Luego de la experiencia en Jujuy (norte), que al cabo de unos largos meses parece encaminarse a germinar, muchas son las provincias argentinas tentadas en cultivar cannabis con fines medicinales.
Una es su vecina Salta, otra de las referencias del norte argentino que avanza hacia la producción pública del cannabis medicinal.
Allí, el Senado aprobó el proyecto de legisladora Silvina Abilés que propone declarar de Interés Público las actividades destinadas al uso medicinal del cannabis.
El portal Vía Salta además publica que la Cámara de Senadores de la provincia aprobó la modificación de la Ley 7.996 (uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados para la investigación médica ) que propone declarar de Interés Público las actividades destinadas al uso medicinal del cannabis y sus derivados en Salta, también su producción pública y su eventual industrialización para uso exclusivamente medicinal, terapéutico y de investigación.
Se trata de un proyecto impulsado por la senadora de La Caldera, Silvina Abilés, que además establece que el Poder Ejecutivo Provincial podrá conceder hasta tres licencias o autorizaciones para la realización de las actividades descriptas a organizaciones no gubernamentales debidamente inscriptas en Salta.
“Con estas modificaciones al artículo 7 se da la posibilidad a la provincia que celebre convenios con otras instituciones, como universidades, organismos nacionales, organizaciones no gubernamentales (ONG) para que puedan cumplir con este objetivo. Los beneficios medicinales del cannabis son innegables” , explicó Abilés respecto a su proyecto.
NEUQUÉN
Otra de las provincias interesadas es Neuquén, al sur del país y recostada en la cordillera de los Andes.
Allí, y según publica LMNeuquén, el legislador de Juntos Somos Río Negro, Lucas Pica, presentó un proyecto mediante el que busca declarar de interés la producción de cannabis sativa con fines terapeúticos, científicos y de investigación en la Patagonia norte, a realizarse en la sede del Alto Valle del INTA.
La zona es largamente reconocida en Argentina por sus cultivos de manzanas.
El legislador manifestó que con esto “se abre una esperanza para muchos pacientes, se viene un cambio de paradigma”.
En los fundamentos de la iniciativa, Pica recuerda que en el año 2017 se promulgó la Ley Nacional 25350, que crea el “Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del uso medicinal de la planta de cannabis, sus derivados y tratamientos no convencionales”.
Posteriormente, en la reglamentación de la ley, uno de sus artículos autoriza al Consejo Nacional de Investigaciones y Técnicas (CONICET) y al Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA), el cultivo de cannabis con fines de investigación médica y científica para la elaboración de sustancias que -como medicamento- sirva para proveer a toda persona que se encuentre incluida en el Programa Nacional que crea la ley.
O sea, que tengan diagnóstico de epilepsia refractaria con prescripción médica de aceite de cannabis, destacando que el Programa podrá incorporar otras patologías basado en sólida evidencia científica.
El aceite y sus derivados actualmente es importado por ANMAT, tal como lo establece la ley nacional.
Demasiados trámites
Sin embargo, los pacientes que lo requieren a través de esta normativa se quejan por lo engorroso y burocrático del trámite para adquirir el producto a través del ingreso al Programa creado por la Ley Nacional.
A pesar de los avances desde la sanción de la ley 27.350, la producción del aceite en el país es errática, los pacientes recurren al autocultivo y a la producción artesanal, mediante el método prueba-error determinan dosis y frecuencia de la ingesta.
O, peor, lo adquieren de manera informal sin ningún tipo de control de la calidad del producto en países limítrofes o por vía on-line en páginas de e-commerce.
La Delegación Patagonia Norte del INTA, conjuntamente con asociaciones civiles, se gesta el proyecto para producir material floral y genético en la región y posterior elaboración de fitopreparados asegurando las condiciones y normas de buenas prácticas con fines científicos y terapéuticos.
Se desarrollará en dos etapas, la primera en la Delegación Alto Valle del INTA, relacionada con el cultivo y producción de material floral para la elaboración de aceite con fines médicos. Esta etapa cuenta ya con la autorización del Ministerio de Salud de la Nación.
La segunda etapa se desarrollará en la Delegación Bariloche del INTA, consistirá en el mejoramiento genético para lograr la “cepa patagónica” y establecimiento de un Banco de Semillas autóctonas.
Esta etapa no cuenta aún con la autorización de los organismos nacionales.
Respuesta estatal
“Hay una necesidad de muchas familias que necesitan una respuesta seria por parte del Estado, esta es una oportunidad de comenzar a saldar una deuda enorme con quienes encuentran en el cannabis para uso medicinal una respuesta“, indicó el legislador.
Hasta la fecha, sólo la provincia de Jujuy ha sido autorizada por los organismos nacionales pertinentes al cultivo y producción de cannabis con fines médicos en un proyecto público privado, pero tal vez sea hora en Argentina de una confederación cannábica.