Uno de los mayores errores que se cometen en el cultivo de cannabis es el de abonar por encima de las necesidades de una planta, lo que solemos llamar sobrefertilización. El cannabis es una especie que consume grandes cantidades de nutrientes, pero como nos pasa a nosotros mismos, los empachos tienen unos efectos indeseados. Nosotros nos recuperamos en poco tiempo, pero las plantas pueden verse afectadas para el resto del cultivo.
Cuando un cultivador cuenta con la experiencia que se adquiere cultivando, será realmente fácil viendo el estado general de la planta saber si necesita nutrientes o por el contrario muestra síntomas de que lo nutrientes aportados. El mayor problema viene cuando uno decide cultivar por primera vez, adquiere un buen lote de abonos y aditivos, pero realmente no sabe cuando usarlos o como usarlos.
Todos los fabricantes de fertilizantes ofrecen tablas de cultivo con la mejor combinación de sus productos en cada fase y las dosis de cada uno de ellos para conseguir unos resultados óptimos. Pero estas dosis son siempre orientativas, ya que puede haber mucha diferencia en las demandas nutricionales entre diferentes variedades e incluso en la misma variedad dependiendo de su desarrollo.
¿CÓMO EVITAR UNA SOBREFERTILIZACIÓN?
Lo primero como siempre es partir el cultivo con un buen sustrato. Y buen sustrato no es aquel que tenga más o menos cantidades de nutrientes, sino que ante todo permita que las raíces se desarrollen cómodamente. Un sustrato de los llamados light tiene una baja cantidad de nutrientes, aproximadamente para una o dos semanas como mucho. Los llamados complete o all, tienen una mayor concentración de nutrientes, normalmente para unas cuatro semanas mínimo.
En cualquiera de los casos, únicamente abonaremos cuando haya pasado ese tiempo. Podemos usar otro tipo de productos como estimuladores de raíz, pero no nutrientes base porque ya estaremos aportando más nutrientes de los necesarios. Llega a ser normal que una pequeña plántula sufra un parón en su crecimiento, pero es un grave error pensar que es a causa de falta de nutrientes si el sustrato que hemos usado es un sustrato de calidad.
Pérdida del color verde habitual
Cuando veamos que las hojas más viejas de las plantas comienzan a perder el verde habitual a favor de un color más amarillento, es cuando debemos empezar a usar los abonos, o realizar un trasplante a una maceta de mayor capacidad. Y volvemos a lo comentado anteriormente, no abonaremos hasta pasadas 1-4 semanas dependiendo del sustrato que hayamos usado.
También es importante desde el primer momento medir el pH del agua de riego y regularlo si fuese necesario. En un rango de pH entre 6.0 y 7.0, la planta no tendrá dificultades en asimilar los nutrientes disponibles en el sustrato. Por encima o por debajo de estos valores, la planta mostrará dificultades para asimilar determinados nutrientes o directamente no asimilarlos. Lo que en un principio pueda parecer una carencia, nos llevará a abonar, cargando el sustrato de algunos nutrientes que la planta continuará sin asimilar, y de otros que causarán un exceso.
Siempre que comencemos a usar abonos líquidos, empezaremos con la mitad de la dosis recomendada. E iremos aumentando cada vez que toque abonar hasta si la planta lo admite, llegar a las dosis máximas recomendadas por el fabricante. Puede darse el caso como decíamos al principio, que una planta con una dosis máxima muestre principios de sobrefertilización. Y, mientras otra planta con la misma dosis no. Sobretodo se deben vigilar las puntas y bordes de las hojas. Si comienzan a quemarse, bajaremos un poco la dosis de abono sin tomar ninguna otra medida a mayores.
Aquí puedes encontrar más sobre este problema en los cultivos.