La grave sequía que actualmente afecta a California representa una amenaza para la cosecha de cannabis estatal, que es el alma de la industria del cannabis medicinal, una industria próspera y muy rentable. Ahora, vamos a profundizar en sus causas ambientales y analizar cómo podemos desarrollar estrategias para evitar problemas futuros.
La peor sequía de la historia
Este año, la sequía en California ha alcanzado niveles de gravedad nunca vistos hasta ahora, debido a que prácticamente no ha llovido durante el invierno; las reservas de agua se encuentran actualmente en torno al 20% de sus niveles normales y se prevé que se acaben en cuestión de meses. La sequía va ya por su segundo año, y algunos climatólogos creen que es el comienzo de una “mega sequía” que podría durar más de 200 años.
Se declaró oficialmente el estado de emergencia en enero de 2014, con el propósito de abordar el problema e intentar encontrar formas de conservar y utilizar el agua de una forma más eficiente. Los problemas relacionados con el uso del agua ya han comenzado: las explotaciones lácteas no pueden proporcionar agua a su ganado, se está despidiendo a miles de trabajadores del sector agrícola, y los graves incendios forestales que han asolado todo el estado durante las últimas semanas están poniendo a prueba los actuales recursos, ya de por si limitados.
La situación actual
El Gobernador de California, Jerry Brown, recomienda a los particulares y a las empresas que pongan en marcha, de manera voluntaria, estrategias para conservar el agua, a ser posible reduciendo el consumo al 20% o más. Mientras que muchas de estas medidas iniciales se dirigen a los residentes, el sector agrícola representa hasta el 80% del consumo total de agua en California, según un informe de 2009 de la UCLA. La restricciones sobre el uso del agua suelen aplicarse en su mayoría de forma voluntaria, pero en ciertas áreas se han convertido en obligatorias.
Por ejemplo, Healdsburg en el condado de Sonoma, al norte de California, votó el 22 de Enero para restringir a los residentes el uso de agua para el riego y el lavado de automóviles; si la sequía se intensifica aún más, se pondrán en práctica medidas para racionar el agua. En el momento en que se produjo la votación del consejo, se preveía que Healdsburg y otros dieciséis ciudades y pueblos se quedarían sin agua en menos de cien días.
Inundaciones repentinas en el norte de California
A principios de febrero, en Sonoma, Mendocino y otras partes del área de la bahía cayeron precipitaciones muy intensas. 2013 fue el año más seco registrado en la historia de California; debido a esto, la humedad del suelo se ha visto gravemente mermada.
Cuando los suelos se encuentran tan gravemente faltos de humedad, se endurecen y agrietan, volviéndose menos permeables al agua; las precipitaciones fuertes no se absorben de manera eficiente y esa agua se escapa en grandes cantidades, causando inundaciones repentinas. La comunidad de Healdsburg ha advertido de posibles inundaciones repentinas durante las últimas semanas; fuera de esta pequeña zona de fuertes lluvias, el resto de California sigue atrapada por la intensa sequía.
A medida que la sequía se agudiza, las inundaciones repentinas pueden llegar a ser cada vez más frecuentes, presentando una nueva serie de desafíos a los agricultores de la zona. En el condado de Mendocino, que se encuentra justo al norte de Sonoma y forma parte del Triángulo Esmeralda, se produce abundante cannabis; las perturbaciones graves en el clima de esta región podrían tener un impacto masivo sobre los precios y la disponibilidad en el futuro.
Se culpa a los cultivadores de cannabis de utilizar agua en exceso
Esta temporada se han incautado más de medio millón de plantas de marihuana sólo en el condado de Mendocino—una pequeña parte del cannabis cultivado a lo largo y ancho del condado. Se estima que el total de hectáreas que, anualmente, dedica California al cannabis está en torno a 32.000, es decir, aproximadamente 125 millones de plantas. Las estimaciones totales y anuales de la producción de cannabis en California varían enormemente, con cantidades tan elevadas como 1.155.042 toneladas métricas—aunque esto se refiere a las plantas enteras, sin secar, y es una estimación muy optimista. Las estimaciones probablemente más sensatas y tirando más a la baja se encuentran en torno a las 4.000-5.000 toneladas métricas por año.
Normalmente, el riego de los cultivos ilegales conlleva tener que desviar las aguas locales, lo que puede afectar gravemente a la salud de los ecosistemas fluviales que necesitan para vivir especies acuáticas tan importantes como el salmón. Durante el período en que estos cauces de agua naturales están en su nivel más bajo, desde mediados de verano hasta el otoño, el consumo de agua de las plantas está en su punto más alto. En un día caluroso, una planta grande de cannabis en exterior puede absorber hasta un máximo de sesenta litros de agua.
¿Hasta qué punto es culpable la industria del cannabis?
A los primeros que se relaciona, generalmente, con el uso excesivo de los recursos hídricos es a los cultivadores de cannabis. Desde luego, el rápido crecimiento de la industria durante los últimos años también ha influido en el medioambiente.
Por otra parte, una proporción importante del cultivo de cannabis en California sigue siendo ilegal, y como los cultivadores ilegales no tienen la obligación de cumplir reglamentos ni regulaciones, es muy posible que no lo hagan, debido a la necesidad de economizar y evitar riesgos. Tanto la mala gestión como el uso excesivo son problemas serios; lo mas probable es que los cultivadores ilegales contaminen los cauces de agua, e instalen sistemas de riego que no resulten eficientes.
Sin embargo, se está culpando erroneamente en gran parte, ya que existen otros sectores que utilizan niveles de agua mucho más desproporcionados. Además, cuando se gestiona de manera adecuada y eficiente, el cannabis no necesita más agua que cualquier otro cultivo, y de hecho, muchas variedades se han adaptado bien a condiciones climáticas áridas o semiáridas.
La prohibición agrava el impacto ambiental
En gran parte se echa la culpa a los cultivadores de cannabis, aunque sería más justo culpar a un gobierno que ha permitido que se desarrolle una gran industria sin la regulación ni el protocolo adecuados. Hasta que se ponga en marcha una legislación más amplia, se seguirá cultivando ilegalmente para satisfacer la demanda, y es probable que no se utilice el agua de manera eficaz.
Si el comercio de cannabis estuviera totalmente legalizado, los cultivadores tendrían que cumplir las leyes laborales, del medio ambiente y de conservación del agua. En California, los cultivadores que realizan sus actividades de forma legal están sujetos a asignaciones de agua que pueden reducirse durante los años de sequía. En las industrias reguladas jurídicamente, el uso del agua se va evaluando y se proporciona según sea necesario, como parte de las estrategias de planificación de las aguas locales.
La sequía es cada vez más frecuente en California
Durante los últimos años, la sequía en California ha ido en constante aumento, lo que ha llevado a que algunos climatólogos sugieran la inminencia de una “mega sequía”. Las causas de la actual sequía son variadas, y se cree que un fenómeno climático cíclico conocido como Oscilación Decadal del Pacífico (PDO, en inglés) juega un papel importante.
La PDO es un sistema de circulación de las aguas superficiales calientes y frías del norte del Pacífico que se desplaza cada 20 ó 30 años; durante una fase “fría o negativa”, el Pacífico oeste se enfría y el este se calienta, y durante una fase “caliente o positiva”, ocurre lo contrario. En la actualidad, ha comenzado una fase fría; las temperaturas frías del océano hacen que la corriente polar tenga menos posibilidades de cambiar de dirección y dirigirse hacia el sur (debido a la reducción de la diferencia de temperatura), para llevar lluvia y nieve a California, y las precipitaciones se reducen en general.
¿Volverá el clima de California a ser árido?
Se cree que la PDO y la Oscilación Decadal del Atlántico son dos motores importantes que impulsan la sequía en los estados continentales de los EE.UU. Se trata de fenómenos naturales, pero hay indicios de que, como resultado de la actividad humana, sus consecuencias son cada vez más extremas.
Algunos paleoclimatólogos creen que el período de humedad comparativa que California disfrutó durante todo el siglo XX era en realidad una anomalía en términos históricos. Mediante el estudio de los anillos de los árboles y de los sedimentos oceánicos, los investigadores han demostrado que las sequías que duran más de un siglo han sido más o menos frecuentes durante el último milenio.
La mayor parte de California es árida, y se observan indicios de que todo el estado está recuperando su clima anterior de manera precipitada debido a la actividad humana. En éste caso, el sector agrícola de California tendrá que reestructurarse drásticamente para tener alguna posibilidad de supervivencia.
Urbanización, industria, agricultura
Además de sufrir la disminución de las precipitaciones, el ciclo hidrológico de California se ha visto afectado por las actividades humanas a escala local. La industria necesita grandes cantidades de agua cada año que no se devuelven al agua subterránea, o se devuelven pero contaminada.
La urbanización conlleva sus propios desafíos, entre ellos el aumento del riesgo de inundaciones debido al aumento del área de superficie impermeable, que a su vez produce un aumento del caudal de desagüe. El sector agrícola está mal gestionado y utiliza más agua del que necesita, gran parte del cual tampoco vuelve al sistema. Año tras año, nuestra mala gestión de los recursos hidráulicos saca grandes cantidades de agua del ciclo y no las devuelve.
El Sistema hidrológico de California está seriamente descontrolado
El ciclo hidrológico es un sistema perfectamente equilibrado que responde rápidamente a los cambios ambientales. El agua de California llega al interior gracias a los vientos predominantes del oeste del Océano Pacífico; cuando llega a las alturas de la cordillera de Sierra Nevada, se condensa en forma de nubes, cae en forma de precipitación, y fluye río abajo hacia el océano. Parte del agua también es proporcionada por las fluctuaciones estacionales en la capa de hielo perenne ubicada sobre las montañas de Sierra Nevada.
Cuando cualquier parte de este sistema se ve afectada, los efectos de la reacción en cadena pueden ser alarmantes y extremos. Cuando varias partes se ven afectadas, como ocurre cada vez más con más frecuencia, el resultado puede ser la aceleración de un “mega sequía” ya inevitable a la que el sector agrícola de California simplemente no va a sobrevivir. La capa de nieve en Sierra Nevada está actualmente alrededor del 12% de sus niveles normales, y por lo tanto, los ríos que se abastecen de estas aguas también están experimentando niveles extremadamente bajos.
¿Cómo sobrevivirán los cultivadores de cannabis a la sequía?
Existen varias maneras de minimizar el consumo de agua cuando se cultiva cannabis. Es importante empezar por elegir un sitio apropiado para el cultivo de cannabis—en California, es preferible cultivar en las zonas de los valles, por los suelos y porque hay riego abundante procedente de los cauces de agua naturales, que en las regiones semiáridas.
Los agricultores también tendrán que prestar más atención a la gestión del agua, y lo ideal es utilizar las opciones de riego más eficientes. Para reducir los vertidos de aguas residuales, se pueden utilizar aspersores, riego por goteo y rociadores, en lugar de regar con una manguera. Para reducir la evaporación, resulta muy útil enterrar las macetas para que sus lados no estén expuestos al sol.
Gestión y conservación del agua
En lugar de bombear el agua directamente de los cauces de agua naturales cuando sea necesario, lo que contribuye a reducir la corriente cuando las temperaturas son altas y puede afectar a la salud de los ecosistemas locales, los agricultores pueden optar por medios más conservadores de recogida y almacenamiento de agua.
Si se bombea el agua de los ríos y arroyos a finales del invierno o principios de primavera, cuando los niveles de agua están en su punto más alto, se puede almacenar y utilizar más tarde a lo largo del año. De esta forma, cuando los niveles de agua están más bajos y las plantas más necesitadas de agua, se puede devolver el agua a los cauces fluviales para que la fauna local tenga la mejor oportunidad de sobrevivir.
Aparte de bombear agua cuando los niveles son altos, también es posible almacenar el agua de lluvia usando un sistema de recuperación o recogida. Instalar sistemas de recogida de aguas pluviales adecuados para el cultivo comercial a gran escala puede costar decenas de miles de dólares, pero puede representar un gran ahorro. Además, cualquier persona con conocimientos básicos de bricolaje puede construir sistemas de este tipo por mucho menos dinero.
Recogida de aguas pluviales
Para recoger y almacenar agua de lluvia para el riego, las dos primeras cosas que hacen falta son una zona de recogida y un contenedor de almacenamiento. Una zona perfecta para recoger el agua es un techo inclinado cubierto con un material impermeable adecuado, y para almacenarla normalmente se utiliza un recipiente grande de plástico que realiza el trabajo duro o un pozo especialmente excavado y forrado.
Las tuberías y canalones instalados canalizan el caudal del agua hacia el tanque de almacenamiento o se pueden construir tuberías a medida a un coste relativamente bajo. Por cada centímetro de lluvia que cae, un área de recogida que mide 100m² recogerá 1.000 litros de agua.
La cantidad de agua recogida y almacenada varía de acuerdo con el tamaño del área de recogida y la cantidad de lluvia. Hay varias herramientas disponibles online que pueden ayudar a evaluar el tamaño del tanque necesario y la cantidad de agua que razonablemente se pueden esperar para la cosecha de un año.
¿Cuál es el futuro de la industria del cannabis en California?
A medida que los efectos del cambio climático global se hacen más evidentes en todo el mundo, la asignación de los recursos hidráulicos presenta más y mayores desafíos. Es crucial que, colectivamente, desarrollemos una estrategia que garantize que el agua se distribuya de manera apropiada. Por lo tanto, es de suma importancia reformar las leyes relativas al cannabis actuales para asegurarse de que se cumplan las normativas y leyes que regulan el uso del agua.
Es posible cultivar cannabis con éxito y con bajo impacto ambiental. Si los agricultores de cannabis siguen todas las técnicas de gestión y conservación que tienen a su disposición, no hay ninguna razón por la que la industria no se pueda mantener, incluso si se sigue agudizando la sequía en California.
Por Seshata