Chewing Grinder es una joven empresa fundada por un apasionado equipo de diseñadores irlandeses que decidieron revolucionar el mundo de los grinder, trituradores o molinillos de cannabis. Tampoco son nuevos en la industria, pues ya hace 10 años comenzaron como un estudio de diseño en Irlanda diseñando vaporizadores, como el primer vaporizador impulsado por gas, el famoso Iolite, entre otro muchos más. En el año 2015 decidieron dar un paso más diseñando uno de los grinders más maravillosos que hemos podido ver en los últimos tiempo, un instrumento de uso cotidiano para cualquier consumidor y que en los últimos 100 años apenas han sufrido ninguna evolución, siendo los más comunes y utilizados los de púas.
Como alguno de los grandes inventos, el grinder Chewy nace de la situación más insospechada, cuando uno de los integrantes del equipo estaba en un concierto de pie tratando de moler la hierba y a cauda del viento toda la maría terminó en el suelo. Fue ahí cuando surgió la idea de fabricar un grinder fácil de cargar, de operar, que pudiese almacenar hierba, molerla y después dispensarla. Se pusieron a trabajar duramente y un año más tarde nacía el primer modelo Chewy.
La innovación de este triturador de hierba portátil se encuentra en las cuchillas y el mecanismo de carga. Las ccuchillas están fabricadas en acero de carbono , característico por su dureza y mantener un filo de corte siempre perfecto y para lo que se emplearon más de 200 prototipos buscando la perfección en el triturado. El mecanismo de carga por su parte usa un bloque de empuje mediante un resorte o muelle que suavemente empuja la hierba hacia las cuchillas. A diferencia de los típicos grinder de púas, Chewy no aplasta ni comprime la hierba, si no que la corta y consigue mantener la mejor textura para su posterior consumo, sea vaporizada o en el típico porro de papel.
Chewy se alimenta con una batería de 9v intercambiable, que garantiza unas 10 horas de uso continuado, lo que se traduce en varias semanas en una tarea que apenas llevará ahora unos pocos segundos. Está fabricado en un cuerpo de policarbonato super resistente, es ergonómico, ligero y se puede usar con tan sólo una mano. Una gran tapa transparente nos permite ver los cogollos que tengamos en su interior, con un tamaño para aproximadamente 2 gramos de cannabis. Está perfectamente sellada con una junta de silicona, lo que permite llevar el grinder siempre cargado sin que desprenda ningún olor.
Una vez el grinder cargado, basta accionar el botón para que automáticamente el resorte empuje la hierba hacia la cuchilla y delicadamente sea triturada. Una pequeña tapa deja al descubierto la abertura por la cual irá cayendo el cannabis perfectamente molido. Este sistema resulta muy cómodo para llenar pipas, bongs o vaporizadores, usando la cantidad justa que depositaremos sin tocar con las manos en la cazoleta o cámara de calefacción. Todas las piezas metálicas se pueden extraer con facilidad para limpiarlas cuando sea necesario con un poco de agua jabonosa o alcohol isopropílico. Estamos ante uno de los pequeños inventos que más trabajo ahorrará y con el que más disfrutaremos.