Comprender el género y la reproducción de las plantas de marihuana es esencial para conseguir las mejores cosechas posibles. Sin embargo, puede resultar confuso para un cultivador principiante conocer el sexo del cannabis .
Para que el cultivo de marihuana tenga éxito, lo primera es saber saber qué son las semillas feminizadas, qué son las semillas regulares y dado el caso, cómo identificar el género de tu planta.
En esta guía trataremos de explicaros estos temas así como otros conceptos importantes. Desde comentar qué son las plantas hermafroditas y a qué se deben, y por qué tanta gente ama el llamado cultivo sinsemilla.
Identificando el sexo del cannabis: machos y hembras
Es fundamental saber diferenciar el sexo del cannabis, ya que hay plantas masculinas y femeninas. Sin embargo, puede ser un poco complicado.
Las plantas de cannabis en la mayoría de los casos no revelarán realmente su sexo hasta que comience la fase de floración. Esto ocurre cuando se reduce la fase luminosa y se aumenta la fase oscura.
El cannabis es una especie de días cortos. Es decir que florece cuando la duración de la noche es mayor o igual que la duración del día.
Si la planta aún no ha mostrado alguna preflor antes del comienzo de la fase de floración, lo hará en poco tiempo cuando el fotoperíodo la fuerce a florecer.
Es muy importante además retirar todos los machos del cultivo una vez hayan mostrado su sexo. Una polinización accidental es lo peor que puede ocurrir.
En este caso la planta hembra centrará sus energías en la formación de las semillas en lugar de en el desarrollo de los cogollos. Además de lo molesto que resulta un cogollo con semillas, éste será más pequeño de lo que debería.
¿Qué buscar para diferenciar el sexo del cannabis?
En términos de identificación, en general, los machos tienen flores mientras que las hembras tienen pistilos. Los machos también tienden a ser más altos, aunque no este rasgo puede llegar a ser algo confuso.
Puede tratarse por ejemplo de una hembra con un fenotipo más sativo que las demás plantas.
Todas las plantas de marihuana producen flores en algún momento. En ocasiones lo hacen a partir del mes, que es cuando alcanzan la edad sexual adulta.
Sin embargo, si esto no ocurre durante la fase de crecimiento, debe ser durante las primeras semanas de floración cuando se debe prestar la máxima atención.
Como norma general, se debe buscar en los nudos superiores de la planta. Será ahí donde primero aparezcan las preflores.
Si no se detecta el sexo del cannabis macho pronto, es posible que ocurra una polinización. Si esto sucede, probablemente sea demasiado tarde para cultivar cogollos sinsemilla.
Reproducción de las plantas de marihuana
Primero, hablemos de género de las plantas de cannabis. A diferencia de la mayoría de las plantas con flores que son monoicas (en la misma flor se encuentran los órganos sexuales femeninos y masculinos), las plantas de cannabis son dioicas.
Esto significa que hay una planta masculina y planta femenina por separado. Es similar a prácticamente todo el reino animal, incluidos los humanos.
Cada planta posee dos pares de cromosomas sexuales como nosotros los humanos. Cromosomas X y cromosomas Y. Las plantas masculinas tienen cromosomas XY.
Las plantas femeninas presentan cromosomas XX. Además, al igual que los humanos, es el macho quien decide el sexo de la descendencia, bien aportando un cromosoma X o Y. Existe una división natural de 50/50 entre hombres y mujeres.
Pero una planta de marihuana también puede hermafrodita. Esto significa que una sola planta puede tener órganos sexuales masculinos y femeninos.
El sexo del cannabis no depende solamente de su genética, sino también intervienen factores ambientales.
Esto no significa que como se lee en muchas guías o artículos cannábicos, una planta decide si es macho o hembra. El sexo se define en la formación de las semillas.
Plantas cultivadas en condiciones óptimas de cultivo, tienden a tener una descendencia con mayor porcentaje de hembras.
Semillas regulares y semillas feminizadas
Las semillas regulares son aquellas de las que se obtienen plantas hembra y plantas macho. Se desarrollan siempre mediante el cruce de una hembra y un macho. Cuando se unen los cromosomas de ambas, el resultado son hembras (XXXX) o machos (XXXY).
Las semillas feminizadas son aquellas de las que se obtienen plantas hembra en un 99% de los casos. Se desarrollan mediante el cruce de una hembra y otra hembra revertida. Es decir que mediante un fuerte estrés, se le fuerza a la producción de flores masculinas.
Pero esas flores masculinas, siguen teniendo lo cromosomas XX de hembra, por lo que el resultado será como decimos plantas hembra (XXXX) en el 99% de los casos.
El sexo del cannabis: la planta hembra
Las planta hembra suelen ser muy reconocibles. Si bien tanto las plantas macho como las plantas hembra producen flores, las flores de las plantas femeninas generalmente tardan más en comenzar la floración que los machos.
Las flores de las hembras tienen forma de gota de agua de la que en su extremo crecen dos estigmas o pelitos blancos. Se encontrarán estos estigmas en la región nodal del tallo principal, o donde de cada rama crece otra rama.
El sexo del cannabis: la planta macho
La planta masculinas maduran más rápido que las hembras. Generalmente crecerán más rápido y serán más altas que una planta hembra.
Esto sucede para que el macho pueda dejar caer polen sobre las hembras. Su fase de floración puede comenzar hasta un mes antes que las hembras.
Las flores se suelen localizar en las partes altas primero y tienen forma de pica de baraja francesa. En ocasiones, crecen formando racimos de flores.
En su interior están los sacos de polen, listos para polinizar a las hembras en cuanto estos se abran y liberen su polvillo de color dorado/amarillento.
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La planta hermafrodita
Las plantas de cannabis harán todo lo posible por reproducirse. Y si para ello deben cambiar de sexo para poder reproducirse, lo harán.
Esta habilidad intersexual es un rasgo evolutivo que protege a esta especie vegetal y la hace casi única. Se trata de un mecanismo de supervivencia al fin y al cabo.
La planta hermafrodita es la que exhibe capacidades reproductivas masculinas y femeninas. Las plantas de marihuana pueden convertirse fácilmente en hermafroditas en respuesta al estrés en su entorno.
Lo hacen porque la planta detectó que las condiciones de crecimiento no son favorables, lo que significa que es menos probable que se reproduzca.
Una planta puede ser hermafrodita porque ha heredado el gen hermafrodita de uno de sus progenitores. Es algo bastante común en variedades landrace de Tailandia o de algunas zonas de África, por ejemplo.
Además, muchas famosas variedades son fruto de la polinización accidentada de una planta hermafrodita, lo que le confiere a la descendencias una tendencia al hermafroditismo.
Sucede con la Gorilla Glue tan de moda en los últimos tiempos, además de otros híbridos norteamericanos de gran fama.
Sin embargo, toda planta de marihuana puede producir flores del sexo opuesto bajo ciertas condiciones y puede suceder en cualquier momento.
O lo que comúnmente llamamos estrés. Es a fin de cuentas así como se desarrollan las semillas feminizadas. Estas condiciones pueden incluir:
- Contaminación lumínica
- Iluminación demasiado potente
- Temperaturas demasiado altas
- Deficiencias o excesos de nutrientes
- Desajuste del pH
- La falta de agua
- Genética débil
¿Qué hacer con las plantas de cannabis hermafroditas?
En primer lugar, debemos valorar qué es lo mejor para nuestro cultivo. Si sólo tenemos una planta que ha sexado como hembra, pero apreciamos alguna flor macho en cualquier momento, lo más lógico sería cortarla inmediatamente, meterla en una bolsa de basura, y tirarla al contenedor.
Piensa que el polen de una flor macho puede recorrer varios kilómetros. Con lo que es posible que aún sin quererlo, estés perjudicando a todo cultivador en un radio de 1-2 km a la redonda, incluso más con condiciones favorables. Si a ti no te gustaría tener una cosecha llena de semillas, no le obligues a otros cultivadores a tenerlas.
Si las flores macho apareciesen a principios de floración, debemos intentar averiguar si es a consecuencia de algún tipo de estrés. Principalmente es debido a la contaminación lumínica de alguna farola. Pero también puede deberse a otros factores como la alimentación o la temperatura.
Esas flores macho las arrancaremos en cuanto las detectemos. Y en los siguientes días vigilaremos si salen más. Puede que se haya quedado en un susto, o puede que no se detenga la producción de flores macho y tengamos que cortar la planta y tirarla.
Si las flores aparecen en floración avanzada, dentro de lo malo sería bueno, ya que podríamos cosechar. Aunque ya haya ocurrido una polinización, las semillas no habrán tenido tiempo a formarse. En este caso vale la pena cosechar ya y no esperar a alcanzar el punto óptimo de cosecha. No vale la pena jugársela y que pueda polinizar otras plantas que tengamos o la propia planta.
¿Qué hacer con semillas de las plantas de cannabis hermafroditas?
Y ni que decir tiene que las semillas que podamos encontrar en plantas de cannabis hermafroditas, tienen muchas probabilidades de heredar ese gen. Así que sin duda serán muy propensas al hermafroditismo. Sinceramente, no merece la pena cultivarlas por el hecho de que podemos pasar meses cuidando una planta que cuando empiece a florar comience a producir flores masculinas.
Aunque siempre puedes usarlas para añadir a tu dieta. Por pocas que sean, tienen un gran valor nutricional. Contienen Omega 3 y 6, vitaminas, fibras y minerales. De hecho son las semillas más nutritivas de cuantas existen. Se pueden usar en ensaladas, por ejemplo. Por la dureza de su cáscara siempre es preferible pelarlas previamente. Su sabor es parecido al de las nueces y por pocas que sean, tu organismo lo agradecerá.
¿Y las autoflorecientes?
La mayoría de las plantas de marihuana son de temporada y comienzan a florecer a mediados del verano, cuando los días comienzan a acortarse y las noches a alargarse.
Las plantas detectan que necesitan comenzar a florecer y madurar antes del inicio del invierno y la bajada de temperaturas.
Pero las plantas autoflorecientes actúan de diferente modo. Entrarán en la etapa de floración incluso si reciben 24 horas completas de luz.
Y su fase de crecimiento generalmente dura tan sólo 3-4 semanas. En total, su ciclo completo en las variedades autoflorecientes más rápidas es de unas 7-8 semanas.
Estas características únicas hace que sean ideales para cultivar a lo largo de la primavera y verano. Se pueden hacer de 2 a 3 cosechas por temporada.
Aunque el rendimiento y la calidad no están a la altura de las semillas fotodependientes, son una gran opción en determinados casos.
Las autoflorecientes a su vez pueden ser feminizadas o regulares. En el caso de las regulares, se debe prestar atención para detectar los posibles machos y eliminarlos del cultivo para evitar polinizaciones accidentales.
Las características de las plantas autoflorecientes
- Generalmente miden como máximo 100cm, por lo que son muy discretas en terrazas o balcones.
- Empiezan a florecer automáticamente pasadas unas 3 semanas desde la germinación.
- Los rendimientos, dependiendo de las horas de sol, pueden ir de los 50 a los 200 gramos por planta.
- En total, se cosechan en unas 7-9 semanas desde la germinación.