El cannabis debe de estar libre de residuos y contaminantes que puedan suponer un grave riesgo para la salud, tanto a corto como a largo plazo. Durante todo el proceso de producción, que va desde el cultivo hasta el envasado, las plantas pueden estar expuestas a varios tipos de contaminantes químicos y microbiológicos que es preciso evitar.
Contaminantes químicos. Los metales pesados
Algunos metales pesados que pueden encontrarse en los vegetales cultivados y, en particular, en el Cannabis, son el plomo, el cadmio, el mercurio y el cromo. Estos metales se acumulan en diferentes partes del organismo humano, el cual tarda mucho en eliminarlos. Cuando se alcanzan determinados niveles de estos tóxicos se producen desequilibrios metabólicos que conllevan al envenenamiento. Por ejemplo, la intoxicación por plomo se denomina saturnismo y se caracteriza por una acumulación de este metal en sangre, tejidos blandos y huesos, provocando determinados desordenes fisiológicos y pudiendo llegar a causar la muerte.
No todas las plantas toleran ser cultivadas en altas concentraciones de estos contaminantes. Sin embargo, la planta de cannabis es bastante resistente a ellos. Esta propiedad, sumada a su rápido crecimiento, ha hecho que el cáñamo haya sido estudiado para su uso en fitorremediación. La fitorremediación consiste en cultivar plantas en suelos contaminados de forma que estas absorban los metales pesados y otros contaminantes, produciendo una descontaminación del suelo. El tratamiento posterior de estos vegetales permite la eliminación controlada de los contaminantes. También pueden usarse como materia prima para fabricar determinados productos no destinados a ser consumidos. Se ha demostrado la capacidad de la planta del cannabis en absorber cesio radiactivo.
La acumulación en las plantas de estos metales pesados es debido al cultivo en suelos contaminados, por el uso de aguas contaminadas o por la aplicación de fertilizantes de baja calidad.
Algunos contaminantes químicos no metales. Arsénico, nitratos y nitritos
La contaminación del agua por arsénico es mucho más común de lo que pensamos. De hecho, hay varias zonas de España que presentan aguas contaminadas con arsénico. El caso más reciente es en Galicia, en la que una antigua explotación minera de oro produjo la contaminación de las aguas con arsénico. El oro en estas minas forma parte de la arsenopirita, la cual pulverizan y lavan para aislar el metal preciado. El consumo de arsénico se relaciona con cáncer de piel y otras dolencias. Las plantas absorben de forma natural el arsénico que acumulan en sus tejidos, por lo que es necesario evitar la utilización de aguas subterráneas o pozos de las que desconocemos si existe presencia de este elemento. Los suelos también pueden estar contaminados con arsénico.
Los nitritos son una forma en la que el nitrógeno esta presente en los vegetales. Los cultivos requieren determinadas cantidades de nitrógeno para un correcto crecimiento. Cuando aplicamos abonos con nitrógeno orgánico, este es transformado en el suelo en amonio, nitritos y nitratos en el proceso denominado nitrificación. Una gran parte del nitrógeno que aplicamos a nuestras plantas es absorbido en forma de nitratos, aunque también pueden absorber cantidades importantes de amonio y de nitritos.
Cuando los nitratos entran en nuestro organismo una parte pueden llegar a transformarse en nitritos. La combinación de nitrito con ciertas aminas orgánicas puede dar lugar a nitrosaminas, sustancias con alto poder cancerígeno.
Toxinas biológicas
Dentro de los contaminantes químicos orgánicos nos encontramos con las toxinas de origen biológico, que son aquellas producidas por microorganismos (hongos y bacterias). Algunas bacterias poseen estas toxinas en su membrana celular y se denominan endotoxinas.
En el caso de hongos hablamos de micotoxinas y suelen ser sustancias que son segregadas por estos microorganismos.
Residuos de pesticidas
El cannabis destinado a ser consumido no debería contener residuos de pesticidas. Existe la creencia que respetando el plazo de seguridad que marca el envase del pesticida ya es suficiente y que no va quedar ningún residuo en la planta. Esto no tiene porqué ser cierto.
En los insecticidas químicos siempre aparece una lista de cultivos autorizados en su envase, en la que se especifica aquellos cultivos en los que se puede aplicar el pesticida. El motivo
de que no se pueda aplicar a otros cultivos es debido al límite máximo de residuos. Dependiendo de la especie vegetal que ha sido tratada con el mismo producto insecticida, pueden llegar a presentar una cantidad diferente de residuos en el producto final.
En cannabis, no hay estudios que indiquen cual es la cantidad de residuos que quedan después de haber aplicado determinado insecticida. De esta forma, no sabemos cuanto residuo podemos llegar a ingerir. El plazo de seguridad que aparece en la etiqueta no es de aplicación al cannabis ya que solo es aplicable a los cultivos autorizados que aparecen en la etiqueta.
Contaminantes biológicos
Son aquellos microorganismos (bacterias, hongos y levaduras) que pueden encontrarse en el producto final.
Durante el cultivo, la plantas pueden desarrollar diversos patógenos vegetales principalmente hongos. Sin embargo, estos hongos que únicamente atacan a especies vegetales no suelen ser patógenos de seres humanos, pero su inhalación o la de sus esporas puede provocar graves reacciones alérgicas. Existe una enfermedad denominada cannabinosis que es específica de aquellos que trabajan con fibras de cáñamo y que inhalan las partículas que hay suspendidas en el ambiente. El síntoma principal es una importante insuficiencia respiratoria. Algunos investigadores señalan a los microorganismos que pueden haber presentes en dichas partículas como los responsables de esta enfermedad. Hay algunos patógenos vegetales que producen toxinas como, por ejemplo, el Trichothecium roseum u oidio rosa. Un producto final destinado a ser consumido debería contener la mínima cantidad de restos de estos patógenos vegetales.
En EEUU se realizó un estudio para comprobar que tipos de microorganismos se encontraban en el ambiente de los cultivos de interior de cannabis. Los resultados mostraron que había hasta 100 veces más esporas de hongos del género Penicillium en el ambiente de los cultivos de interior que en el exterior. Este hongo se encuentra principalmente en la tierra y en los sustratos pero sus esporas pueden
ser liberadas fácilmente al ambiente. Aunque algunos hongos de este género son utilizados para la fabricación de quesos, otros producen toxinas que pueden causar graves daños a la salud. También encontraron que la manipulación de la cosecha para el manicurado, secado, etc. provocaba una liberación de esporas que podía llegar a alcanzar una concentración de hasta 500000 esporas por metro cuadrado. Los investigadores del estudio recomiendan el uso de mascarillas durante la manipulación de la cosecha ya que esta elevada concentración de esporas puede provocar reacciones alérgicas e hipersensibilidad a los operarios [1].
Algunos microorganismos contaminantes
Escherichia coli. Se trata de una bacteria que principalmente se encuentra en los intestinos y en las deyecciones de los animales. Aunque hay una gran cantidad de cepas que no son patogénicas, muchas otras pueden causar graves enfermedades y diarreas. También hay cepas que producen toxinas.
Al encontrarse en las deyecciones animales también se encuentra en el estiércol, compost y abono fabricado con ellas. Por lo tanto, una vía de contaminación con esta bacteria es el contacto de la planta con este tipo de abonos, bien sea porque la planta entra en contacto con él cuando lo aplicamos o porque, cuando la cortamos, la depositamos sobre la tierra que ha sido previamente abonada con este tipo de abonos.
También el contacto con deyecciones de animales domésticos como perros, gatos y ratones puede provocar la contaminación. La manipulación del producto con manos que no han sido adecuadamente lavadas también puede ser una vía de contaminación.
Género Salmonella. Al igual que E. coli se trata de enterobacterias que se encuentra en las heces de los animales. Hay varias cepas que causan graves enfermedades en el ser humano. Existen casos de intoxicaciones por Salmonella debida a marihuana contaminada, como ocurrió en 1981 en EEUU cuando se registraron 85 casos de enteritis provocada por Salmonella. De estos 85 casos, el 71% había estado en contacto con marihuana que después de ser analizada dio positivo en Salmonella munchen [2].
Tanto E. coli como Salmonella son bacterias que tienen que llegar al tracto digestivo para causar la infección. Por lo tanto, en el caso de utilizar el cannabis ingerido o en infusión, el riesgo
es inmediato. Para aquellos que la consumen inhalada, el mayor riesgo se encuentra en la manipulación del cannabis contaminado, por ejemplo, cuando desmenuzamos la materia vegetal para elaborar el cigarrillo. En este caso, los dedos quedan impregnados de la bacteria, de forma que si posteriormente tocamos algún alimento o nos llevamos las manos a la boca sin habérnoslas lavado antes, el riesgo de infección es alto.
Género Aspergillus. Estos hongos son de los más peligrosos que podemos encontrar, no solo por su capacidad de desarrollarse en el interior del organismo sino por la producción de micotoxinas de alto poder cancerígeno denominadas aflatoxinas. Es un hongo que se encuentra en todas partes y sus esporas las estamos respirado continuamente. Esto, en general, no causa ningún tipo de problema, sin embargo, en personas sensibles o con determinadas patologías que
causan un debilitamiento del sistema inmunológico puede causar la enfermedad denominada aspergillosis. Esta enfermedad consiste en que el hongo empieza a crecer en los pulmones y el organismo lo empieza a recubrir de células, provocando una masa denominada aspergiloma que acaba afectando a los órganos. Se han reportado casos de aspergillosis en consumidores de marihuana ya que las esporas son fácilmente inhaladas con cada calada. Este hongo se desarrolla, principalmente, sobre cannabis que contiene un alto grado de humedad o que ha sido almacenado en condiciones elevadas de humedad y calor.
2 Responses
Hola, efectivamente son muchos los tratamientos químicos que se dan a la planta con los riesgos que anteriormente han comentado en el artículo.
La utilización de insectos auxiliares beneficiosos no sólo ha tenido su auge en la horticultura intensiva (prácticamente el 80% utiliza ya control biológico de plagas) sino tambien empieza a ser consumido por ayuntamientos para sus parques y jardines y por productores de cannabis.
La correcta decisión de que insectos introducir, en que momento y a que dosis es de vital importancia para que los resultados sean muy positivos a un coste bajo.
Saludos