ser generalmente un filtro de restos vegetales como cáscara de nuez, fibra de coco o madera. Una vez tratada con gases en combustión y vapor de agua se consigue un material muy poroso que por adsorción es capaz de eliminar ciertos componentes. Se les suele añadir también una resina de intercambio catiónico. Este filtro elimina principalmente el cloro y reduce la dureza del agua. Dependiendo del filtro, éste puede contar con una o varias etapas intermedias.
La última etapa y final, que dependiendo del modelo puede ser la tercera o cuarta, es el filtro con membrana de ósmosis. Una vez el agua está libre de restos sólidos, cloro y algunas sales, ésta eliminar prácticamente toda partícula que todavía pueda quedar.
Algunos modelos, incluyen un pequeño depósito al final que acumula agua para su inmediato uso, ya que normalmente el proceso de ósmosis es algo lento. También hay gente que tras el filtro con membrana de ósmosis instalan un filtro de carbón activo para mejorar aún más el sabor.
VENTAJAS
Las ventajas son varias. Por un lado, el ya dicho ahorro en agua embotellada que supone, además de no generar residuos como en este caso sería el plástico de las botellas o garrafas. Y por otro, la calidad del agua, bien sea para nuestro consumo, para el riego de las plantas que es lo que tratamos en este post, e incluso para prolongar la vida de electrodomésticos como lavadora o lavavajillas. Recordemos que el contenido de sales de calcio de las aguas duras es muy alto y tremendamente perjudicial.
INCONVENIENTES
Todo tiene sus inconvenientes, y en el caso de los filtros de ósmosis también son varios. Por un lado, es el desperdicio de agua, ya que el agua no atravesará la membrana de ósmosis en su totalidad. La que la atraviesa concentrá muy poca concentración de sales, pero la residual se irá por el desagüe. Dependiendo del modelo, puede ser necesarios de 4 a 10 litros de agua corriente para 1 litro de agua de ósmosis.
Los filtros precisan un mantenimiento, que dependerá en mayor parte de la calidad del agua y de residuos que contenga. Si se cambian los filtros cuando se debe, no sólo no filtrarán bien el agua, sino que podría llegar a empeorar su calidad.
Y para terminar, los filtros de ósmosis pueden modificar el pH del agua. Ésto se debe a la reducción de sales y a la pérdida de la capacidad tampón. Ésto no es sólo perjudicial para las plantas, sino para el propio consumo humano.