El cannabidiol se muestra prometedor como una potencial opción de tratamiento para el trastorno por uso de alcohol, según un nuevo estudio que ha publicado la revista Alcoholism: Clinical and Experimental Research , y publicado online por el Instituto Nacional de Salud de EEUU.
“Hay un interés sustancial en el potencial terapéutico del cannabidiol (CBD), un cannabinoide no psicoactivo que se encuentra en las plantas del género Cannabis”, comienza el resumen del estudio. “El objetivo de la revisión sistemática actual fue caracterizar la literatura existente sobre este tema y evaluar la credibilidad del CBD como una farmacoterapia candidata para el trastorno por consumo de alcohol (AUD)”.
“Usando una estrategia de búsqueda integral, se identificaron 303 artículos potenciales únicos y 12 finalmente cumplieron con los criterios de inclusión (8 utilizando modelos de roedores, 3 utilizando voluntarios adultos sanos y 1 utilizando cultivos celulares)”. En ambos modelos de roedores y cultivos celulares,” se encontró que el CBD ejercía un efecto neuroprotector contra las consecuencias adversas del alcohol en el hipocampo “. En modelos de roedores, “se encontró que el CBD atenúa la hepatotoxicidad inducida por el alcohol, específicamente, la esteatosis inducida por el alcohol “.
Hallazgos del estudio
Finalmente, “los hallazgos de los modelos de roedores preclínicos también indican que el CBD atenúa la búsqueda de alcohol provocada por el estímulo y el estrés, la autoadministración del alcohol, las convulsiones inducidas por el retiro y el descuento impulsivo de las recompensas retrasadas”.
En estudios en humanos, “el CBD fue bien tolerado y no interactuó con los efectos subjetivos del alcohol”. Los investigadores afirman que “Colectivamente, dados sus efectos favorables sobre los daños relacionados con el alcohol y los fenotipos de adicción en los modelos preclínicos, el CBD parece ser prometedor como farmacoterapia para el AUD. Esto se ve reforzado por la ausencia de responsabilidad por abuso y su tolerabilidad general “.
Conclusión del estudio
El estudio concluye afirmando que “Se necesitan estudios preclínicos y clínicos en humanos para determinar si estos efectos positivos en los sistemas modelo se traducen de manera sustancial en resultados clínicamente relevantes”.
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