Cultivar en interior es muy sencillo cuando se tienen en cuenta algunos aspectos básicos.
Podemos garantizar desde el primer momento que nuestras pequeñas plantas tengan un crecimiento rápido y saludables. O, por el contrario, podemos cultivar a ciegas como si de cualquier otra especie se tratase o sin ningún tipo de conocimiento, exponiendo a la pobre planta a todo tipo de sufrimiento.
También es común recurrir a Internet buscando una solución a un problema causado por nosotros mismos. Y como te queremos demostrar que cultivar es muy fácil, en los 5 minutos que tardarás en leer este artículo, te quedarán claros los principales aspectos a tener en cuenta para conseguir unas plantas que serán la envidia de cualquiera.
Armario sí o armario no
Depende de la situación de cada cultivador. Los armarios para cultivar en interior son cómodos, ofrecen una reflexión de la luz excelente y permiten un mayor control del clima.
Pero, por otro lado, si se dispone de un espacio abierto y acondicionado, te puedes ahorrar el dinero del armario y gastarlo en una mejor iluminación, por ejemplo.
¿Qué iluminación escoger para cultivar en interior?
Las opciones para cultivar en interior son tres:
- Las luces HPS son la opción más barata. Y también son las que más consumen, menos duran y generan más calor. En condiciones normales, pueden llegar a ofrecer una producción de 0,8 gramos por cada vatio.
- Las luces LEC son algo más caras, ofrecen mejores rendimientos y tienen una vida útil mayor que las HPS. En igualdad de condiciones, pueden llegar a producir 1,2 gramos por cada vatio.
- Las luces LED son las más caras, pero ofrecen los mejores rendimientos posibles y su vida útil es de varios años. Cultivadores expertos consiguen superar los 2 gramos por cada vatio.
Sistema de ventilación
El sistema de ventilación se compone de extractor de aire, intractor y ventilador. Y dependiendo del tamaño del espacio de cultivo o del armario, el intractor puede ser prescindible.
Para calcular el volumen de extracción óptimo, simplemente multiplica el volumen del armario en m³ por 60. A la cifra resultante, súmale la mitad y te dará en m³/h el volumen de extracción que necesitas.
Por ejemplo, el volumen de un armario para cultivar en interior de 2x2x2 metros es de 8 m3 (largo x ancho x alto). Si lo multiplicamos x60 nos dará 480. Y si le sumamos la mitad de 480 nos dará 720. Así que para este espacio, un extractor de 720 m³/h sería perfecto.
Para la intracción, normalmente se usa un rango que puede ir de la mitad a las 3/4 partes de la extracción.
Sistema antiolor
La marihuana en floración huele. Y dependiendo de la variedad, huele muchísimo. Así que si no quieres llamar la atención de los vecinos o sufrir la incomodidad de esta peste en tu casa, tocará usar un sistema antiolor.
Las opciones son filtro de carbón u ozonizador. Y si quieres asegurarte todavía más, la combinación de ambos es la mejor opción posible.
Uno u otro, siempre deben tener un mayor volumen que el extractor de aire. Si fuese el volumen más bajo, el extractor trabajaría forzado. Y eso es contraproducente.
¿Cómo germinar las semillas?
Existen muchos métodos para germinar semillas. El más empleado, es con servilletas de papel y un recipiente con tapa, como un tupper o similar.
Simplemente, se humedece una servilleta, sin encharcarla. Coloca las semillas encima y separadas entre sí. Tápalas después con otra servilleta húmeda.
Y finalmente pon la tapa al recipiente, lo que evitará que se pierda humedad y calor. En cuanto la raíz alcance 1 cm, se pasa al sustrato.
¿Qué sustrato usar?
Ante todo, un buen sustrato ha de ser bien aireado y perfectamente compostado. Si optas por alguno de los muchos fabricantes de sustratos específicos para cannabis, lee detenidamente sus características.
Estos suelen incluir nutrientes para determinadas semanas y durante ese tiempo no tendrás que abonar.
Si optas por hacer tu propia mezcla, no escatimes en perlita o fibra de coco, buenos materiales que aportan esponjosidad. Turbas, humus de lombriz, compost, guano de murciélago… las cantidades a tu gusto.
¿Qué macetas usar?
En interior, donde las plantas tendrán una fase de crecimiento muy corto, interesan macetas pequeñas. Y hablamos de macetas de máximo 9 litros.
La densidad de plantas varía según los gustos de cultivador o la variedad cultivada. En general, una buena densidad es de 8-9 plantas por cada 1 m² de cultivo.
También depende mucho de la técnica de cultivo. En cultivos en SOG se puede apostar tranquilamente por macetas de máximo 3 litros y una densidad de 25-36 plantas por m².
¿Cómo regar las plantas?
Regar las plantas es muy sencillo. Pero conviene ni pasarse, ni quedarse corto. Riega abundantemente, poco a poco, para que el sustrato vaya absorbiéndola lentamente, evitando que queden bolsas secas.
Cuando comience a salir agua por el drenaje, el riego será suficiente. Y no se debe volver a regar hasta que los dos primeros centímetros del sustrato estén secos, repitiendo de nuevo la misma operación.
Los riegos, nunca se deben hacer con agua fría. Y además, es importante que esté reposada para eliminar el cloro tan perjudicial para los microorganismos del sustrato.
¿Cuándo abonar?
En crecimiento, puede llegar a ser prescindible el uso de abonos al cultivar en interior. Tan solo con trasplantes y un buen sustrato, las plantas crecerán a buen ritmo y sin carencias hasta la floración.
Las principales carencias en esta fase son de nitrógeno, que se manifiesta mediante un amarilleamiento generalizado de las hojas más grandes y viejas. En ese caso, el uso de un abono de crecimiento será obligatorio.
En la fase de floración, es uso de abonos, es imprescindible. Nuestra recomendación es el uso de abonos específicos siguiendo las tablas de cultivo del fabricante.
La importancia del pH
El pH indica el grado de acidez o alcalinidad de un medio, en nuestro caso el conjunto agua de riego + sustrato.
Las raíces de las plantas absorben los nutrientes cuando se encuentran en determinado rango de pH, por lo que para evitar carencias aun cuando los nutrientes estén disponibles, es esencial ajustar el pH.
Un valor aceptable se encuentra en 6.0-6.5 en crecimiento y 6.5 y 7.0 en floración. Cuando una planta muestra problemas, en la mayoría de casos se debe a un pH incorrecto.
¿Podar o no podar?
Las podas se hacen por dos principales motivos. El primero es para evitar el desarrollo vertical de la planta y favorecer el horizontal, muy importante cuando se cuenta con una altura limitada.
El segundo, es para aumentar los rendimientos.
Podar una planta es fácil, aunque también llega a ser todo un arte que se aprende a base de pruebas y errores. Siempre es mejor realizar las podas tempranas que cuando los tallos a podar ya tengan un buen grosor. La planta habrá perdido energía desarrollando esa rama en vano.
