Los concentrados de cannabis como hachís, wax y aceite de THC han irrumpido con fuerza en los mercados de Latinoamérica.
La información, publicada por InSight Crime, surge de una serie de redadas e incautaciones de sustancias en toda Latinoamérica.
Los operativos han demostrado que los productos de marihuana de alto poder, antes dirigidos a ciertos nichos, se están estableciendo en los mercados de la región.
Estos concentrados de cannabis utilizan técnicas de separación mecánica o química para obtener formas mucho más potentes mediante la extracción de altos niveles del principal ingrediente psicoactivo: el tetrahidrocannabinol (THC).
La marihuana barata y de baja calidad que se cultiva en forma abundante en México y Paraguay suele contener entre dos y 10 por ciento de THC.
Estos concentrados de cannabis contienen entre 20 y 30 por ciento en el caso del “hachís” o resina de marihuana, y del 60 al 90 por ciento en el caso de extractos muy procesados como el “aceite de THC” o el “wax” (“cera”).
El aceite de THC está supuestamente producido por los carteles en el desierto mexicano, y la ruta internacional del tráfico de hachís opera a través del principal aeropuerto de Paraguay.
Estos concentrados de cannabis se están volviendo cada vez más atractivos para el crimen organizado latinoamericano.
Su bajo peso y alto valor hacen que sea más fácil obtener mayores ganancias de esta sustancia, cuya producción es la más barata del continente.
Te invitamos a examinar los cinco países que están a la vanguardia en el comercio de concentrados de cannabis en Latinoamérica.
Concentrados de cannabis en Latinoamérica: México
En mayo pasado, tal como informó el medio local Zeta Tijuana, la policía mexicana desmanteló una cocina de drogas clandestina que producía “wax” en la ciudad de Ojos Negros, estado de Baja California (norte).
Ese mismo mes, las autoridades del estado de Chihuahua (norte) desmantelaron un laboratorio de drogas que, entre otras, producía wax y aceite de THC.
Ambos operativos fueron pequeños, pero dan cuenta de una ola del crimen organizado mexicano, que ha descubierto al potencial de los productos de marihuana de alto poder.
Así lo señala la Evaluación Nacional de Amenazas de las Drogas 2020, publicada por la oficina de Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).
“Como respuesta a la creciente demanda de productos concentrados de marihuana en Estados Unidos, (las organizaciones criminales transnacionales) de México han comenzado a producir y traficar aceite de THC”, señala el informe de la DEA.
Por ejemplo, “entre mayo de 2019 y enero de 2020, se realizaron cinco incautaciones de aceite de THC en el corredor oeste del desierto de Arizona, por un total de 275 kilogramos”.
“En cada caso, el aceite de THC era transportado por mochileros a través del desierto oeste de Arizona (sur)”.
Su precio exacto es una intriga, aunque un informe de CBS5 señala que aproximadamente 115 kilos de hierba de marihuana producen unos 10 kilos de aceite de THC crudo.
Estos, una vez refinados, valen entre 80.000 y 100.000 dólares.
Otro medio estadounidense pone un precio mucho más alto, y estima que un paquete de 19 kilogramos, una vez procesado y vendido al por menor en vapeadores, puede generar hasta 500.000 dólares.
En México hay además un mercado más pequeño y menos lucrativo de concentrados de cannabis.
En este 2021 se han incautado varios kilos de hachís en aeropuertos mexicanos; y ya en 2018 se sabía que La Unión Tepito vendía hachís y cera en la Ciudad de México.
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Concentrados de cannabis en Latinoamérica: Honduras
En junio, según el periódico La Información, las autoridades hondureñas descubrieron otra cocina de procesamiento de wax en la capital del país, Tegucigalpa.
El medio informó que, si bien la venta y el consumo de la droga comenzaron hace varios años, el aumento de las admisiones hospitalarias indica que su uso ha aumentado en 2021.
En el país ya se habían descubierto instalaciones de producción de wax en 2016, y los correspondientes grupos de microtráfico dedicados a su expendio fueron identificados en 2017.
Para entonces, esta sustancia ya estaba de moda, como afirma Yuri Mora, portavoz del Ministerio Público de Honduras.
“El wax se vende en el mercado local a 150 dólares el gramo. La dirección investigó y verificó que se vende en fiestas electrónicas de escuelas de clase media y alta”, dice Mora en un informe de El Universal de México en 2016.
Sin embargo, a diferencia de Estados Unidos o México, y por su precio elevado, es muy poco probable que en Honduras se amplíe la base de consumidores más allá de los jóvenes ricos o conocedores de la marihuana.
En consecuencia, se analiza que puede quedar relegada a la periferia de los mercados nacionales de sustancias.
En menor medida, lo mismo podría ocurrir con el hachís, que, si bien parece ser uno de los concentrados de cannabis más populares en Honduras, no cuenta con zonas de producción cercanas ni con enormes mercados regionales de marihuana.
Concentrados de cannabis en Latinoamérica: Perú y Chile
El 13 de julio, el diario peruano La República informó que las autoridades nacionales habían hecho su primer descubrimiento de una cocina de procesamiento de wax en Santiago de Surco, un distrito de Lima.
Por su parte, el general Jorge Angulo, de la Policía Nacional de Perú, dijo a la prensa que el químico encargado de dicho laboratorio había viajado a Chile para aprender a hacer concentrado de marihuana.
Y agregó que un gramo de wax en Chile costaba alrededor de 25 dólares.
Sin embargo, aunque esta haya sido la primera planta de producción desmantelada en Perú, es probable que no sea el primer caso de tráfico de wax.
En septiembre de 2020, dos personas provenientes de Perú fueron detenidas en la frontera chilena por portar concentrados de cannabis.
Las autoridades aduaneras les encontró más de un kilo de hachís escondido en tres botellas de champú, según informó La República.
La droga era una “emulsión viscosa y amarillenta”, lo que difiere completamente del hachís, que es un comprimido sólido color marrón.
Todo indica que se tratara de wax, y por tanto representaría la primera incautación de este tipo en la historia de Chile.
Para marzo de 2021, las autoridades chilenas anunciaron el primer caso de tráfico de aceite de THC en su país.
Fue cuando desmantelaron un grupo del estado de California, Estados Unidos, que importaba vapeadores llenos de la droga.
Ese mismo mes, la Armada de Chile realizó su mayor incautación de drogas en los últimos 20 años, cuando descubrió 442 kilos de marihuana de alto poder, incluido wax, en un barco pesquero peruano.
En abril, en Concepción (Bío Bío, centro de Chile), se anunció la que sería la segunda incautación de aceite de THC en el país, nuevamente en vapeadores.
Chile parece ser un mercado de gran potencial para los productores extranjeros de concentrados de cannabis, ya sea en Perú o en Estados Unidos.
Concentrados de cannabis en Latinoamérica: Paraguay
En julio pasado, funcionarios del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirosi de Paraguay inspeccionaron un paquete procedente de California que contenía una estufa portátil.
En ella descubrieron cinco paquetes de marihuana con alto contenido de THC “de consistencia pastosa y coloración oscura”, y con “sabores a fruta añadidos”.
Aquella parecía otra rutinaria confiscación aduanera, pero las autoridades aeroportuarias habían hecho una incautación casi idéntica el mes anterior.
Se trató de más de 3 kilogramos de la llamada marihuana “jugo de limón” ocultos en latas de duraznos procedentes de California.
En noviembre de 2020 pasó de nuevo: al menos 17 kilogramos de “marihuana VIP” y “jugo de limón” en latas de duraznos de California.
En el video de la “marihuana VIP” encontrada en noviembre de 2020 se ve un elemento sólido de color pardo desmenuzado, por lo que probablemente se trate de hachís.
Paraguay es uno de los principales productores de plantas de marihuana en el mundo, y abastece a los vastos mercados brasileños y argentinos, ahora también con concentrados de cannabis.
No obstante, y debido a la demanda del mercado en Brasil, la producción de hachís ha surgido recientemente en el estado fronterizo de Amambay (este).
Allí ya produce plantas de marihuana con concentraciones de THC comparativamente altas; además, cada vez se incautan más kilos de hachís junto con los paquetes de yerba mate.
También se ha descubierto que los laboratorios de procesamiento de cocaína fabrican hachís, uno de los concentrados de cannabis más populares.
Según las autoridades antidrogas de Paraguay, un kilo de esta sustancia se vende en el país por 500 dólares, mientras que un kilo de mota tradicional cuesta 30.
Ese precio se multiplica varias veces una vez que la sustancia cruza la frontera y se fragmenta para ser vendida al por menor.
En cuanto a la marihuana californiana “jugo de limón”, las autoridades paraguayas afirman que su costo “excede el de la cocaína”, y según ABC News, la policía dice que se transa por 4.000 dólares el kilo.
Al parecer, el destino final de esta sustancia es Brasil o Argentina, y las autoridades creen que las continuas incautaciones en aeropuertos indican que los traficantes están haciendo pruebas para establecer una ruta aérea hacia la conocida Triple Frontera.