por el Dr. Ethan Russo
Los consumidores de cannabis han mantenido siempre que los diferentes tipos (cepas o variedades químicas) producen efectos distintos, tanto respecto a su psicoactividad como a sus propiedades terapéuticas. Las cepas suelen recibir las denominaciones de sátiva, índica, o híbrida. Sin embargo estas etiquetas son muy engañosas tal como se vienen aplicando en el mercado. Por contra, la comunidad científica ha solido centrarse en el tetrahidrocannabinol (THC) como la variable principal o la única importante. Está claro que hasta hace muy poco, la crianza selectiva de cannabis para el mercado del ocio y el medicinal ha dado lugar a cannabis con predominio de THC excluyendo otros cannabinoides. Algunos investigadores han hecho hincapié en la importancia de los otros componentes como importantes moduladores de los efectos del cannabis, especialmente los terpenoides, compuestos aromáticos del cannabis que, al igual que los cannabinoides, son producidos en los tricomas glandulares (McPartland & Russo, 2001, Russo 2011).
¿Cuáles son los otros cannabinoides del cannabis?
El fitocannabinoide más habitual, además de THC, es el cannabidiol (CBD). Antes era común en las razas de cannabis autóctonas procedentes de Afganistán y Marruecos, por ejemplo, pero ha desaparecido en gran parte del cannabis recreativo. También está presente en las fibras de cáñamo y en algunos tipos de semillas, pero generalmente en cantidades bajas. En el ámbito medicinal, el CBD ha recibido una creciente atención debido a sus muchas propiedades terapéuticas que incluyen el alivio del dolor y los beneficios anti-inflamatorios, sin provocar intoxicación o sedación. También reduce los efectos secundarios del THC cuando se administran juntos, en concreto la ansiedad y la taquicardia. Tomados juntos, los dos componentes pueden dan lugar a sinergia en muchas aplicaciones.
Otro componente del cannabis de interés es el tetrahidrocannabivarín (THCV), que tradicionalmente se encuentra en pequeñas cantidades en las variedades químicas de cannabis de África Meridional. Actualmente se encuentra bajo investigación como tratamiento para el síndrome metabólico, considerado a menudo como preludio del desarrollo de diabetes tipo II.
Entre otros fitocannabinoides bajo investigación figuran el cannabigerol (CBG) para el cáncer de próstata, y el cannabidivarín (CBDV) para la epilepsia.
¿Y respecto a los terpenoides?
Las abundantes pruebas apoyan que estos componentes de baja concentración influyen sobre los fitocannabinoides en los preparados totales de cannabis por adición de sus propios beneficios terapéuticos o por disminución de los efectos secundarios del THC. Digno de especial mención son el limoneno, de conocidos efectos antidepresivos, el pineno, que atenúa los déficit de memoria a corto plazo generados por el THC, el mirceno, que es sedante, y el beta-cariofileno, que estimula el receptor no psicoactivo CB2 provocando efecto antiinflamatorio y analgésico. Futuras investigaciones dilucidarán la importancia relativa de estos agentes en los diversos preparados de cannabis.
Sobre el autor:
El Dr. Ethan Russo es un acreditado neurólogo que trabaja como Asesor Médico Principal para GW Pharmaceuticals. En el pasado fue presidente de la Asociación Internacional por los Medicamentos Cannabinoides y en la actualidad preside la International Cannabinoid Reseach Society.
Lectura adicional:
Fischedick, J. T., Hazekamp, A., Erkelens, T., Choi, Y. H. & Verpoorte, R. (2010). Metabolic fingerprinting of Cannabis sativa L., cannabinoids and terpenoids for chemotaxonomic and drug standardization purposes. Phytochemistry, 71, 2058-73.
Izzo, A. A., Borrelli, F., Capasso, R., Di Marzo, V. & Mechoulam, R. (2009). Non-psychotropic plant cannabinoids: new therapeutic opportunities from an ancient herb. Trends Pharmacol Sci, 30, 515-27.
Russo, E. B. (2007). History of cannabis and its preparations in saga, science and sobriquet. Chemistry & Biodiversity, 4, 2624-2648.