El consumo de cannabis terapéutico fue de gran ayuda para los niños que sufren de parálisis cerebral, dice el estudio del Centro Médico Wolfson a las afueras de la capital israelí de Tel Aviv. Los resultados provisionales son muy prometedores y dicen que el uso de aceite de cannabis se tradujo en una reducción de los síntomas de este trastorno mejorando las habilidades motoras de los jóvenes, además de sproporcionar mejor calidad de sueño, movimientos intestinales y un mejor estado de ánimo en general.
La empresa Tikun Olam, encargada de realizar el estudio que comenzó hace tres años, contó con cuarenta niños de entre 1 a 17 años, 20 de ellos ya terminaron la etapa de prueba y los restantes aún continúan con el tratamiento de cannabis medicinal.
La neurologa Luba Blumkin es la directora del proyecto “Incluimos los casos más difíciles en el estudio”.
“Por lo general, el trastorno motor viene con otros problemas, como problemas con las deposiciones que causan dolor, problemas ortopédicos que causan dolor, y problemas para tragar y masticar, lo que hace necesario alimentar a algunos de los niños por el tubo directamente en el estómago. El dolor, que aumenta con el tiempo, causa problemas para dormir y hace que el tratamiento sea difícil porque cada contacto es doloroso”.
Al comienzo del estudio se examinó la existencia de cambios en los participantes y después de observar su estabilidad, se les entregó el aceite de cannabis diariamente en tres ocasiones por vía oral o por tubo de alimentación, y a mayores de seguir tomando su medicación.
“Utilizamos varios índices de evaluación para la efectividad del tratamiento, como el efecto sobre la espasticidad (contracción muscular), la distonía (movimiento involuntario) y los cambios motores, como si el niño se enrolla o extiende la mano mejor. También comprobamos efectos como humor, sueño, estreñimiento, dolor y calidad de vida”, dijo la directora del estudio Luba Blumkin.
Al cabo de tres a cuatro meses los jovenes pacientes comenzaron a mejorar “la diferencia más prominente estadísticamente fue en la función motora”, dijo. “Existió también menos dolor y una mejoría en el sueño y en los movimientos intestinales”.
El consumo del aceite medicinal aparte de ser seguro es un complemento a la medicación que ya están tomando los niños, y sin efectos secundarios dijo Lihi Bar-Lev Schleider, gerente de investigación de Tikun Olam.