La Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó el miércoles suspender la apertura y ampliación de clubs cannábicos durante un año y hasta que el consistorio regule su situación, ha anunciado este viernes en rueda de prensa el primer teniente de alcalde, Joaquim Forn.
“Hemos detectado un conjunto de situaciones que se alejan delautoconsumo que debían tener” estas entidades, algunas de las cuales promovían el consumo del cannabis, se publicitaban para captar clientes y generaban conflictos de convivencia.
Además, en algunos locales se detectó a traficantes y menores, y varios no reunían las condiciones de seguridad necesarias ni seguían normas de ventilación y de aforo, entre otros aspectos.
Hasta aprobarse la suspensión, “no necesitaban ningún tipo de licencia: sólo un comunicado de actividad que se hacía llegar al Ayuntamiento, y esto ha facilitado el incremento” de estas asociaciones en la ciudad, donde hay 160 registradas. Todas se revisarán.
“No podemos permitir que, bajo la apariencia de entidades, amenacen el bienestar de las personas”, según Forn, que asegura que el Gobierno municipal tendrá especialmente en cuenta las condiciones de seguridad y las implicaciones sanitarias, por lo que contará con el sector médico y farmacológico para elaborar la regulación.
No habrá ‘vacío legal’
Considera que es una decisión preventiva y sensata, y garantiza que no dejarán “ningún tipo de brecha o de vacío legal” que permita a estas entidades no adaptarse a la futura regulación.
Forn ha resaltado que el Gobierno municipal tiene la responsabilidad de prevenir los efectos de las drogas –tanto duras como blandas– sobre la sociedad, y especialmente en los jóvenes, ya que pueden ser causa de fracaso escolar.
En referencia al turismo, ha resaltado que no pueden permitir “que Barcelona se convierta en una ciudad referente de consumo de cannabis”, razón que se suma a los elementos por los que ha considerado necesaria la regulación.
Para elaborar la nueva regulación consultará a expertos del ámbito médico y farmacológico para incorporar las recomendaciones del sector.
El primer teniente de alcalde ha hecho este anuncio en una comparencia en la que también han participado el gerente de Prevención, Joan Delort y el director del área de Régimen Jurídico, Manuel Mallo. Como avanzó EL PERIÓDICO en febrero, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido tener listo un protocolo para ordenar estas entidades ante la inacción de la Generalitat, que no decide si regula o prohíbe los clubs cannábicos debido a las divergencias entre las ‘conselleries’ de Interior y Salut.
Esta regulación se trabaja en un momento en el que los clubs cannábicos con ánimo de lucro están proliferando. El limbo legal que permite a las asociaciones dispensar marihuana y productos derivados en sus sedes sociales exige el cumplimiento de una lista de buenas prácticas, una especie de código de conducta autoimpuesto que garantiza la permanencia en los cauces de ese vacío –los hay– y el mantenimiento de la distancia con lo ilegal, pero algunas asociaciones no juegan limpio.
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