Todo comenzó décadas atrás entre los estudiantes de California, cuando se convocaban cada tarde –a las 4:20- como hora y consigna para fumarse unos porros. La hora pasó a ser una fecha insignia, y así el día 20 del mes 4, comenzó a ser festejado primero en California y luego en la costa oeste, para derivar al resto de Norteamérica, una fiesta a la que millones de estadounidenses se aplican concienzudamente.
Despues de la fiesta, de inmediato se sumó el marketing estadounidense, que para esta fecha tiene desde los insumos más básicos para fumar marihuana, hasta las ropas más sofisticadas y –de reciente data- tecnologías aplicadas para las más diversas actividades referidas al cannabis. La revista especializada “The 420 Times” que se edita en Burbank, al este de Los Ángeles, ofrece además desde descuentos para compradores en los establecimientos legales del ramo, hasta convocatorias para movimientos en pro de la legalización en los Estados donde aún está prohibida.
El foco central de festejo, en California, es la Universidad, donde cada años miles de personas -12.000 en la última oportunidad- se dan cita a las 4:20 para fumarse unos porros. Este año sin embargo se espera que el condado de Orange, en el sur de Los Ángeles, vuelva a convocar a miles de asistentes, en base a distintos eventos organizados por NORML, una ONG que recauda fondos para promover legalizar la marihuana en todo el país.
Los mejores cogollos a los mejores precios y activistas
Así se promocionan muchos de los locales de venta legal de marihuana en Estados Unidos, los beneficios preparados para la jornada. Hollywood es para muchos uno de los puntos clave del asunto, y ofrecen a los usuarios “variedades con hasta 30% más THC” (lo que garantiza efectos más potentes), además de “rebajas de más del 50%”, o las “variedades más fuertes de todo el Oeste americano”.
La jornada es también fecha para un importante día de acción de los activistas que exigen a Barack Obama cumplir con sus promesas electorales de cumplimiento de las leyes estatales para la marihuana medicinal. Si bien las leyes existen, hay numerosos casos de persecución policial, así como de eliminación de los dispensarios públicos que la venden, particularmente en las localidades más pequeñas.
Si bien los gobiernos locales expiden el “Pharmacy Card” para pacientes a los que se les permite consumir marihuana para aliviar enfermedades crónicas, que pueden ir del sida y el cáncer hasta el insomnio o el asma, los que se oponen al cannabis hacen campaña constante y vigilante para impedir cualquier derivación del sistema.
One Response
Vaya con los anti cannabis, parecen a los de la liga anti alcohol cuando la ley seca en Estados Unidos…al menos los de la liga anti alcohol tenían, argumentos solidos, una razón moral , publica, y sanitaria, para oponerse al alcohol… pero estos anti cannabis lo único que tienen es la moral en estado avanzado de descomposición….y su argumento es que le llaman droga la cannabis y que esta prohibida… como si los fármacos que ellos consumen fueran gominolas, y el alcohol agua bendita….salud.