Holanda.- La medida para acabar con el turismo de la droga en las regiones del sur de los Países Bajos ha dado lugar a una batalla legal redundante entre los dueños de los coffeeshops y el Gobierno. ¿Hasta cuándo puede durar?
El 5 de Junio de 2013, un Tribunal ordenó al Gobierno a indemnizar a los propietarios de los coffeeshops que afirmaron haber perdido dinero debido a la regulación del weed-pass. El Tribunal del distrito de La Haya llegó a la conclusión de que la medida tuvo el efecto innecesario de disuadir a los clientes locales.
Sin embargo, sí que han considerado el objetivo de impedir que sea legal la compra de la droga blanda para los no residentes en los Países Bajos. Directamente después de la orden, el Ministro de Justicia Ivo Opstelten, anunció que llevaría esta cuestión frente a un Tribunal Superior.
El Weed-pass en pocas palabras
El Weed-pass se propuso como medida para reducir el turismo de la droga y los problemas asociados con él en las regiones fronterizas, desde el 2010, por el Ministro de Justicia Ivo Opstelten y una coalición de alcaldes de las ciudades de las provincias Limburg y las provincias de Brabante Septentrional.
El caso fue presentado ante el Tribunal Europeo por propietarios de coffeeshops afirmando que el Weed Pass está en contra del principio de no discriminación, tal y como dice uno de los primeros párrafos de la Constitución Holandesa.
La UE rechazó esta declaración afirmando que el comercio de drogas ilegales está prohibido en la Unión Europea. Si las drogas están provocando problemas, está permitido ir más allá de la ley de no discriminación para solucionarlos. Una manera formal de decir que la discriminación contra los usuarios de drogas es totalmente legal en Europa.
Esto abrió el camino para el primer gabinete de Rutte – que gobernaba en aquel momento – para modificar la Ley del Opio que declaraba que cualquier política de drogas debe aplicarse en todo el país en lugar de solo localmente.
El Weed-Pass entró en vigor el 1 de mayo de 2012 , empezando en ciudades del sur (como Maastricht) que vio el turismo de drogas como una amenaza a su seguridad. Directamente después de que la ley se implementara, comenzaron los efectos secundarios esperados por aquellos que trabajan en la industria del cannabis: los turistas, teniendo prohibido comprar cannabis en el ambiente seguro de un coffeeshop, se dirigen directamente a los brazos dispuestos de los comerciantes criminales de la calle, que – a diferencia de los coffeeshops – venden mucho más que solo cannabis.
Un largo proceso legal
En este punto, los propietarios de los coffeeshops todavía se oponen fuertemente a discriminar a personas siendo obligados a echarlas de sus tiendas simplemente porque no viven en los Países Bajos. Para aclarar su posición, algunos coffeeshops han ignorado el Weed Pass y permiten a los no residentes entrar a sus tiendas.
Uno de estos propietarios es Marc Josemans, dueño del coffeeshop Easy Going y Presidente de la “Asociación de Coffeeshops de Maastricht” (VOCM). La reacción del alcalde de Maastricht Onno Hoes fue dura: ordenó el cierre de todas las tiendas rebeldes durante un período corto de tiempo. Lo que, a su vez, abrió el camino para un nuevo proceso legal.
El 25 de abril de 2013 el juez concluyó que el Alcalde Hoes tomó medidas desproporcionadamente duras cerrando los coffeeshops. Seis días más tarde los coffeeshops volvieron a abrir sus puertas a todo el mundo, residentes y turistas por igual. Dos días más tarde, se llevaron a cabo redadas policiales en los coffeeshops rebeldes.
El 28 de junio el tribunal holandés encontró a los coffeeshops culpables de ignorar la ley que establece que sólo los residentes de los Países Bajos se les permite visitar un coffeeshop. El juez culpó a los propietarios por poner sus ganancias por encima de la ley. Según Josemans: “este juez entiende totalmente mal la motivación de los coffeeshops”.
Insistió en el hecho de que los coffeeshops se ven obligados a discriminar. Directamente después del juicio, los acusados declararon su intención de llevar su caso ante un tribunal superior. Josemans concluyó en el periódico local Maastricht Aktueel que:”Ésta será la próxima ronda de un combate de boxeo”.
Una medida criticada
Mientras que los dueños de los coffeshops y el Gobierno todavía están discutiendo sobre el WeedPass, irónicamente éste se ha desechado. Fue declarado un fracaso en Noviembre de 2012 después de que los crímenes relacionados con drogas aumentaran dramáticamente en las regiones del sur. Los usuarios de cannabis residentes no querían registrarse para el weed pass, lo que les obligó también hacer negocios con los comerciantes de las calles. Ahora, la aplicación y cumplimiento de la ley que limita el acceso a los coffeshops, se ha dejado en manos de las autoridades locales.
Además, en los últimos 6 meses, la crítica ha surgido en todos los niveles de la sociedad holandesa. En medio de todo esto, los alcaldes de Ámsterdam, Eindhoven, Tilburg y Groningen han dicho que ellos no restringirían el acceso a los coffeeshops de sus ciudades. Incluso el jefe de la Unión de Policía ACP llamó al WeedPass una medida política, en lugar de una opción de solución.
Desde la propuesta del proyecto de ley, la batalla legal entre los dueños de los coffeeshops y el Gobierno se ha convertido en algo largo y costoso – principalmente para los contribuyentes y los propietarios de las tiendas. Aunque el consumo de cannabis implica menos del 10% de la población adulta de los Países Bajos, los costes asociados con el WeedPass has sido asumidos por el 100% de los contribuyentes.
¿Cuánto costará esta ley realmente al ciudadano holandés en total? Mientras continúe la batalla no hay ninguna manera de calcular esto, pero es seguramente ya demasiado para los pragmáticos holandeses y su economía en apuros.
Fuente Sensi Seeds