Por Martin Barriuso Alonso. En la edición del domingo 22 de abril, leímos en DEIA el caso de Ander, un chaval con problemas con la marihuana que ha decidido “desengancharse”.
Se trata de un caso poco común, ya que no es normal que los problemas con el cannabis lleguen a ser tan graves, pero no se puede negar que existen muchos casos como el de Ander. Y está muy bien que los medios de comunicación, como DEIA, reflejen esta otra cara del cannabis, sustancia cuyo riesgo aumenta en proporción directa a la precocidad en el consumo. Cuanto más joven se empieza, más riesgos de complicaciones.
Lo que no me parece normal es que se aproveche para entrar por la puerta falsa en el debate sobre la legalización de la sustancia, mezclando este caso con el debate que debe iniciarse en breve en el Parlamento Vasco. Ander dice que antes era partidario de la legalización, pero que ahora le genera inquietud. Tal vez porque su defensa adolescente de la legalización se basaba en la idea equivocada de que se trata de una sustancia sin ningún riesgo. Sin embargo, quienes defendemos una nueva regulación legal del cannabis no lo hacemos en base a su supuesta inocuidad, sino al hecho de que las políticas basadas en la prohibición de la sustancia generan más problemas de los que pretenden evitar.
Todo el mundo sabe que las bebidas alcohólicas son peligrosas, más aún para los adolescentes, y sin embargo nadie en su sano juicio defendería la ley seca, incluyendo penas de cárcel para los productores de txakoli o sidra, como la vía para acabar con el alcoholismo. Apostamos por controles estrictos sobre la venta, límites en la edad de acceso o campañas educativas, y no por la represión pura y dura.
Nadie pensaría que prohibir a un adulto sano y normal beberse una cerveza sea la vía para evitar los excesos de algunos jóvenes. Pues bien, algunos parecen olvidar estas cosas tan obvias en cuanto el cannabis sale a relucir.
Y el resultado es un debate sesgado y distorsionado donde se acaba discutiendo de cosas que nadie dijo nunca. Esperemos que esto cambie y podamos tener algún día un debate adulto y serio sobre la cuestión, que ya va siendo hora.
Fuente Deia
