No lo dice una madre, no lo dice un neurólogo ni un diputado. Lo dice un niño. Sí, los que nunca hablan, los que siempre tienen su voz en otro, en otra.
No es un niño cualquiera. Es Joaquín. El niño de 8 años que padece síndrome de Tourette y, como tantos otros, encontró en el aceite de cannabis la solución a su problema.
El cultivo de las flores estuvo a cargo de las mujeres que cuidan de él, especialmente su mamá Macarena Navarro y su abuela María Eugenia Sar. La fuerza de ellas conquistó a la justicia argentina que, en un primer fallo, habilitó la producción casera.
Cabe recordar que el autocultivo está penado con hasta 15 años de prisión en Argentina, lo mismo que un homicidio. Pero las mujeres se valieron de un recurso de amparo, una herramienta que muchos comenzaron a usar ante la indiferencia del estado.
Sin embargo, otra cámara apeló y anuló el fallo y ahora será la Corte Suprema de Justicia la que decida.
En medio de esa angustia, Joaquín necesita su aceite. Y exige su derecho en un vídeo difundido en redes sociales que acaparó la atención y conquistó la sensibilidad de gran parte del pueblo. Muchos respondieron con sus propios vídeos pidiendo justicia. Así nació la campaña “Nos Plantamos por Joaquín”.
“Esta es una planta de cannabis, y esta hermosura hace todos los deberes del mundo (…) hace un remedio, me ayuda a mí y ayuda al que tiene dolores o tiene una enfermedad”, explica el pequeño a cámara mientras toca la planta, la besa, la abraza y su mamá lo filma.
“Yo tengo síndrome de Tourette porque son tics involuntarios (…) a veces grito (…) Sabe un poquito feíto pero me calma los tics y también se me van pasando (…) Es una planta hermosa, que a veces sabe horrible pero que cura“, agrega el pequeño.
El video se subió el domingo a la red, ya tiene más de 62.000 reproducciones y fue compartido más de 2700 veces en Facebook. A partir de allí y en forma permanente llegan videos de diferentes usuarios de la red bajo la consigna “Sin cultivo no hay derechos” y “Justicia para Joaquín”, informa el periódico Río Negro.
Muchos son académicos, docentes, médicos y pacientes tan pequeños como Joaquín, organizaciones defensoras del autocultivo con fines medicinales y también vecinos de San Antonio y de la región que se solidarizan con el reclamo. “La lucha de Joaquín dejó de ser individual y pasó a ser colectiva”.
“Este ‘Nos Plantamos por Joaquín’ es un ‘nos plantamos por todos’. Joaquín pasó a ser un nombre, un emblema y un niño que se expresa. Por eso lo armamos, para que todos puedan ver reflejada la movida nacional y el compromiso de la gente”, indicó María Eugenia Sar, abuela del niño.
“Más allá del revés judicial es muy conmovedor ver tanta gente que nos acompaña, algunos que empatizan pero muchos que están haciendo uso del cannabis. Esto nos empodera más y nos fortalece”, agregó.
Por último, Sar adelantó que irán hasta las últimas instancias judiciales, si se agotan las nacionales seguiremos por las internacionales“.
“Siempre sentimos que lo que estábamos haciendo es legítimo aunque no es legal. Vamos a agotar todas las instancias para tener un viso de legalidad”, cerró.