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Fabrica el mejor sustrato para tus planta con estos consejos

26 March, 2020, 9:20 AM
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La elección de un buen sustrato será clave para el desarrollo de un cultivo de cannabis. En un sustrato de mala calidad cualquier planta tendrá dificultades para desarrollarse, e incluso puede llegar a ni siquiera asomar y morir en pocos días. Un buen sustrato sobretodo debe ser esponjoso, lo que mejorará la aireación de las raíces y la retención de líquidos. Que la cantidad de nutrientes sea más o menos elevada, siempre dependerá de los gustos del cultivador. Mientras en un sustrato con gran cantidad de nutrientes no será necesario usar abonos en varias semanas, en un sustrato con poca cantidad de nutrientes en 1 o 2 semanas tendremos la obligación de usar abonos.

A la hora de seleccionar un sustrato, la opción más fácil es recurrir a alguna marca de renombre. Muchos fabricantes de fertilizantes para cannabis ofrecen sustratos de total garantía siempre teniendo en cuenta las necesidades y gustos de esta planta. Como decimos, con más o menos nutrientes pero todos con una estructura apropiada para el desarrollo de las raíces. La otra opción es elaborar nuestro propio sustrato, que tiene la ventaja de que podremos hacerlo a nuestro gusto.

Para empezar se necesita una base que puede ser turba rubia, compost o tierra de huerto incluso, siempre procurando evitar la superficial por la cantidad de malas hierbas que nos pueden crecer después en la maceta. Si contamos con tiempo por delante, siempre se puede cubrir con un plástico negro lo que evitará que crezcan malas hierbas e incluso que mueran. Será una tierra llena de microorganismos, bacterias beneficiosas e incluso puede que alguna lombriz, que aunque es posible que con el tiempo se acaben muriendo o yendo, indicará su buena calidad.

Los materiales más comunes que se suelen usar para aportar esponjosidad son perlita, vermiculita y fibra de coco. Cualquiera de ellos es económico, aunque el que más variado es la fibra de coco en cuanto a formatos y composición. Desde sacos listos para usar, a ladrillos comprimidos que tan sólo necesitan hidratarlos con agua para que aumenten sorprendentemente su volumen. Incluso algunos incluyen hongos micorrizas que en simbiosis con las raíces de las plantas, ofrecerán una mayor protección y capacidad de asimilar nutrientes y líquidos.

Con una base y una buena cantidad de material aireante, ya contamos con un buen sustrato con el que las plantas aguantarán poco tiempo, ya que la cantidad de nutrientes será baja. Así que si queremos enriquecer el sustrato, añadiremos una buena materia orgánica. Humus de lombriz es la opción más común por sus increíbles propiedades. Posee millones de colonias de microorganismos beneficiosos y aunque las proporciones de nutrientes son más bien bajas, contiene ácidos húmicos y fúlvicos que favorecen también la retención de líquidos.

Guano de murciélago, turna negra, cenizas de madera, harina de hueso, de pescado, de algas o de sangre, estiércoles compostados… las opciones son muchas, siempre procurando adecuar las dosis y su uso a la fase que vaya a completar la planta. Por ejemplo el guano de murciélago es un gran abono de floración, pero en pequeñas dosis favorece el desarrollo de la raíz en las primeras fases del cultivo. La harina de pescado también aporta nutrientes necesarios en la floración, mientras que la harina de sangre aporta especialmente nitrógeno para un buen crecimiento.

Mejor corto de nutrientes que demasiados

En cuanto a las proporciones de todos y cada uno de los ingredientes de nuestro sustrato, pueden ser muy variables. La norma es que mejor quedarse corto en nutrientes, que pasarse. De base añadiremos un 40-60% del total (turba rubia, compost o tierra). De perlita, fibra de coco o vermiculita podemos añadir un 10-30%, de cada uno o la mezcla de varios. Una buena cantidad de humus de lombriz es el 10-20%. Y finalmente de guano de murciélago, harinas, estiércoles o cenizas, al contener mayor cantidad de nutrientes no es conveniente que supere el 5%.

Una vez comiences a remover todos los ingredientes, vete comprobando la textura. Aprieta con las manos una buena cantidad de sustrato para ver si se queda apelmazado o recupera la forma. Siempre puedes añadir más fibra de coco o perlita para airear todavía más. Cuando la mezcla la realicemos para iniciar un cultivo, conviene siempre aportar cantidades de nutrientes baja. En los trasplantes posteriores y cuando la planta ya haya alcanzado un buen tamaño, podemos enriquecerla mucho más.

Aquí tienes más información sobre sustratos

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