Por Buddha Seeds. Con el inicio de la temporada de siembra se nos abren dos posibilidades de variedades de autocultivo: variedades autoflorecientes o fotodependientes(foto superior: Morpheus ). Pero ¿por cuál decantarse? Si todavía no lo tienes claro, en el siguiente artículo intentaremos despejarte algunas dudas.
Por regla general, el cannabis y el cáñamo son plantas de día corto, es decir, florecen a final del verano, cuando las noches duran más de 14 horas. Esto les permite producir semillas antes de morir debido al frío del invierno. Estas plantas se llaman “fotodependientes”, aunque mucha gente se refiere a ellas como “plantas de temporada” o “plantas no autoflorecientes”.
A diferencia de las plantas fotodependientes, las autoflorecientes no dependen de un fotoperiodo para florecer. Los orígenes de las plantas autoflorecientes se remontan al siglo XXI. Al cruzar la variedad Cannabis Ruderalis con variedades fotoperiódicas se obtuvieron híbridos que mantenían la principal cualidad Lowryder (crecer y florecer sin apenas horas de luz) y lo mejor de las fotodependientes; estructuras ramificadas, altas producciones, olores y sabores más atractivos.
Pero ¿cuáles son las principales diferencias entre las plantas autoflorecientes y las fotodependientes? ¿Qué ventajas tiene el cultivo de unas u otras? Vayamos al lío.
Ventajas de cultivar plantas autoflorecientes
Estos son los motivos por los que te alegrarás de cultivar variedades autoflorecientes:
- Cosecha rápida. El tiempo es oro y más para los “ansias” que no ven el momento de la cata. Las plantas autoflorecientes tienen un periodo vegetativo corto, de 3 a 5 semanas, lo que permite realizar el ciclo completo en 10 o 12 semanas. Esto no será posible con variedades fotodependientes cultivadas desde semilla. Sí es posible hacerlo con esquejes, pero en ocasiones el acceso a ellos no es fácil. De ahí que si quieres una cosecha lo más rápida posible, las autoflorecientes son la mejor opción. Si lo que estás pensando es que a menor tiempo, menor calidad o producción, te equivocas. Hoy encontramos autoflorecientes muy productivas en el mercado, como Magnum, Deimos o Calamity Jane de Buddha Seeds.
- Fácil cultivo. Las autoflorecientes son plantas manejables, se dejan querer. Este tipo de variedades no suelen crecer más de un metro de altura, permitiendo un cultivo discreto en balcones.
- Resistencia a la contaminación lumínica. Este es un aspecto a tener en cuenta. Las autoflorecientes, a diferencia de las fotodependientes no necesitan una oscuridad total para florecer, por lo que se pueden cultivar en aquellos lugares donde haya contaminación lumínica (farolas, si el cultivo es en exterior).
- Permiten cultivar fuera de estación. Otro aspecto muy importante especialmente si quieres cultivar más de una vez al año.
- Tolerancia al frío, factor apreciable si cultivas en exterior en condiciones metereológicas no muy favorables. Debido a la genética de la que parten (Cannabis Ruderalis, provenientes de zonas frías de veranos cortos) las autoflorecientes tienen una mayor resistencia al frío que las plantas fotodependientes.
Resistentes: en general las variedades autoflorecientes son muy resistentes y menos propensas a factores de estrés, como al lumínico.
Desventajas de plantas autoflorecientes
Pero no todo va a ser de color de rosa. Seamos sinceros. Las autoflorecientes no son perfectas. Te señalamos los principales motivos:
- Menor producción. Debido a su menor porte, las plantas autoflorecientes generalmente tienen menor producción que las fotodependientes.
- Menor potencia. La genética Ruderalis contiene pocos cannabinoides, por lo que las autoflorecientes son en general menos potentes que las fotodependientes, aunque estos niveles aumentan en cada ciclo de cría. No obstante, podemos encontrar autos bastante potentes, como las genéticas autoflorecientes de Usa Colletion Strains.
- Menor pureza. Nunca vamos a poder cultivar una autofloreciente índica o sativa pura, siempre van a tener un porcentaje ruderalis.
- No se pueden clonar. Las plantas autoflorecientes florecen independientemente de las horas de luz que reciban, por lo que no se les pueden mantener madres en periodo vegetativo por periodo indefinido, sino que tenemos que partir siempre desde semillas. Debemos hacer un indicio, ya que sí es posible sacar un esqueje de una autofloreciente, pero no es para nada rentable ya que florecerá al mismo tiempo que enraiza. En cambio, las variedades fotodependientes podremos esquejarlas y conservarlas durante años. Con una sola semilla fotodependiente podremos cultivar sus esquejes tantas veces como queramos.
- No son amigas de las podas. Por su corto periodo vegetativo, las plantas autoflorecientes no responden bien a las podas. A las 3-5 semanas comienzan a florecer tengan el tamaño que tengan. Esto significa que apenas tendrán tiempo para reaccionar a la poda y lo único que conseguiremos es menos producción. En todo caso, siempre será mejor hacer algún guiado, aunque tampoco es lo más indicado.
- No admite trasplantes. El estrés que pueda sufrir una planta autofloreciente pasa factura con un retraso en su crecimiento. Por eso, se recomienda plantarlas directamente en la maceta definitiva, para no frenar su desarrollo.
- Mayor consumo eléctrico: como hemos dicho, las autoflorecientes no dependen de un fotoperiodo para florecer, pero cuánta más luz reciban en la fase de floración, más producirán. El fotoperíodo común con las variedades fotodependientes en floración es de 12/12. Pero en cambio, las autoflorecientes agradecen un fotoperíodo de 18/6 o incluso 20/4. Todo ello supone un mayor consumo mensual con respecto a las fotodependientes.
- Menor potencia: las comparaciones son odiosas, pero si comparamos una planta fotodependiente con su versión autofloreciente veremos que esta última es menos productiva.
Ventajas de las plantas fotodependientes
A continuación, te exponemos algunos argumentos que te convencerán de que las plantas fotodependientes son la mejor opción.
- Mayor producción. En cultivo exterior, las plantas fotodependientes tienen un periodo de crecimiento de varios meses, por lo que se pueden obtener plantas mucho más grandes y productivas. He aquí una razón de peso nunca mejor dicho. Kraken y Morpheus de Buddha Seeds te asombrarán con su producción.
- Mayor potencia. Al no tener ninguna influencia de la genética ruderalis, las plantas fotodependientes tienen un mayor contenido en THC que las autoflorecientes. Esto también interesa si lo que buscas es un mayor efecto.
- Las fotodependientes se pueden clonar por tiempo indefinido bajo iluminación artificial, lo que permite conservar nuestras genéticas preferidas sin tener que comprar semillas nuevas en cada cultivo.
- Se pueden podar. Las plantas fotodependientes responden bien a la poda, lo que nos permite adecuar su tamaño a nuestro espacio de cultivo.
Desventajas de las plantas fotodependientes
–No resisten a la contaminación lumínica: las fotodependientes también tienen sus desventajas, aunque en menor proporción. Principalmente este tipo de plantas no resisten a la contaminación lumínica (necesitan 12 h de oscuridad ininterrumpida para florecer). No podemos cultivar plantas fotodependientes en exterior en lugares donde el periodo oscuro no sea absoluto e ininterrumpido. Si te preguntabas por qué tus plantas no florecen, he aquí uno de los posibles motivos.
–No permiten cultivar fuera de estación: las variedades fotodependientes dependen de un número de horas de luz para florecer por lo que no pueden ser cultivadas en cualquier época del año en exterior como las autoflorecientes.
–Cosecha no tan rápida: Para la cosecha tendrás que esperar un tiempo aproximado de 4 meses, toda una eternidad para los más impacientes.
Vistos los pros y contras de cada variedad te toca elegir. Autoflorecientes, fotodependientes o si todavía tienes dudas, mejor quédate con las dos.