Luego de que el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, y el viceministro de Justicia, Miguel Samper Strouss ,ratificaran su apoyo, en audiencia pública, al proyecto de Ley que permitiría el uso terapéutico de la marihuana, esta posibilidad parece mucho más cercana en el país.
A este apoyo se ha sumado el presidente Juan Manuel Santos, quien dijo que la iniciativa del senador Juan Manuel Galán (Partido Liberal) es “una medida compasiva para reducir el dolor y la ansiedad de los pacientes con enfermedades terminales”.
El debate no es solo en el Congreso colombiano. A nivel mundial la discusión sobre el uso del cannabis viene desde la Convención Internacional del Opio firmada en La Haya el 23 de enero de 1912, posteriormente sustituida por la Convención Unitaria de Drogas de 1961.
Un debate científico y médico. A pesar de que los estudios sobre el uso terapéutico de la marihuana no son abundantes, en las últimas décadas se han realizado investigaciones enfocadas a los beneficios que podría tener su prescripción frente a ciertas patologías
En 1999, el Instituto de Medicina (IOM) de Estados Unidos concluyó que la marihuana “podría ser eficaz para el alivio del dolor, estimulación del apetito para las personas con Sida y para controlar efectos de la quimioterapia como náuseas y vómitos”.
Además, hay investigaciones sobre los beneficios que puede tener a la hora de controlar ataques epilépticos. Uno de los principales es el experimento lo realizó el Departamento de Neurología de la Universidad de Virginia Commonwealth, en el año 2003, y arrojó que es posible eliminar las convulsiones por 10 horas. A esta conclusión llegaron los expertos luego de dar extracto de marihuana sintética a ratas epilépticas.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Ojo en Estados Unidos, “estudios mostraron que la marihuana puede disminuir la presión intraocular en personas con glaucoma”.
Además, según una investiogación que analizó por 20 años el efecto del cannabis en 5.115 adultos, la marihuana aumenta la capacidad pulmonar, a diferencia del efecto que produce el tabaquismo. Los resultados de este estudio fueron publicados en enero de 2012 en la revista especializada Jornal of the American Medical Association.
Uso en el contexto terapéutico. De acuerdo con la Dirección de Medicamentos y Tecnologías del Ministerio de Salud, fármacos basados en cannabis son usados en Alemania, Bélgica, Canadá, Chile, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Holanda, Italia y Reino Unido.
En un documento de su autoría, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, plantea 10 enfermedades o dolencias para las que se aceptan prescripciones de medicamentos con base en marihuana.
Estas son: Dolores severos o espasmos musculares persistentes por esclerosis múltiples, lesión o enfermedad de médula espinal; caquexia – estado de extrema desnutrición, atrofia muscular, fatiga, debilidad y anorexia–, pérdida de peso o náuseas por cáncer o VIH/Sida; dolor severo de las formas graves de artritis; convulsiones de epilepsia; cuidados paliativos; dolores resistentes a los tratamientos estándar; afección inflamatoria del sistema nervioso; deficiencias del apetito y náuseas; disfonía –o trastorno de la voz– resistente a los tratamientos habituales; y dolores paroxísticos – enfermedad rara que cursa con sensación de dolor anormal, de carácter hereditario–.
Efectos secundarios. EL HERALDO consultó al toxicólogo Agustín Guerrero, quien recomienda que el cannabis para consumo medicinal “no sea hachís o de productos sintéticos, sino hierba cultivada que no sean plantas adulteradas”, y advierte que “la variedad de especies y potencia del cannabis trae alguna dificultad sobre su dosificación para alcanzar el efecto deseado, y esto genera una serie de efectos secundarios”.
Explica que dichos efectos “no solo dependen de la calidad del cannabis, sino también de la manera en la que se usa y de la experiencia que tiene del usuario”. Así las cosas, indica que el consumo diario “puede afectar a la memoria y a la capacidad de concentración” o generar “una reacción psicótica con alucinaciones”.
“Otros efectos secundarios son: taquicardia, dolor de cabeza, mareo, frío y calor al mismo tiempo en los pies y en las manos, ojos enrojecidos, músculos adormecidos y boca reseca”. Además señala que “no es recomendable su uso durante el embarazo”.
Regulación. De acuerdo con el ministro Gaviria, el proyecto que actualmente hace tránsito en el Congreso colombiano debe definir “más claramente” los lineamientos “en materia de regulación” que se tendría en el país “en materia de regulación y necesidad de registro sanitario, según el producto.
En su opinión, la iniciativa legislativa “debe especificar si se está regulando el uso de la planta en su estado natural o, por el contrario, los preparados con síntesis a partir de la planta”, caso en el que “el Invima deberá otorgar el registro sanitario y supervisar las buenas prácticas de manufactura”.
El caso de Charlotte Figi
Antes de cumplir un año de edad, Charlotte Figi fue diagnosticada con el síndrome de Dravet, una forma rara y grave de epilepsia. Con el tiempo sus convulsiones empeoraron y tomaba hasta 7 fármacos. Charlotte había perdido la habilidad de caminar, hablar y comer y tenía 300 convulsiones semanales (cerca de 43 diarias). A los 5 años sus padres decidieron probar con la marihuana terapéutica y se convirtió en la persona más joven, en Denver, Colorado, en solicitar este tratamiento. Hoy, Charlotte, de 6 años, solo presenta 2 o 3 convulsiones al mes y volvió a caminar. Ella es uno de los casos más emblemáticos de la marihuana medicinal.
Daño a los usuarios y a terceros
En 2010, la revista británica The Lancet publicó un estudio titulado “Drug Harms: A Multicriteria Decision Analysis” (Daños de las drogas: un análisis de decisión multicriterio), en el que estudia 20 drogas, además del alcohol y el tabaco, a partir de los factores de daño a los consumidores y a terceros que generan.
Entre los daños individuales se consideran la dependencia, la mortalidad y el deterioro de la función mental; mientras que entre los daños a los demás incluyen la delincuencia, el daño ambiental y el daño internacional. El estudio utiliza una escala de 100 puntos, donde 100 es el daño máximo y cero indica que no hay daño y concluye, en general, que el alcohol es lo más perjudicial (72 puntos de 100), seguido de la heroína (55), el crack (54), la mentanfetamina (33), la cocaína (27) y el tabaco (26). (ver infografía)
En el análisis de daño individual, los fármacos más nocivos resultaron ser el crack, la heroína y la metanfetamina, con puntuaciones de 37, 34, y 32 , respectivamente). Frente al daño a terceros, el alcohol, la heroína y el crack fueron los más perjudiciales con 46, 21, y 17 puntos, respectivamente. En esta investigación el cannabis queda con una puntuación global de 20, con 10 puntos en cada tipo de daño, ubicándose en el octavo lugar. El autor de la investigación es David Nutt, un reconocido psiquiatra y neuropsicofarmacólogo británico. En este estudio se basó el ministro de Salud Alejandro Gaviria, para afirmar que “fumar marihuana es más seguro que consumir alcohol”.