Con un poco de maña y siguiendo unas pequeñas instrucciones, podemos fabricar un vaporizador casero funcional.
¿No tienes dinero y quieres un vaporizador? ¡Te enseñamos cómo hacer un vaporizador casero fácilmente!
De todas las formas de consumir marihuana que hay, una de las más saludables es a través de un vaporizador para cannabis. A diferencia de consumirla de manera tradicional, fumando, la vaporización elimina los gases tóxicos producidos por la combustión, ya que utilizamos menor temperatura.
Para lograr la vaporización se debe calentar la hierba, procurando que no llegue a altas temperaturas que puedan quemarla, pues así evitamos que se produzcan gases indeseados al usar esta técnica.
El mercado ofrece hoy en día vaporizadores para todos los gustos y todos los bolsillos, pero en el post de hoy nos propusimos enseñarte cómo hacer un vaporizador casero.
¿Qué necesitamos para fabricar un vaporizador para cannabis?
Puedes fabricar este vaporizador para cannabis con materiales comunes, que seguramente tienes en casa o puedes conseguir fácilmente:
- Foco de tungsteno
- Cuchillo
- Tijeras
- Alicantes de punta
- Cinta adhesiva
- Un tubo de vidrio o de plástico de unos 20 cm
- Tapón de una botella de refresco
- Un trapo o guante de cocina
Fabricación del vaporizador
Empezaremos hablando del foco de tungsteno, que es no más ni menos que el foco de filamento de toda la vida, el de vidrio transparente que todos hemos tenido en casa. Cuanto más grande sea, mejor, y en ese sentido los focos de 100 w son de un buen tamaño para nuestro fin.
Esta bombilla será nuestra cámara de vaporización, es decir, el cuerpo de nuestro vaporizador casero, pero para que funcione como tal debemos vaciarla. Para lograr esta tarea tenemos dos opciones. La primera es hacer un pequeño agujero en la base del foco, donde se encuentra una pequeña zona negra.
También podemos directamente seccionar todo el ancho del casquillo en la zona más alejada del vidrio. Está última opción es la más sencilla y rápida de efectuar. Para ello, usa un cuchillo mientras sujetas el foco con un trapo o guantes de cocina. En este punto es importante que tengas un buen agarre del foco y control del cuchillo. Recuerda que, ante todo, siempre debes priorizar tu seguridad y el cuidado propio.
Una vez que hayas agujereado el casquillo, será fácil quitar el vidrio interno que sujeta el filamento utilizando unos alicates. La idea es dejar el interior completamente vacío, listo para utilizarlo como una cámara de vaporización.
Al final, deberás enjuagar bien el interior. Este paso es importante para eliminar cualquier tóxico que pueda contener y evitar que lo consumamos al momento de utilizar nuestro vaporizador.
Si te preocupa saber cómo hacer un vaporizador casero completamente libre de materiales tóxicos, puedes sustituir el foco de tungsteno por un balón o matraz de destilación (lo puedes comprar en una tienda donde se venda material de laboratorio), o por un frasco de vidrio de grado alimenticio que permita enroscar una tapa.
Una vez que tengas listo el cuerpo de tu vaporizador, en el tapón de la botella de refresco debes hacer dos agujeros por donde pasarán los tubos de vidrio o plástico que tengamos.
Para asegurarnos que funcione correctamente, al momento de armar todo, comprueba que entre bien el tapón en la rosca del foco. Si no es así, busca algún otro tapón. Es importante que tu vaporizador tenga un cierre hermético para que después no escape el aire del interior del foco.
Los agujeros del tapón hay que hacerlos a la medida exacta de los tubos, de forma tal que no queden holguras. Si, de manera accidental, dejaste una abertura muy pequeña, podrás solucionarlo con un poco de pegamento o cinta aislante.
Después, vamos a colocar el tapón en la rosca del foco. Lo ideal es que se ajuste lo máximo posible para poder ponerlo y sacarlo sin necesidad de usar cinta adhesiva para fijarlo. También hay que cuidar que no entre o salga aire entre la rosca del foco y el tapón.
Ahora, en cada uno de los agujeros que hicimos previamente en el tapón, vamos a introducir dos trozos del tubo que hayamos conseguido. Recuerda que si es de plástico no debemos introducirlo mucho, ya que el calor que se generará al interior del foco podría derretirlo.
¿Cómo usar el vaporizador?
¡Has aprendido cómo hacer un vaporizador casero! Ahora que está listo para ser utilizado, debemos hacer la prueba inicial.
Para comenzar debes retirar el tapón y colocar dentro del foco la cantidad de hierba que desees consumir. Vuelve a colocar el tapón y asegúrate de que quedé bien apretado y no se escape ni se meta aire por ahí.
Para extraer el vapor, debes inducir el foco al calor. Para esto, puedes utilizar un mechero, soplete o vela, calentando la base de la misma que es donde queda alojada la hierba. En pocos instantes podrás observar cómo se comienzan a vaporizar los cannabinoides.
¡Recuerda que no queremos llegar al punto de combustión de la hierba! Por eso, debes ir controlando que, a medida que se llena de vapor el foco, se debe retirar la fuente de calor para que no se combustione la hierba.
Luego, para consumir el resultado de nuestra invención casera, aspira por uno de los tubos ese vapor. Mientras que el otro tubo irá introduciendo aire al interior del foco, para que pueda continuar sucediendo el proceso de vaporización.
¿Por qué usar un vaporizador para cannabis casero?
Además de ser una interesante manualidad que te ayudará a perder el tiempo, aprender cómo hacer un vaporizador casero ofrece otras ventajas como.
- Ahorras dinero: un vaporizador es una excelente herramienta si quieres ahorrar en tu consumo de marihuana, ya que al no tener que quemar tu hierba esta te dará un mejor rendimiento. Además, al fabricar tu propio vaporizador con materiales caseros, te evitarás el elevado costo de comprar uno.
- Proteges tus pulmones: vaporizar el cannabis te ayuda a evitar los humos tóxicos que se general al quemarlo. Para mayor seguridad también recuerda lavar el foco que usarás antes de usarlo.
- Es más discreto: si prefieres evitar que otras personas sepan que consumes cannabis, un vaporizador casero es perfecto para disminuir el olor que esta desprende. Además, no te arriesgarás a tener que comprar un vaporizador y que alguien te descubra.
Este vaporizador casero no es muy diferente a un vaporizador comercial que encontramos en el mercado, como puede ser el Vaponic. Salvando las diferencias en la construcción, los principios que utilizan para su funcionamiento son los mismos.
Tan solo debemos sumar experiencia para poder calcular a ojo la temperatura necesaria para aportar a la hierba y que no se nos queme. Así que ya lo sabes, ahora que conoces cómo hacer un vaporizador casero, solo queda por delante darle mucho uso a nuestro proyecto casero para poder sacar el mayor jugo posible. O, mejor dicho, vapor. ¡Sigue explorando en La Marihuana y encontrarás muchas y muy interesantes técnicas de vaporización!