En este post te guiaremos para que aprendas a cultivar una planta de marihuana en casa, suficiente para muchos cultivadores.
Cada vez son más las personas que se introducen en el autocultivo de marihuana. Los motivos pueden ser varios, aunque el principal es ahorrar dinero al no tener que recurrir a los elevados precios del mercado negro.
Y por supuesto también saber lo que se va a fumar. Cuando un cultivador principiante se pone a investigar los entresijos del cultivo, generalmente encuentra guías donde se explica cómo cultivar marihuana en armarios de 1m2 o superiores.
¿Por qué solo cultivar una planta de marihuana en casa?
Como decimos, cultivar una planta de marihuana en casa puede ser suficiente para consumidores ocasionales, ya que de media, podríamos hablar de unos 50 gramos de cogollos en seco, por planta y cada tres meses.
Otros motivos pueden ser la falta de un espacio mayor. O la discreción. O los gastos e inversión, que serán mínimos en comparación con el cultivo de varias plantas.
El comienzo
Cultivar una planta de marihuana en casa es muy fácil. Una vez que se ha decidido comenzar el cultivo, debemos tener en cuenta algunos aspectos importantes.
El primero es que el cannabis no es muy diferente de cualquier planta con flores. Es muy fácil de cultivar. O al menos, no es tan difícil como parece.
Se trata de una especie fotoperiodica, es decir que crece cuando los días crecen (primavera-principios del verano), y florece cuando los días decrecen (finales del verano-otoño).
Por lo tanto, una opción es la de cultivar en una pequeña terraza o balcón con luz natural, si se dispone de ella.
Sino, la otra opción será apostar por luz artificial y un programador para proporcionarle un fotoperíodo apropiado y constante para crecimiento y floración.
En la fase de crecimiento se puede usar un fotoperíodo de 18 horas de luz y 6 de oscuridad. En floración se debe aportar mínimo 12 horas de oscuridad.
Luz
La iluminación es la mayor inversión que tendremos que realizar. Pero para una sola planta, no será algo excesivo. Y puesto que se trata del pilar básico del cultivo, no debemos escatimar en una buena lámpara.
Piensa que la producción dependerá en gran parte de una elección acertada de la iluminación. Podrás aumentar considerablemente el consumo eléctrico mensual, y no obtener buenos resultados por se una luz no apropiada.
Por ejemplo una lámpara de vapor de sodio de 150w y un balastro o arrancador de la misma potencia se puede encontrar por unos 30-40 euros.
Será una muy buena opción con la que fácilmente se alcanzarán los 100 gramos de cogollos en seco al cultivar una planta de marihuana en casa.
Otra opción podría ser una bombilla LED de unos 50-75W. Saldrá más caro que un pequeño equipo de vapor de sodio de 150W, pero nos durará muchos cultivos. También bombillas CFL fluorescentes, aunque sin duda de todas las opciones será la que ofrezca unos menores rendimientos.
Temperatura y humedad
Para cultivar una planta de marihuana en casa se deben tener también en cuenta la temperatura ideal. Ésta debe rondar los 20-24ºC.
En cuanto a la humedad, en crecimiento sobre el 70% y en floración sobre el 50%. Si no es posible mantener estos rangos, cada uno debe valorar si merece la pena usar un deshumidificador con el costo que conlleva para el mantenimiento de una sola planta.
Ventilación
Una buena ventilación es una medida preventiva contra hongos. Pero lo más importante, es que las plantas consumen una gran cantidad de CO2, llegando a agotar rápidamente el disponible.
Garantizar un buen suministro de aire fresco es fundamental al cultivar una planta de marihuana en casa.
Puesto que estamos hablando de cultivar una sola planta, sería exagerado gastar dinero en un extractor e intractor. Simplemente dejando una ventana un poco abierta, podría ser suficiente para crear una pequeña corriente de aire que garantice un buen suministro de CO2.
Agua
El agua es fuente de vida. Y unos buenos hábitos de riego, imprescindibles para que un cultivo tenga un final feliz. Generalmente, toda el agua de grifo tiene cantidades de cloro que pueden dañar los microorganismos del sustrato. Pero el cloro, dejando reposar el agua 24 horas, se degrada. Puede llenar una garrafa e ir usándola cuando haga falta.
Regular el pH es muy importante para que las plantas, ya que de ello depende una buena asimilación de nutrientes. En cualquier tienda de acuariofilia podrás adquirir un test por pocos euros. Una vez comprobado el pH, puedes usar unas gotas de vinagre o limón para bajarlo, o un poco de bicarbonato para subirlo. El rango de pH ideal para el cultivo está entre 6.0 y 7.0.
Germinación de la semilla
Una vez tengamos la iluminación, maceta, sustrato y lugar seleccionado, es hora de germinar la semilla. Existen varias opciones, desde germinar directamente en tierra enterrando la semilla 1-2cm, hasta germinarla en servilletas de papel humedecidas para pasarla a tierra una vez asome el rabillo.
No existe un método que sea mejor que otro siempre que se consiga el objetivo de germinar la semilla. Una vez la semilla ha germinado, el sustrato debe siempre estar humedecido, pero nunca encharcado. Y desde el primer momento, se debe proporcionar largas horas de luz. De lo contrario, la plántula se estirará buscando luz con el riesgo de que el tallo no soporte el peso de las pequeñas hojas.
Fase vegetativa
La fase vegetativa o de crecimiento será cuando la planta desarrolle su masa vegetal, es decir hojas y tallos. Esta fase durará unas 4 semanas, tiempo en el que la planta debería alcanzar unos 30cm si la cuidamos bien. Puede durar alguna semana más si decidimos realizar alguna poda para favorecer el desarrollo horizontal.
Las plantas en interior experimentan un gran estiramiento durante la fase de transición de crecimiento a floración. No interesa que las plantas tengan más de 30-40cm de altura, ya que podrían crecer el doble fácilmente. Y cualquier iluminación tiene un poder de penetración limitado, por lo que las zonas bajas y más alejadas de ésta serán de producción muy pobre.
Fase de floración
Como ya comentamos, el fotoperíodo ideal y más empleado es de 12 horas de luz y 12 de oscuridad. La fase oscura debe ser de total oscuridad e ininterrumpidas, ya que la marihuana es bastante sensible a la contaminación lumínica.
El período de floración puede ser muy variable entre diferentes variedades. Las más rápidas, finalizarán en torno a las 7 semanas desde el cambio de fotoperíodo. Las más lentas, superan las 12 semanas. Durante este tiempo, asegúrate de que a la planta no le falte comida.
Cosecha y curado
Tras varios meses de cuidados, llegará la hora de recoger los frutos. En este caso los cogollos. Saber cuando una planta se encuentra en su punto óptimo para cosechar no es fácil en un primer cultivo.
Guíate por las fechas que proporciona el banco de semillas, aunque la mejor opción es contar con un microscopio y visualizar el estado de los tricomas.
Tras cosechar, tocará el secado. Usa un lugar oscuro, fresco, ligeramente ventilado y sin una humedad excesiva.
El secado puede durar de una semana a cuatro semanas, todo dependerá de las condiciones ambientales. Sabrás cuando los cogollos están secos si al partir una rama, ésta cruje en lugar de doblarse.
Tras un buen secado, es momento de empezar el curado. Introduce los cogollos en un bote de cristal y sitúalo en un lugar oscuro.
Durante unas 4 semanas, abre el bote durante un par de minutos una vez al día para que se ventile. Pasadas las 4 semanas, ya no será necesario abrir más el bote, a excepción de sacar algún cogollo para disfrutarlo como se merece.
2 Responses
Gracias por las orientaciones
Hola Bruno. Entre tubos vacíos para rellenar o papel de liar ¿Qué más recomiendas? Ya que he visto estos en esta web y tienen buena pinta
Gracias por tu ayuda 🙂