Un senador de Vermont esta acostumbrado a recibir innumerables misivas de ciudadanos de Vermont que desean opinar sobre diversos temas. Pero raramente recibe una carta de alguien que ni siquiera tiene la suficiente edad para votar y, sobre un asunto tan bien investigado y articulado de un tema controvertido.
Sin embargo, eso es precisamente lo que aterrizó en Vermont Diggers. Un estudiante de secundaria en Camels Hump Middle School nos envió una carta maravillosa al editor y dedicada el senador estatal Joe Benning, argumentando a favor de la legalización de la marihuana. Con una notable coincidencia, había llegado a algunas de las mismas conclusiones que varios de nosotros habíamos alcanzado en el Comité de Operaciones Gubernamentales del Senado esta pasada sesión legislativa.
Sabemos que la legalización llegará porque esa es la progresión evidente de este tema. Desde superar el miedo y las paranoias anteriores, hemos aprendido que la marihuana medicinal tiene un valor. Alivia el dolor de los que sufren. La producción y la regulación de esta planta medicina ha dado lugar a la creación real y empleos bien remunerados. Nuestro comité recientemente visitó un dispensario de marihuana médica y su creciente facilidad. Yo estaba asombrado de encontrar totalmente segura su instalación extremadamente limpia, y casi invisible tan cerca de nuestra Statehouse o Parlamento. Estba dirigido por profesionales que conocen la ciencia de cómo producir un producto seguro y cómo llevar a cabo sus negocios dentro de los parámetros de la ley. Ellos habían creado un negocio que ayuda a muchas personas de Vermont y el cielo no se había derrumbado.
También hemos aprendido que la marihuana recreativa es un producto de consumo muy popular, aunque esto es bastante obvio desde hace décadas, lo que fue confirmado oficialmente por el Informe Rand, un exhaustivo estudio reciente realizado a petición del gobierno. En Vermont se están gastando más de $ 225 millones al año en el consumo de marihuana del mercado negro. El tratamiento de este consumo como una industria legítima y regulada adecuadamente sólo puede conducir a más realidad y empleos bien remunerados.
También se aseguraría un producto más seguro. Como mi amigo de la escuela secundaria señala:
“cuando la gente compra la marihuana en la calle ilegalmente, no hay ninguna manera de saber si lo que compras es mezclado con alguna otra droga o los han inyectado algún tipo de producto químico.” Esto se ha convertido en un problema en Vermont con la producción subterránea. Ese problema puede ser eliminado si los consumidores pueden comprar en una tienda correctamente regulada y que tiene un stock de un productor debidamente regulado. Esto lo hacemos ahora con la marihuana medicinal y el alcohol.
Mi amiga de la escuela media también cree que el producto no debe ser vendido a los menores de 21, que el producto debe estar etiquetado correctamente para que los consumidores estén informados y protegidos, y que todos en la cadena desde el cultivo hasta el envasado y la venta debe ser autorizado y supervisado por el estado. Ella prefiere que los productores locales sean los que venden en las tiendas locales. Nuestro comité llegó a las mismas conclusiones, reconociendo la necesidad de legalizar como el “camino de Vermont.”
Mi joven amiga proféticamente concluyó su carta sugiriendo que la legalización promovería “la economía y la seguridad de Vermont.” Viendo este argumento a través de los ojos de un estudiante de secundaria, es fácil descartar la ideología política y despedir a los temores que han paralizado a mi generación con un sentido de guerra llamada “prohibición”. Es hora de que Vermont comience a conversar de una forma madura sobre la legalización de la marihuana.
