El consumo de cannabis en personas que padecen trastorno de estrés postraumático (TEPT) se asocia con la reducción de la tasa de depresión severa e ideas suicidas. Así se desprendería de un nuevo estudio publicado en el Journal of Psychopharmacology .
El titulo del estudio: ¿El uso del cannabis modifica el efecto del trastorno de estrés postraumático en la depresión severa y la ideación suicida? Evidencia de un estudio transversal basado en la población de canadienses.
El estudio concluyo que los que padecen TEPT y no consumen cannabis tienen unas siete veces mas probabilidades de sufrir un episodio depresivo mayor reciente y 4.7 veces más probabilidades de tener pensamientos suicidas en comparación con aquellos que reconocieron haber usado marihuana.
El resumen completo del estudio:
Antecedentes:
El trastorno de estrés postraumático aumenta considerablemente el riesgo de depresión y suicidio. Los individuos que viven con el trastorno de estrés postraumático usan frecuentemente el cannabis para tratar los síntomas asociados. Buscamos investigar si el uso de cannabis modifica la asociación entre el trastorno de estrés postraumático y la experiencia de un episodio depresivo importante o una ideación suicida.
Métodos:
Utilizamos datos de la Encuesta de Salud de la Comunidad Canadiense de 2012 – Salud Mental, una encuesta transversal representativa a nivel nacional de canadienses no institucionalizados de ⩾15 años. La relación entre el trastorno de estrés postraumático y cada resultado se modeló usando una regresión logística con un término de interacción para el cannabis y el trastorno de estrés postraumático, controlando las características demográficas, la salud mental y las comorbilidades del uso de sustancias. Se calculó la proporción de odds ratios y el exceso de riesgo relativo debido a la interacción para medir la interacción en las escalas multiplicativa y aditiva, respectivamente.
Resultados:
Entre 24.089 encuestados elegibles, 420 (1,7%) reportaron un diagnóstico clínico actual de trastorno de estrés postraumático. En total, 106 (28,2%) personas con trastorno de estrés postraumático reportaron haber consumido cannabis en el año anterior, comparado con el 11,2% de aquellos sin trastorno de estrés postraumático (p < 0,001). En los análisis multivariables, el trastorno de estrés postraumático se asoció significativamente con un episodio depresivo mayor reciente (odds ratio ajustado = 7,18, intervalo de confianza del 95%: 4,32-11,91). Y con ideas suicidas (odds ratio ajustado = 4,76, intervalo de confianza del 95%: 2,39-9,47) entre los no consumidores de cannabis. El trastorno de estrés postraumático no se asoció con ninguno de los resultados entre los encuestados que consumían cannabis (ambos p > 0,05).
Conclusiones:
Este estudio aporta pruebas epidemiológicas preliminares de que el consumo de cannabis puede contribuir a reducir la asociación entre el trastorno de estrés postraumático y los estados depresivos y suicidas graves. Existe una necesidad emergente de investigación experimental de alta calidad sobre la eficacia del cannabis/canabinoides para el tratamiento de los trastornos de estrés postraumático.