Cuando las temperaturas en exterior no permiten el cultivo de cannabis, o bien no se dispone de un lugar adecuado o discreto, la solución para por el cultivo en interior. Los cultivos bajo luces artificiales en el interior de una vivienda, bodega o similar, cuenta con muchas ventajas. Pero también con grandes inconvenientes.
Las principales ventajas son ante todo la discreción. También la ausencia de amigos de lo ajeno o robaplantas. Y una de las más importantes, es el total control del clima. No habrá días nublados, lluvias o tormentas, uno de los grandes peligros de todo cultivo exterior. Las plantas crecerán en un ambiente privilegiado y tendrán todas las facilidades para desarrollarse y florecer en unas condiciones óptimas.
Las desventajas son por otro lado obvias. Al coste de un sistema de iluminación adecuado, le tendremos que sumar un sistema de ventilación. La inversión para comenzar un cultivo interior es elevado. Y además hoy en día la luz es cara. Pero de todas formas siempre compensará el autocultivo y una vez tengamos todo lo necesario, los siguientes cultivos serán más económicos.
ILUMINACIÓN
La luz es el pilar básico del cultivo en interior. Con una iluminación inadecuada, las plantas crecerán a un ritmo bajo, se espigarán y las producciones pueden ser ridículas. Con la luz adecuada, en cambio, se pueden conseguir unos cogollos que envidiarán a cualquier planta de exterior.
Entre los sistemas de iluminación más usados, están los paneles LED, las lámparas LEC y las lámparas de vapor de sodio (HPS) o de haluros metálicos (HM). Cada una de ellas con sus prós y sus contras, pero con cualquiera los rendimientos valdrán la pena y cualquier cultivo será rentable.
VENTILACIÓN
Las plantas de cannabis consumen grandes cantidades de CO2. Mientras en exterior éste es ilimitado, en interior se agota rápidamente. Es por ésto que se debe usar mínimo un extractor que renueve el aire en el interior y expulse el aire viciado al exterior, además del calor que genera la lámpara. Como tampoco suele ser necesaria una extracción de aire, con un temporizador podremos usar intervalos de funcionamiento.
También es interesante tener un ventilador orientado a las puntas de las plantas, que evitará temperaturas excesivas en estas zonas debido a las lámparas, y de paso moverá las plantas que reforzarán sus tallos, evitarán en gran medida la aparición de hongos, y en general crecerán más sanas.
MACETAS
Debido al corto ciclo de las plantas en interior, no son necesarias macetas muy grandes. Contenedores de más de 15 litros no son recomendables, a no ser que se vaya a optar por alguna técnica de cultivo en la que se use pocas plantas como el SCROG. En este caso sí se deben usar grandes macetas.
Un cálculo rápido, son aproximadamente 100 litros de sustrato por m2. Es decir 9 macetas de 11 litros, 6 macetas de 15 litros, 25 macetas de 4 litros (para un buen cultivo en SOG), o 4 macetas de 25 (para un cultivo en SCROG)
SEMILLAS
En interior normalmente contamos con una altura limitada. Además debemos contar con que las lámparas de cultivo tienen un poder de penetración limitado. No vale la pena cultivar plantas de más de un 80cm de altura, porque mientras las puntas de las plantas acumularán toda la producción, las zonas bajas tendrán producciones muy pobres.
Siempre es mejor tener plantas que no superen los 50cm de altura, que serán muy manejables. En este sentido, las variedades índica e híbridos índica tienen por naturaleza un crecimiento menos que las sativas, a veces incontrolables si no mediante una técnica de cultivo como el SCROG.
FOTOPERÍODOS
Como ya dijimos, en el cultivo interior tenemos el control del clima. Las plantas de cannabis cuando reciben más de 12 horas de luz, crecen. Y cuando reciben 12 horas o menos, florecen. Cuantas más horas de luz reciben, más crecerán, y es por ello que se suele usar un fotoperíodo de 18 horas de luz y 6 de oscuridad en crecimiento, y 12 de luz y otras 12 de oscuridad en floración.
Con un simple temporizador podremos programar diariamente la cantidad de luz/oscuridad que reciban nuestras plantas. Lo habitual partiendo de semillas, es usar un fotoperíodo de crecimiento 18/6 durante unas 4 semanas o hasta que las plantas alcancen los 30cm, y cambiar a un fotoperíodo de floración 12/12. Después de este cambio, las plantas en unos 7-10 días comenzarán la floración y ya se comenzarán a ver los primeros cogollos.
AGUA, SUSTRATO Y NUTRIENTES
Éste es un tema común con el cultivo en exterior. Recomendamos usar un buen sustrato, un agua de buena calidad y cualquier gama de abonos de cualquier fabricante. Con buenos hábitos de riego regulando siempre el pH, nos evitaremos futuros problemas en la asimilación de nutrientes.
Con los abonos sucede lo mismo, siguiendo las indicaciones del fabricante y las tablas de abonados de las que suelen disponer todos, conseguiremos unas plantas sin carencias ni excesos, cosechando finalmente unos resinosos cogollos que serán la envidia de cualquiera.