Autocultivadores de marihuana inauguraron el sábado la primera “Biblioteca Cannábica” del país con la mira puesta en la creación de clubes de membresía, pocos días antes que el gobierno anuncie la reglamentación de la ley que regulará el mercado de la droga.
El local está en la calle Mario Cassinoni 1094 esquina Maldonado, en la zona de Parque Rodó.Con sus muros pintados con flores de cannabis, un edificio a pocas cuadras del centro de Montevideo funciona como biblioteca y como sede para la Asociación de Estudios del Cannabis del Uruguay (AECU).
“Lo que más tenemos de consultas son personas que quieren formar parte o directamente ser cultivadores de un club de cannabis”, dijo a la AFP Laura Blanco, presidenta de la AECU.
Para Blanco “hay que tener mucho control de la seguridad” en las plantaciones de marihuana, y aseguró que su organización -que armó un club cannábico experimental- logró “un sistema de cultivo cerrado en un indoor para no tener ese problema”.
La ley aprobada por el Parlamento permite el cultivo personal (con un límite de seis plantas o una producción máxima de 480 gramos) y en clubes de membresía (con 15 a 45 socios y un número de plantas proporcional, con un máximo de 99).
Blanco comentó que con la Biblioteca cannábica, con la que colaboraron enviando libros de activistas de varios países y que prevé contar en breve con todo el material en formato digital para facilitar el acceso, buscan conectar a los interesados en formar un club “con jardineros que quieran cuidar las flores de un grupo de personas”.
La legalización “fue un escalón que logramos subir. (…) Es mucho mejor un mercado regulado a que se maneje un mercado negro, donde estás financiando otras actividades criminales, donde es inseguro para el usuario”, dijo Blanco.
En una primera instancia, Uruguay reglamentará el uso recreativo de la droga, para luego trabajar en la marihuana medicinal.
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