La experiencia legalizadora en México comenzó con la velocidad de un felino, pero con el tiempo se empastó y hoy marcha a paso de tortuga.
La llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador al poder hizo suponer que uno de sus caballitos de batalla en materia de derechos humanos, esto es la legalización del cannabis, saldría lo más pronto posible.
Pero no. La burocracia, como en tantos otros casos, se ha devorado a la política, a punto tal que la Secretaría de Salud está a punto de caer en desacato.
Así lo da cuenta un editorial de El Economista firmado por Maribel Coronel que enfatiza que en poco tiempo habrá reglamento de cannabis y Salud no caerá en desacato.
Es claro que la Secretaría de Salud no quiere caer en desacato ante el Poder Judicial y está haciendo todo lo posible para entregar un anteproyecto de reglamento para el uso de cannabis medicinal dentro de dos semanas.
En los hechos la orden de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) específicamente es para la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Sin embargo, ante la realidad de que el titular de dicho organismo no logra entender el tema y ni siquiera le interesa, sabemos que el área jurídica de la Secretaría de Salud a cargo de Maricela Lecuona tomó el asunto en sus manos y es de esperar que ahora sí el proceso tome agilidad.
Reglamento pendiente
Dicho reglamento está pendiente desde hace ya tres años cuando el Legislativo aprobó los respectivos cambios a la Ley General de Salud para legalizar el uso médico de los derivados de la marihuana.
Desde entonces, Cofepris tenía un plazo de 180 días para el respectivo reglamento y es la hora en que el país sigue esperándolo.
Cada vez hay más pacientes mexicanos que recurren a probar la cannabis como terapia arriesgándose a ser criminalizados, cultivando por sí mismos o comprando las opciones importadas a elevados precios o recurriendo al mercado negro.
Además, lo hacen sin acompañamiento médico porque falta la evidencia científica que precisamente es por donde hay que empezar.
Hay varios protocolos de investigación tocando la puerta de Cofepris sin respuesta desde hace meses.
La Corte dejó claro el pasado 9 de junio a los funcionarios de Salud que, con todo y la pandemia, deben cumplir su mandato constitucional; que dicha reglamentación del cannabis medicinal es una prioridad y que ya no hay lugar para más prórrogas, de modo que la fecha es inaplazable.
El plazo vence el próximo 30 de junio.
No lograrán tener el reglamento final, pero sí una versión para entregar a la Coordinación Jurídica del Ejecutivo, de modo que la pelota ya quede en manos de Presidencia, para que presente su visto bueno y sus observaciones.
Así, la versión final se tendría lista para septiembre próximo.
Sabemos que la abogada de la Secretaría de Salud se ha tomado en serio el tema y ha reactivado el grupo de trabajo conformado para este asunto.
Ya habían tenido sesiones a principios de año, pero la última en marzo fue cancelada al decretarse la emergencia sanitaria provocada por el virus epidémico.
Fuentes cercanas al proceso informan que aunque no han hecho reuniones físicas, sí están trabajando en línea analizando y haciendo observaciones a una segunda versión de anteproyecto de reglamento donde se entiende ya fueron atendidos los comentarios de la primera versión a inicios de año.
O sea, sí ha habido avances y el anteproyecto lo tendrán pronto.
Entendemos que con esa versión buscarán formalizar el oficio con fecha de 30 de junio para enviarlo a Presidencia y con ello las autoridades de Salud cumplen y evitan el desacato al Poder Judicial; aún faltarán pasos del proceso incluido el visto bueno de la Consejería Jurídica de Presidencia que lleva Julio Scherer, pero por el lado de Salud se habrá cumplido.
Hay un punto en donde tal parece está costando trabajo de hacer definiciones y es el relativo a la siembra de la marihuana.
No sabemos si algo de ello se incluirá en el reglamento, pero conforme nuestras averiguaciones probablemente será uno de los aspectos donde se enfocará la discusión en los siguientes meses para terminar de afinar los controles por ejemplo de las ubicaciones permitidas, de la genética de las semillas y otros aspectos que son sumamente relevantes y que deben quedar muy claros.