Los servicios públicos, el seguro de salud, el transporte para llegar al trabajo y… la marihuana. La hierba se ha metido desde hace tiempo en nuestra lista de necesidades básicas.
En Argentina, y según un informe oficial que publica en periódico La Nación, cada usuario de cannabis gasta $21.600 (unos 500 dólares) en compras de marihuana.
Serían más de un millón de personas las que fuman cannabis en forma mensual y, según las estadísticas, 268.259 presentan síntomas de abuso de esa sustancia psicoactiva. El dato, en sí mismo, no sirve para nada, dado que el prohibicionismo impide conocer cuál es el verdadero universo de usuarios y, por ende, la verdadera incidencia.
Pero el ministerio de Seguridad, el mismo que quema la marihuana incautada en lugar de producir aceite medicinal para los pacientes amparados por la ley votada en 2017, dice que entre 2009 y 2014, el mercado local de marihuana tuvo un notable crecimiento.
Las autoridades que analizan la situación de la reducción de la oferta y de la demanda de drogas consideran que ese aumento de los consumidores fue consecuencia de una lectura social equivocada del llamado fallo Arriola, la sentencia de la Corte que consideró en 2009 inconstitucional la persecución de la tenencia de sustancias piscoactivas para consumo personal.
Los funcionarios nacionales estimaron que en los últimos dos años se frenó esa curva ascendente a partir de trabajos de prevención y de los decomisos de cargamentos.
Las estadísticas, por su parte, establecieron que más de un millón de personas consumen marihuana de manera frecuente.
Si bien una parte importante de los puestos de venta de drogas fueron instalados en barrios humildes, los compradores de marihuana tienen características socioeconómicas que los alejan de formar parte de esos asentamientos donde el narcotráfico distribuyó sus bocas de expendio.
Los informes del Ministerio de Seguridad y de la Sedronar permiten trazar un perfil del consumidor local.
Los varones jóvenes representan la mayoría de quienes adquieren esa sustancia ilegal y ocho de cada diez tienen entre 18 y 34 años.
El 67% tiene estudios por encima del nivel medio y una proporción importante (72%) cuenta con trabajo.
Los datos oficiales indican que cada consumidor habitual de marihuana (1.027.729 personas que fuman cannabis en forma mensual) consumen 80 gramos de esa sustancia psicoactiva al año y, en consecuencia, se determinó que cada uno gasta $21.600 anuales que sostienen el mercado ilegal de drogas.
El Ministerio de Seguridad, por su parte, comparó la estadística de consumo y las cifras de decomiso para definir la magnitud de la circulación anual de marihuana en la Argentina: 501.344 kilos. Ese volumen de tráfico representa un valor del mercado estimado en más de 500 millones de dólares.
Dinero que podría ser arrebatado con sólo legalizar el autocultivo.
En ese análisis realizado por la Subsecretaría de Lucha contra el Narcotráfico se estableció, además, que la incautación alcanza al 51% de la marihuana que cruza la frontera hacia la Argentina.
El año pasado se alcanzó el récord de decomisos de cargamentos de cannabis, con 256.205 kilos de marihuana interceptados.
Las autoridades nacionales afirmaron que el promedio de captura de marihuana en los últimos cuatro años fue de 197.236 kilos.
La totalidad de la marihuana incautada es incinerada y a nadie importa que haya cientos de familias implorando por el acceso al aceite de cannabis para sus hijos.