La correcta electroconductividad del agua de riego es muy importante para el cultivo de tus plantas
La concentración de sales minerales en el agua de riego puede afectar a la producción de cannabis alterando su capacidad de absorber abono. Aprende cómo utilizar un medidor de EC para conseguir mejores rendimientos.
Que es la EC o electroconductividad y cómo se mide
La electroconductividad o EC es la medida de la capacidad de un material o sustancia para dejar pasar la corriente eléctrica a través de él.
Principalmente se usa en la agricultura para determinar el contenido de sales minerales de suelos, substratos de cultivo, agua de riego y soluciones nutrientes.
En medios líquidos como el agua o las soluciones nutrientes, está relacionada con la presencia de sales cuya disociación genera iones positivos y negativos capaces de transportar la energía eléctrica.
Y en su mayor parte, estas sales minerales son los nutrientes de los que se alimentará la planta. También existen otros elementos no interesantes y poco perjudiciales al encontrarse en proporciones muy bajas.
Existen muchas unidades de expresión de la electroconductividad, siendo la más común en la agricultura la de mS/cm3 (miliSiemens por centímetro cúbico) o PPM (partes por millón).
Es por ello que gracias a la electroconductividad, podremos ofrecer a la planta el mejor agua de riego posible. También podremos ajustar los nutrientes que la planta demanda, así como llevarla al límite sin sobrefertilizar.
Y además, podremos reconocer algunos problemas antes de que se manifiesten, como el caso de una electroconductividad muy elevada en el sustrato.
Para conocer la EC sí o sí se necesitará un medidor o conductímetro. No son excesivamente caros para todo el partido que le sacaremos.
Medidores de electroconductividad
Un conductímetro mide la conductividad eléctrica de los iones en una disolución. Para ello aplica un campo eléctrico entre dos electrodos y mide la resistencia eléctrica de la disolución.
Prácticamente todos los medidores de EC son eléctricos, si bien funcionan con corriente alterna para evitar cambios en las sustancias, efectos de capa sobre los electrodos, etc.
Todos los medidores tienen un funcionamiento similar, si bien podemos clasificarlos en dos grupos: los medidores continuos y los medidores discontinuos.
Los continuos son los que realizan una lectura constante de la disolución. Son los más útiles en hidroponía para comprobar cuantos nutrientes almacena la solución nutriente.
Los discontinuos por otra parte son todos los portátiles, más útiles para cultivo en maceta o suelo, ya que la solución nutriente se suele preparar en el momento.
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Tipos de electroconductividad
A lo largo del cultivo, una planta de cannabis atraviesa por distintas fases en las que demandará diferentes concentraciones de nutrientes.
Por lo que podríamos decir que hay varios tipos de electroconductividad dependiendo de la fase de cultivo en la que se encuentre la planta.
En las primeras fases de crecimiento, la demanda de nitrógeno y potasio es muy elevada. Son dos nutrientes relacionados con el desarrollo de masa vegetal y el desarrollo de las raíces.
En la fase de crecimiento y hasta floración, la demanda más elevada será la de nitrógeno. Como decimos, se relaciona con el desarrollo de hojas y ramas.
Y en la fase de floración, la planta de cannabis demandará dosis elevadas de fósforo y potasio, nutrientes relacionados con el engorde de la flor y la producción de tricomas y aceites esenciales.
Pero la demanda seguirá siendo muy variable, ya que no demandará la misma dosis una planta de 50cm que otra de 2 metros. Ni una al inicio de floración que otra a mitad de floración.
Y además, cada planta puede mostrar una demanda particular de nutrientes. Existen variedades a las que les encantan los abonos, y otras con las que conviene no pasarse con las dosis para no sobrefertilizar.
Cómo se regula
Como decimos, cultivar guiándose por la electroconductividad son siempre ventajas. Es especialmente interesante cuando se cultiva una variedad ya cultivada previamente.
Si por ejemplo alguien nos cede un clon de una variedad X y nos dice que en floración se puede llegar a 2.3 mS/cm3, ya tenemos una clara referencia de cual es el límite que no debemos sobrepasar.
Poder llevar una planta de marihuana al límite de su sobrefertilización sin que ésta se produzca, sólo puede significar que se obtendrá el mejor rendimiento posible.
Para regular la EC, vamos primero a hablar brevemente del agua de riego. Nos podemos encontrar con varios escenarios. El agua puede ser dura, puede ser blanda o puede ser ni dura ni blanda.
La dureza del agua mide la concentración de sales de calcio y magnesio que contiene. Porque cualquier agua corriente contiene estos dos nutrientes esenciales.
Pero su concentración llega a ser muy variable dependiendo de la zona geográfica. En un país relativamente pequeño como España, nos podemos encontrar agua muy blanda (o,10 mS/cm3) o muy dura (superior a 1 mS/cm3).
Tanto el calcio y el magnesio no los suelen tener en cuenta los fabricantes de fertilizantes debido a esa gran variación entre cultivadores. Generalmente, incluyen dosis por debajo de las necesidades de las plantas.
Así que unos casos será recomendable usar un suplemento de calcio y magnesio. En otro caso será recomendable rebajar la electroconductividad. Y en el mejor de los casos, no habrá que hacer nada.
La electroconductividad perfecta para el agua de riego se estima que es de 0,40 mS/cm3. Contendría la cantidad aproximada de sales minerales de calcio y magnesio que la planta necesita.
En la medida de lo posible, esa medida la respetaremos siempre. Tanto para cuando realicemos riegos sólo con agua, como para cuando realicemos riegos con fertilizantes.
Cuando los riegos sean con abonos, los primero siempre es preparar el agua base. Es decir llevar la electroconductividad hasta 0,40. A partir de ahí, añadiremos los abonos y terminamos con los aditivos.
Tomaremos como orientativas las dosis que indica el fabricante. Como decimos, alguna variedad puede que demande una dosis más elevada, y otra que no soporte las dosis recomendadas.
PERIODO DE CULTIVO | CRECIMIENTO | FLORACIÓN |
3-4 semanas | 0,8 / 1 | – |
hasta floración | 1.0 / 1.2 | – |
primera semana de floración | – | 1,2 / 1,3 |
segunda semana de floración | – | 1,4 / 1,5 |
tercera semana de floración | – | 1,5 / 1,6 |
cuarta semana de floración | – | 1,6 / 1,8 |
quinta y sexta semana de floración | – | 1,8 / 2.0 |
séptima semana de floración | – | 1,4 |
última semana de floración | – | 0 |
Siempre iremos anotando la electroconductividad de vayamos usando en cada semana. Y los días siguientes a abonar, observaremos bien la planta buscando algún signo de exceso de nutrientes.
Además, comprobaremos frecuentemente la electroconductividad del agua del drenaje. Así podemos saber si se acumulan las sales minerales en el sustrato o la planta los asimila prácticamente todos.
Sólo así sabremos si podemos añadir una dosis más elevada de abono para subir la electroconductividad. Es uno de los primeros pasos para conseguir las cosechas más espectaculares.
Conclusión
El éxito en un cultivo de marihuana será el resultado de la suma de varios factores. Una buena iluminación en interior, una buena gama de abonos, una buena variedad o un buen sustrato son algunos de los factores que más se suelen tener en cuenta.
Pero para dar un paso más en el nivel de cultivador, el control de la conductividad eléctrica marcará las diferencias.