En estos últimos años, no cabe ninguna duda que la figura publica o celebridad más abierta, más punzante y más precisa, cuando se trata de hablar sobre el tema marihuana en los Estados Unidos, es Bill Maher.
Desde su programa de televisión, “Tiempo real con Bill Maher” (Real time with Bill Maher), este presentador, comentador político, actor, escritor y comediante estadounidense es uno de los grandes aliados que tiene el movimiento del cannabis en el país norteamericano y por inri en el mundo.
Pocas figuras publicas están dispuestas a decir algo como esto en la televisión y en directo:
“Los dispensarios todavía no pueden obtener servicios bancarios porque son demasiado skeevy(desagradables) … los bancos, no los dispensarios.”
Insatisfechos con el actual ritmo de paso de tortuga de la legalización federal, Maher presentó a Mary Jane en su nuevo segmento de Regla titulado “Por el amor de Bud” (For the love of Bud), el viernes pasado 12 de febrero.
El objetivo de Maher fue señalar que la lucha para liberar el cannabis a nivel mundial está lejos de haber terminado, y que el efecto llamado dominó de la legalización aún está lejos de ser algo seguro.
“La marihuana no es como el matrimonio entre homosexuales. Con el matrimonio entre homosexuales. Nadie podía perder dinero si cambia la ley. Pero la guerra contra las drogas mantiene un flujo de miles de millones que fluyen hacia los agentes de la DEA, la policía y prisiones … “
Maher declaró elocuente y vehemente lo que llamó evidentes “argumentos” del cannabis a lo largo de su monólogo. Explicó que el cannabis es mucho menos peligroso que el alcohol (o asfixiar durante las relaciones sexuales para más placer para el caso) para despertar a Obama por llamar “mal hábito” a la hierba puntos claves para Maher.
En su mesa del programa, Maher hizo lo que todos los buenos anfitriones nocturnos deben hacer para cerrar sus shows: encendió un porro y lo compartió con sus invitados. Aquí se puede ver el vídeo:
La cuestión sobre el matrimonio homosexual, que el es partidario, puede resonar más fuerte, pero sus mayores enemistades creadas en esa lucha son los homófobos y la Iglesia Bautista de Westboro, grupos mucho menos dotados económicamente y con menor participación política que las compañías farmacéuticas, compañías de tabaco, alcohol y empresas que pueden ser enemigas de la legalización de la marihuana.
Mientras que la mayoría de los estadounidenses informan que quieren que sea legalizada la marihuana (58 por ciento), quedarse en casa y mantener su opinión para sí mismos no ayuda a este fin legalizador. Continuar con la lucha en las encuestas y en las noticias para conseguir la legalización es la única manera de hacer camino.
Empresas como las de antes mencionadas tienen mucho que perder cuando el cannabis sea legalizado por el gobierno federal norteamericano y van a seguir torpedeando el avance, siempre y cuando se lo permitamos. Es de vital importancia para esta comunidad mantener estos puntos en mente y “mantenerse firme” en nuestro empeño para conseguir más progreso en este campo.
Fumar marihuana, como dice el famoso Maher, de hecho, puede ser un “fantástico hábito” y aún mejor medicina.