EEUU.-Un fondo de inversión busca oportunidades en la hierba.
Brendan Kennedy recibió su licenciatura en ingeniería y creó su empresa de software y vendiendo sus activos a Boeing, estudió en la MBA de Yale y luego se unió a Silicon Valley Bank en revisión de propuestas de nuevos negocios. Su última aventura ha dado un giro brusco de la ruta marcada. Mr Kennedy se ha convertido en un inversionista en el negocio de la marihuana.
La aventura empresarial pasa por la financiación de la industria del cannabis, por su gran escala. Muchas de las ideas del Sr. Kennedy se valoraron durante su trabajo en Silicon Valley, desde los coches eléctricos Tesla y Fisker () y cupones diarios (Groupon), que tienen un mercado potencialmente grande. La marihuana es ya un negocio establecido y después de seis meses de investigación y entrevistas con productores, dispensarios, publicaciones comerciales y organizaciones políticas, el Sr. Kennedy cree que el mercado estadounidense tiene un valor de 50 mil millones de dolares.
La segunda es que a pesar de su peso, la industria del cannabis actúa como, bueno, un movimiento de base. El estatuto jurídico del cannabis es complicado: si bien la marihuana medicinal es legal en 18 estados y en el Distrito de Columbia, el cannabis es ilegal en otras partes de América. Por razones sociales, también la industria es financiable a través de los canales normales. La gente no tiene experiencia por falta de negocios en todo, desde la dotación de personal branding.
Los datos son escasos, como parámetros formales de calidad, o pruebas para detectar la presencia de contaminantes como el moho, hongos y pesticidas, eso no existen. Tampoco clasificaciones adecuadas para las diferentes variedades de cannabis y existen miles de variedades de cannabis que se puede cultivar, muchas de ellas con nombres raros como Apolo 11, Sour Kush, Broke Diesel y la de Chernobyl menos que suave. Las características también varían de unas a otras. Algunas variedades deprimen, otras estimulan, algunas suprimen las náuseas (razón clave por la que la marihuana sea usada por pacientes con cáncer sometidos a quimioterapia). Los consumidores no pueden comparar la que está producida legalmente en California con lo que legalmente se produce en Colorado, por no hablar de lo que se vende de forma ilegal en el Parque Washington Square de Nueva York (donde un pequeño ejército de vendedores tienen la venta. “Smoke Las cosas buenas “).
Al principio, el señor Kennedy quería crear un fondo de capital riesgo centrado en el cannabis, pero las preocupaciones sobre las responsabilidades legales, así como el deseo de adquirir participaciones mayoritarias en empresas de cartera, lo llevó a el y algunos socios a establecer otro tipo diferente de fondo de Inversiones llamado Privateer. Su primera inversión es un sitio web, Leafly, que ofrece reseñas de usuarios en dispensarios y variedades de cannabis. La aplicación fue creada tanto para iPhones como Android y ahora hay 50.000 descargas al mes . Se está trabajando en la forma de agregar información sobre cosas como el contenido de cada variedad de tetrahidrocannabinol (THC) que es la sustancia química activa en la marihuana.
Mr Kennedy dice que Privateer ha recibido más de 200 campos de inversores desde noviembre: para posibles adquisiciones incluyen un laboratorio de pruebas y una compañía de ropa. El fondo privado tiene otros $ 7 millones y una oferta pública sería posible una vez que la Comisión de Valores y Bolsa finalice las nuevas normas sobre la “multitud de fuentes de financiación” y de pequeñas flotaciones públicas. Eso va a escribir un nuevo capítulo en la historia de las altas finanzas.
Fuente TheEconomist Traducido por La marihuana
