FEPAD Fundación para el estudio, prevención y asistencia a las drogodependencias,
El cannabis es la droga psicoactiva ilegal más extendida en el mundo. Se estima que en España hay más de 2 millones de consumidores mensuales y alrededor de 500.000 consumidores diarios. En la Comunitat Valenciana el 7,7% ha consumido cannabis durante el último mes (encuesta domiciliaria DGD), cifra que asciende al 18,5% en población de 14 y 18 años (encuesta escolar 2009).
Sin duda, hay motivos para preocuparse y más teniendo en cuenta la progresiva normalización del consumo, es habitual ver a jóvenes fumando porros mientras conducen o liar cigarrillos en el parque, algo que ocurre en España casi exclusivamente.
La ciencia ha probado las virtudes paliativas del cannabis, sin embargo, estas evidencias se avalan con un principio activo identificado, aislado, cuantificado y controlado en laboratorio.
Frente al discurso de la naturalidad del cannabis, desde FEPAD queremos añadir que, aunque es un producto extraído de una planta (Cannabis Sativa), como el opio lo es de una amapola.de los más de 60 compuestos químicos identificados en la planta, tan solo 1 es el causante de sus efectos psicoactivos (delta 9 tetrahidrocannabinol-THC). La composición química del cannabis es compleja desconociéndose los efectos producidos por todos sus componentes.
Si bien es cierto que, la mayoría de los consumidores de cannabis no experimenta problemas graves tras el consumo, también es cierto que ha aumentado la demanda de tratamiento (se ha cuadriplicado en 7 años) por su dependencia, y su uso continuado puede generar problemas cognitivos de atención, concentración y memoria que suelen remitir al cesar el consumo. Pero, no olvidemos que, también se ha demostrado que existe un riesgo de desarrollar psicosis cannabica, esquizofrenia u otras enfermedades mentales en personas vulnerables, dando lugar a problemas a largo plazo que no se valoran cuando se inicia el consumo, además de problemas físicos.
Si a esto añadimos que, entre un 7-10% de los consumidores regulares de cannabis puede llegar a generar una dependencia, no resulta extraño que se dispare la alarma entre autoridades y profesionales, reforzando los programas y las políticas públicas para reducir el número de consumidores y retrasar la edad de inicio.
Desde luego, el consumo de cannabis implica un riesgo, que podemos asumir o no, pero que debemos ser concientes de que existe. Y ello debería bastar para realizar campañas preventivas con la población, sin necesidad de recurrir a argumentos engañosos, ya sean demonizando el cannabis y atribuyéndole consecuencias no demostradas, o halagando sus propiedades.
Desde FEPAD proponemos ser cuidadosos con los mensajes que dirigimos a los jóvenes. Huir de visiones alarmistas y no caer en exageraciones, que pueden llevar a la falta de credibilidad en los jóvenes.
Pero las consecuencias adversas del consumo de cannabis son suficientes como base de la información y formación que desde las instituciones lanzamos a la sociedad. Es nuestra obligación y responsabilidad trasladar los avances de la ciencia, sin intentar pretender ir por delante de ésta.
Tan solo nos quedaría una pregunta por hacer. ¿Quién se la quiere jugar?
Fuente lasprovincias
2 Responses
“también es cierto que ha aumentado la demanda de tratamiento (se ha cuadriplicado en 7 años) por su dependencia”
Del total de gente que demanda el tratamiento, habra que ver cuantas personas van por modo propio y cuantas son forzados o sugestionados a ir, ya sea por orden de un juez o por un pariente. Esas estadisticas por lo general son muy engañosas y falsas!!
el pueblo no es tonto, cada vez esta mas informado¿.porque no preguntan a los holandeses, cuanta personas se estan desenganchando alli de esta sustancia que esta legalizada.?