Uno de los problemas con el que se enfrenta el fumador de marihuana medicinal o recreativa después de una sesión, es el fuerte olor a humo de la hierba.
Existen algunas formas de maquillar el olor del humo de cannabis después de tener una sesión de humo. Si fumar marihuana deja algún rastro claro, ese sin duda es el olor que muchos lo encuentran desagradable y otros lo ven como la evidencia, ¡tú has fumado!
Otra cosa que casi siempre delata al que ha fumado marihuana son los ojos. Por eso, agenciarse de unas gotas de colirio es más que interesante si se quiere pasar desapercibido. Es un frasco pequeño y puede transportarse sin mayor problema en un bolso, en un bolsillo de la ropa o en el coche.
Volviendo al humo, un porro es suficiente para que una vivienda o apartamento, habitación, cuarto de baño o el interior de un automóvil sea impregnado de ese humo fuerte y delator. Por lo tanto, en vez de intentar hacer desaparecer ese humo u olor con el tiempo, es mejor tener a mano unos pequeños truquitos para disfrazarlo.
Por ejemplo, una apariencia y disposición tranquila generalmente resulta en que tu imagen sea más aceptable. Si se ha tomado nota con el tema anterior de las gotas para los ojos, pues, un delator menos. Después de fumar usar, estas simples gotas en tus ojos te harán sentirte más cómodo y seguro.
Otra parte del cuerpo que delata al fumador de marihuana normalmente es su “comedor”, es decir la boca. A muchos ya de por sí, su aliento “te tumba”. Si además, a eso le sumas la fresca pero ya quemada hierba, o guardas más distancia que para el coronavirus, o estás descubierto. Para estos casos , siempre es aconsejable llevarse ese caramelo de menta a la boca. Por lo tanto, caramelos, chicles o enjuagues bucales siempre serán bienvenidos.
El humo del cannabis es más bien denso y tiende adherirse más que otros a la ropa y a todo lo que toca. Par estos casos, es muy importante si se tiene acceso al agua, lavarse el cuello, la cara o los brazos. De esta forma, la bruma o niebla se eliminará de la parte donde esté adherida. Por lo tanto, si se está cerca de una fuente de agua para remojarse, perfecto, pero si al contrario no se está, es mejor tener toallitas húmedas a mano. Estas pueden ser unas buenas aliadas.
Recuerda, que las manos son una de las partes mas cercanas a la fuente de humo y no solo del que sale de tus pulmones , si no del más denso que sale de tu porro. Por lo tanto, el más pegajoso y maloliente. Claro está, estamos hablando si fumas o pasas la articulación entre compañeros. En este caso un desinfectante de manos o loción sería perfecto.
Si el consumo de cannabis es en bong o vapeando no se tendrá el problema en esta parte de las extremidades.Si se utiliza un vaporizador, con alejar el suave vapor de ti sería más que suficiente y, este “humillo vaporizado” casi no tendrá fuerza para adherirse a ropa u otros. Desde luego y en un espacio al aire libre, prácticamente este sistema de consumo vaporizado no produciría la impregnación de olor.
Nunca mejor dicho, un buena colonia o perfume serían perfectos enmascaradores de los restos a olor de hierba. También y por que no, existen mata olores para la ropa en formatos de bolsillo que son una buena garantía. Para el automóvil o habitación, además de la buena ventilación, un buen ambientador siempre sería una opción obligatoria.
El humo de cannabis para muchas personas les es desagradable y para el consumidor normalmente un delator. Por lo tanto, unos simples trucos de higiene puede ayudarte a ti y a los demás.