La guerra contra el cannabis parece estar ardiendo lentamente. El 12 de junio Jamaica anunciaba sus planes para despenalizar la posesión de pequeñas cantidades de cannabis. Varios países, como México y Portugal, ya han dado este paso, y muchos otros lo están teniendo en cuenta: la semana pasada la Comisión de África Occidental sobre Drogas, la Fundación Kofi Annan, publicó un informe alegando que los delitos menores de drogas deben ser despenalizados. Mientras tanto, un puñado de jurisdicciones, hasta ahora sólo Uruguay y los estados de Colorado y Washington, ya han adoptado un enfoque diferente, no despenalizando sino legalizando el cannabis. Mucha gente utiliza erróneamente el término “legalización” y “despenalización” de manera intercambiable. ¿Cuál es la diferencia?
El negocio de la droga ilegal causa daños en dos frentes. En primer lugar, las propias drogas hacen daño físico a por lo menos a algunas de las personas que los toman, sobre todo en los países ricos, aunque cada vez más en nuevos mercados (Brasil es ahora el mayor consumidor mundial de cocaína, por ejemplo).
En segundo lugar, el comercio enriquece a bandas de delincuentes, que extienden la corrupción y el asesinato de Sydney a Sao Paulo. Durante mucho tiempo, casi todos los gobiernos pensaron que la mejor manera de reducir ambos tipos de daño era imponer duras sanciones a los que vendían y compraban drogas. Pero después de varias décadas de ese enfoque, con poco que mostrar por ello, algunos están recurriendo a tácticas alternativas.
La despenalización no significa que la gente pueda usar drogas con impunidad. En su lugar, significa que la posesión de pequeñas cantidades ya no aterriza con el autor en un registro de antecedentes penales o una pena de cárcel. Jamaica ha propuesto que las personas atrapadas con hasta dos onzas (57 gramos) de cannabis deben ser multadas, pero no arrestadas o llevadas a los tribunales. Los consumidores de drogas en Portugal pueden ser obligados a asistir a clases dirigidas a conseguir de nuevo el buen camino. A las personas que se les encuentra cannabis en Italia pueden confiscar sus licencias de conducción.
Por el contrario, la legalización significa que los consumidores no se enfrentan a ninguna pena en absoluto (a menos que, por ejemplo, fumen en lugares públicos). Más importante aún, significa que el lado de la oferta de la empresa de cultivo, transporte y venta al por menor también es legal. En Jamaica, la venta de cannabis seguirá siendo un delito; en Colorado, es una ocupación imponible legítima.
La despenalización puede ser un primer paso útil hacia un enfoque más sano con las drogas. Luchando contra una tasa de homicidios temible, la policía de Jamaica seguramente tienen mejores cosas que hacer que arrestar a la gente por drogarse. En cualquier caso, el envío de los usuarios de drogas a la cárcel es por lo general una costosa pérdida de tiempo. Pero el defecto de la despenalización es que no hace nada por socavar el monopolio criminal de la industria de las drogas de miles de millones de dólares. La cocaína se consume despenalizada sin consecuencias penales en Portugal y todavía es suministrada por las bandas que cortan cabezas en Colombia.
Sólo la legalización dejaría el negocio fuera de las manos de las mafias. El plan de Jamaica para despenalizar la marihuana es una buena noticia para las personas que fuman inofensivamente. Pero a menos que sea seguida finalmente por la legalización, existe el peligro de que también sea una buena noticia para los delincuentes violentos que la venden.
Fuente The Economist
4 Responses
Más bien lo que hay que fomentar el autocultivo para eliminar directamente el mercado, a mi que me legalicen para cobrarme por cultivar o multarme y obligarme a ir a una Asociación, dispensario, etc… Para consumir y que encima quien controla el cultivo es el mismo Gobierno corrupto que leída las concesiones de explotación al camello con dinero de turno… Pues casi que prefiero que sigan las cosas como están y que lo fiscalícen…al menos el dinero que generan los camellos van a parar al pueblo.
muy buena información y investigación pero soy colombiano y es incomodo su comentario acerca que somos los proveedores de Portugal, quiero comentar que esta afirmación esta muy lejos de la realidad, culpo a el propio país y sus medios que dan una imagen negra y burda de Colombia con novelas y películas de putas y drogas, sin duda alguna no es lo que se debe mostrar al mundo, Bolivia es ahora el primer exportador de coca y su producción crece cada año aquí disminuye, en fin muy buenos datos mas mi orgullo colombiano se ve afectado al ver que mi bello país es solo recordado por un engendro mafioso de medellin y su coca en los años 70-80
habiendo tanta literatura al respecto, recurrir a The Economist me cayó como una patada en los huevos …como dice un preopinante, lo que va es el cultivo masivo despenalizado. Legalizarla es darle el negocio a los hijos de puta de las corporaciones como pepsico, roche, novartis, coca cola, arcor, nestlé philip morris, hsbc, jpmorgan el grupo clarín y cuanto hijo de puta se te cruce por la cabeza. Dos, cinco, o diez plantas por persona y Sanseacabó !!!