En Alava, guerra sin cuartel al porro

La Ertzaintza localiza 40 bares donde se consume o trafica con hachís y marihuana

Ni un porro a la vista. La Ertzaintza, según ha podido saber EL CORREO, se ha enfrascado a lo largo de toda Álava en una cruzada contra el consumo de drogas en establecimientos hosteleros, práctica penada por la ley con fuertes multas económicas o incluso con la cárcel si se demuestra que media negocio. El dispositivo policial, iniciado hace unas semanas, ha dejado al descubierto una inquietante realidad; casi cuarenta bares permiten o se benefician de modo económico de la venta de sustancias ‘blandas’ como el hachís y la marihuana. La inmensa mayoría se ubica en el casco urbano vitoriano.

Una vez delimitado el grado de implicación de estos locales -la particular lista los distribuye en tres niveles- y sin perder de vista posibles nuevos focos de consumo, la Policía autónoma ha emprendido una campaña de «registros sistemáticos». El propósito no es otro que segar cualquier conato de negocio o de permisibilidad con los fumadores de porros. De hecho, ésta última representaba una imagen habitual en muchos puntos hasta hace nada. Consumir hachís, marihuana o cualquier otro estupefaciente similar en un domicilio particular no se considera delito.

Los fumadores pillados ‘in fraganti’ y los dueños de estos inmuebles se exponen a fuertes multas económicas que van desde los 300 hasta los 3.000 euros. En los casos más extremos, el presunto traficante de turno puede acabar en prisión tras completarse el pertinente proceso judicial.

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