Incluso si Canadá legaliza el cannabis el 1 de julio de 2018, como se ha anunciado hace poco, todavía hay que responder a una serie de cuestiones. ¿Serán altos los impuestos, qué dirán los países vecinos, cuál será la edad mínima y quién lo va a vender? Las respuestas se pueden encontrar aquí.
El gobierno presenta el calendario de la legalización
Hasta enero de este año, aún no estaba claro si el grupo de trabajo designado por el primer ministro Trudeau conseguiría presentar un plan específico para la planeada legalización del cannabis en la primavera de 2017, como se había anunciado. Tampoco estaba claro si el comité nombrado podría despejar las dudas de los estados individuales y las autoridades sanitarias, que parecían subestimar los planes del gobierno liberal. Pero a mediados de abril, se habían puesto de acuerdo en los puntos principales y los habían presentado durante una conferencia de prensa del gobierno. La fecha prevista para la entrada en vigor de la ley es el 1 de julio de 2018. El día siguiente a la Fiesta Nacional de Canadá, se permitirá a las personas mayores de 18 años estar en posesión de hasta 30 gramos de cannabis secado.
Se permitirán cuatro plantas por hogar. El procesamiento de los cogollos en productos alimenticios para uso personal también se va a legalizar. Las plantas no deben superar los 100cm de altura.
Aquellos que exporten cannabis, o se lo suministran o compartan con menores, pueden ser condenados a una pena privativa de libertad de hasta 14 años.
Los menores a los que se encuentre en posesión de menos de cinco gramos de cannabis tendrán antecedentes penales, pero no serán juzgados.
Las provincias individuales regularán los detalles relacionados con el cultivo, dispensación y venta de cannabis. En principio, la edad mínima es de 18 años, pero esta podría elevarse a 21 en algunas provincias debido a las diferentes leyes relativas a la venta de alcohol. En algunas provincias, el alcohol sólo se permite una vez que una persona ha alcanzado la edad de 21, por lo que la edad mínima para el cannabis en esas provincias es probable que sea equivalente a la del alcohol.
Los delitos de tráfico cometidos por primera vez (lo que se conoce como delitos por conducir bajo la influencia del cannabis) se castigarán con una multa de hasta C$ 1000 y hasta un año de prohibición de conducir. El límite superior para la conducción es de 2,5 nanogramos por ml en sangre completa (Alemania realiza las mediciones en el suero sanguíneo, lo que resulta en un valor más alto). Hay que llevar a cabo más investigaciones en este ámbito.
Los turistas también podrán consumir cannabis legalmente. A los turistas, al igual que a los locales, se les permitirá tener hasta 30 gramos de cogollos de cannabis en su poder, mientras que la importación y la exportación seguirán estando estrictamente prohibidas, incluso en el caso del cannabis medicinal.
La publicidad del cannabis podrá informar, debería advertir contra posibles efectos secundarios y lesiones, y no debería “centrarse en el estilo de vida”.
Todos los demás detalles, como impuestos, empaquetado, regulaciones detalladas para las extracciones y el hachís, así como el número de tiendas, su distancia de los colegios, y cualquier otra cuestión relacionada con los detalles se resolverá durante el próximo año.
No obstante, parece que el mayor problema es la Convención Única de la ONU sobre Estupefacientes, que básicamente prohíbe el cannabis, excepto para uso medicinal. Trudeau había anunciado que encontraría una manera viable de permitir que Canadá aprobara la ley propuesta sin violar los tratados internacionales, especialmente la Convención que haría que cualquier tipo de legalización resultase problemática. Incluso después de la conferencia de prensa en Ottawa, todavía no está claro qué estrategia se va a seguir al respecto.
El miedo a ganar tiempo
Asimismo, los medios de comunicación canadienses actualmente informan de que el calendario de Trudeau podría ser demasiado optimista, porque se dice que todavía tienen que debatirse algunos puntos básicos del plan propuesto. Después de la primera lectura del proyecto de ley, los diputados de forma individual pueden proponer la enmienda de cláusulas y párrafos individuales. El senador conservador Bob Runciman comentaba a los periodistas que “no se sorprendería si hubiera por lo menos una enmienda a la edad mínima”. Además, parece que actualmente no es políticamente factible una amnistía para las personas que han sido condenadas por delitos de cannabis.
“La oposición puede demorar la ley prevista, pero no poner en peligro la fecha límite del 1 de julio de 2018”, explicó el profesor Steven Hoffman de la Facultad de Derecho de la Universidad de Ottawa a marijuana.com. “La oposición tiene muchas oportunidades para retrasar un proyecto de ley. Por ejemplo, puede insistir en un estudio adicional llevado a cabo por el comité apropiado, solicitar extensiones o invitar a testigos adicionales, para retrasar el calendario”.
ONU – ¡No hay problema!
Antes de la legalización en 2013, Uruguay sencillamente había rebatido las advertencias de la ONU con argumentos de concisos, por lo que este pequeño país fue muy criticado a nivel internacional y recibió graves amenazas por parte de la ONU. Pero al final, a pesar de que el cannabis es legal, Uruguay ha podido seguir siendo firmante de la Convención, y el comisionado uruguayo en temas relacionados con las drogas ahora da la bienvenida a las delegaciones alemanas para compartir experiencias.
Bolivia ya había demostrado cómo resolver el problema con la Convención Única de la ONU, en 2013, con la relegalización de las hojas de coca. En 2009, el Presidente Evo Morales solicitó que la ONU modificase e introdujese una enmienda a la Convención Única de las Naciones Unidas de 1961. El objetivo de la enmienda propuesta era levantar la prohibición, que no se basa en la evidencia científica, de masticar hojas de coca, manteniendo al mismo tiempo el sistema global de monitoreo de coca y la prohibición de convertirlas en cocaína. Después de que la comunidad internacional no lograse aprobar la moción con una mayoría de votos a finales de 2011, Bolivia rescindió brevemente el tratado con la ONU hace seis años, para reanudarlo bajo la condición de que se pueda permitir el cultivo, el comercio y el consumo de hojas de coca en su propio territorio. El 11 de enero de 2013, Bolivia fue readmitida como parte del tratado, sin renunciar a su requisito relativo a la situación de las hojas de coca. Las cosas también podrían ir por el mismo camino para los asuntos relacionados con el cannabis en Canadá.
by Micha